Oh la vanidad, el pecado favorito del mismísimo demonio colorado, según lo acepta al final de la película “El abogado del diablo”. A veces un extra o falta de dos o tres milímetros de carne, cartílago o hueso hacen la diferencia. A veces hace falta como kilo y medio. Desde luego, la apariencia sí importa. Que siempre sí.
Y es que desde que vi a Stana Katic en el papel de la detective Kate Beckett se me hizo injusto que en una sola mujer se conjuntaran belleza, inteligencia, carisma. Pero siempre no, la perfección solo existe en la mente de uno. En la vida real, siempre hace falta algo. O sobra algo. En el caso de Stana Katic, apenas un par de milímetros de cartílago, carne y piel, sobrantes de su nariz para hacerla perfecta.
Aquí les pongo la comparativa del antes y el después. Realmente es muy poco el material retirado, creo, pues no soy un médico cirujano. Pero ese poco hace la diferencia. La diferencia entre salir de extra en las series de televisión y ser la protagonista. Así que ¿Cuántos y cuántas con una pequeña extracción alcanzan la perfección? Perfección y no. Perfección según mis estándares, y seguramente la de muchos más. Pero en realidad no existe una medida universal de perfección. Para algunos es digamos, Sandra Bullock.
Tomada de http://www.youtube.com/watch?v=S7qTU8HGY4s al 0:22
Las personas se relacionan con nosotros según nos ven. Pero increíblemente no estamos hechos para “autovernos”. Tenemos indicios de cómo nos perciben los demás, por la manera en que interaccionan con nosotros, esto es, de manera indirecta. Y no es hasta que preguntamos (y casi siempre no lo hacemos), que sabemos con mayor exactitud que sentimientos les provoca nuestra presencia.
Esos kilos menos, esos milímetros de más o de menos, hacen la diferencia. Pero esos kilos o milímetros de más o de menos no afectan los procesos psicológicos internos. O no deberían. Pero la realidad es que si afectan, no de la manera en que afecta el parkinson al cerebro, pero si por la forma en que nos tratan los demás. Esos extras o sobras hacen que los demás nos traten con preferencia o que nos eviten con preferencia. Pero lo que uno piensa, al principio, no se encuentra determinado directamente por el físico de uno, aunque después si afecta, porque reaccionamos a las reacciones que le provocamos a los otros.
Esto tiene que ver con el autoconcepto y en general con la autoestima. Nuestra autoestima se encuentra determinada en gran medida por las reacciones de los demás. Aunque dependiendo de las experiencias y el autoconocimiento, podemos hacer que nuestra autoestima dependa cada vez menos de los demás. Eso nos acerca más a la vida de un ermitaño. Así que como dice el dicho, no hay hombres ni mujeres feas, lo que hay es una carencia de efectivo.
Con efectivo, no tienes necesidad de trabajar y sin necesidad de trabajar tienes tiempo extra para hacer ejercicio y bajar esa grasa extra. Con efectivo puede hacerte todas las cirugías que puedan acercarte a la perfección. Ser amado, deseado, nada mas por cómo te ven los demás. Una fantasía recurrente que tengo, es tener la habilidad de un shapeshifter (un cambiante, metamorfo, un ser humano capaz de cambiar de forma, tomar la forma de un animal o de otra persona) y cambiar mi forma, para ser un Brad Pitt (captan la idea) y ver la reacción de los demás. Porque mis procesos mentales no cambiarían. Al menos eso creo.
1 comentario:
Sandra Bullock ojos enanos??
XD...
desde luego el libro de gustos esta en blanco
Publicar un comentario