De los blogs y otras cosas

Es curioso lo que uno aprende de los blogs de otros. Desde el momento en que inicié el mío, hace ya dos años, había decidido que no iba a poner datos personales, básicamente porque ese velo de anonimato te permite expresarte muy libremente, sin tener que estar lidiando “y si esto lo lee mi vieja?” <---Aquí pueden poner “hermano, papa, mama, diosito, etc.”. Aunque con el paso del tiempo, de una u otra manera, uno termina colocando datos personales.

Es hasta cierto punto, es inevitable. Yo creo que hasta es necesario, porque aquello que expresas en tu blog (y esto depende del tipo de blog que poseas) puedes explayarte hasta donde te permita tu libre albedrío. Los blog de una u otra manera, reflejan la personalidad de cada quien. De lo que uno está consciente, pero también de lo inconsciente. Es pues, una extensión de la personalidad. Sin embargo, hay claras ventajas. Para explicar un poco este punto, les contaré una experiencia con esto del Internet y las relaciones interpersonales.

Desde que tuve conocimiento de los cibernoviazgos, cibersexo, ciberloquesea (donde el prefijo ciber, hace referencia al Internet, no sé la razón, si la raíz etimológica de ciber es ciencia que estudia las conexiones nerviosas o ciencia que estudia la construcción de sistemas electrónicos y mecánicos) inmediatamente supe que eso no es lo mío. No. Yo prefiero 100% el contacto personal. Nada de andar imaginando cosas. Y eso que he tenido conocimiento de primera mano de personas que se enamoran por Internet. Total, que hace tiempo “conocí” a una chica por Internet, es (creo que todavía está viva, pero la verdad no tengo la certeza) hermana de una persona que fue novia de un compañero de la escuela.

Ya saben cómo es esto del chat, que haciendo otro paréntesis, tampoco me llama. Casi no chateo, me aburre ver tantos pensamientos inconexos, aislados, superfluos. Regresando a los del chat, ya ven que de alguna manera das de alta una dirección de chat, y ahí estas, “no que mañana me conecto a las 7 P.M., sale?”. Así “conocí” a la hermana de la ex-novia de mi compañero de clase. Debo decir que platicábamos muy a gusto, casi llegue a proponerle un cibernoviazgo –afortunadamente soy bien inteligente y no lo hice-. Y digo casi porque en muchos sentidos –excepto el de la vista, el tacto y el gusto- me agradaba su “compañía”.

Si son observadores, habrán notado el resalte de las palabras “conocí” y “compañía”. Porque desde el punto de vista práctico, ni la había conocido y hasta que no la vi en vivo no había experimentado su compañía. ¿A qué va todo esto? Bueno a que cuando por fin nos vimos en el mundo real (y no me vengan con alegorías y demás apreciaciones subjetivas) todo el encanto desapareció. Al menos de mi parte. Ya lo sé, que mala persona (por decirlo políticamente) soy. Pero así fue mi estimado ciber-lector. ¿Han visto esas caricaturas donde al personaje se le salen los ojos de sus respectivas cuencas? Pues así. Y no es que la chava estuviera poco agraciada. Hasta eso, tenía lo “suyo”. Pero eso “suyo” no era lo “mío”.

Así fue como me pasó. Por un tiempo me sentí mal, después de todo lo que importa es el sentimiento ¿Cierto? ¡No y mil veces no! No solamente importa el sentimiento, importa que las terminales nerviosas de tus ojos lleven la imagen que adormece tu cerebro, importa que las papilas gustativas le lleven a tu cerebro el sabor de esa persona y que le guste, importa que su voz (que a otros podría parecerles poco encantadora o francamente insoportable) sea agradable aunque nada más a ti te parezco así, importa que un leve rose de su piel te haga sentir a la vez todas las terminales nerviosas que pululan por cada centímetro cuadrado de tu piel.

Aquí tuve un periodo embarazoso. Antes quiero decir que para mi ¿buena? Fortuna, la chica en cuestión solía vivir como a 300 km de donde yo vivía. Así que este periodo embarazoso fue porque o la bloqueaba, o la borraba de mis contactos o dejaba de entrar al chat. Opté por lo último. Sí, que gallina soy. ¿Pero que le decía? “Ejem… he no pues la verdad no eres lo que me esperaba, sale bai”.

Así fue como comprobé que eso del cibernoviazgo no va conmigo. Porque ¿Y si yo hubiera sido el rechazado? En tal caso, pensaría lo mismo, solo que más ardido. Y no quiero decir que los blog no sirvan, sirven para conocer gente, no para enamorarse de ella. Aunque bueno, siempre está el factor belleza física. Supongamos que yo fuera físicamente esta persona:

Seguramente me lloverían propuestas de noviazgo. Y también a manera de ejemplo, de los blog que leo con frecuencia, puedo decir que por lo que he leído y visto, con una certeza muy alta, muy seguramente sería amigo (en la vida real) del espadajin (blog harto divertido) y de su –curiosamente –hermanita –creo, es decir, sí es su hermana pero no estoy muy seguro si es menor-. Tienen en común eso que yo llamo “vena artística”, uno escribe cuentos –entre otras cosas, revisen en su blog- y la otra hace dibujitos tipo manga –una actividad que me gustaría realizar, pero por más que me gusta estoy negado para el dibujo, snif!-. Además claro, de ser unas personas que estudian/han estudiado. Cuando encuentro blogs como los antes mencionados me pregunto porque seguimos jodidos –me refiero a los mexicanos- si tenemos harto talento.

Ahora, continuando con mis pensamientos a la deriva, no porque un blog te parezca interesante, necesariamente trabarías amistad. Esta este otro blog, con el cual, particularmente me siento muy identificado, sobre todo por la cuestión amorosa –léanlo no anden pensando cochinadas-, y sin embargo al autor de ese blog lo conocí en este otro blog comentando y para que decir que ciertamente no congeniamos. Al menos me parece que somos mutuamente respetuosos. Pero aunque lo leo –aunque de esto es a partir del último mes-, todavía no logro descubrir bien la razón, que debe ser inconsciente. O tal vez la razón de que no coincidimos es que hasta cierto punto somos muy parecidos. No lo sé.

Por todo lo anterior comentado, creo que los blog son una extensión de la personalidad de cada quien. De una u otra manera, en él vertemos –consciente e inconscientemente- el sello que nos caracteriza como individuos. Y esta personalidad, así como en la vida cotidiana va modificando -levemente- nuestro comportamiento, dejando una pista de nuestro paso por este mundo. ¿Qué pasará dentro de unos digamos 10 años con éste blog? ¿Seguirá existiendo blogspot? ¿Si deja de existir, habrá una alternativa? ¿Querré seguir escribiendo al aire? ¿Qué pasará conmigo? ¿Y si muero abruptamente, quedará esto abierto sin que sepan que me pasó? Mmm preguntas trascendentizoides (es decir, parecen pero no son trascendentales, más bien son del tipo)