domingo, 27 de marzo de 2011

Mi vida en el abismo

O como me di cuenta que los recuerdos no son de fiar. No del todo. Para aquellos que este es su primera vez por esta expansion de mi conciencia, deben saber que por regla general no veo dos veces una misma pelicula. Claro, no es algo que sea obsesivo compulsivo. Y sobre todo cuando es una pelicula que considero que es muy buena.

Asi me paso con la gran, extraordinaria película llamada “Trainspotting” que acá en Mexico conocimos como “La vida en el abismo”. Ahora que he tenido problemas de sueño y no hallo que hacer, pues vi la ocasión apropiada para repetir una de las mejores películas que he visto a lo largo de mi vida.

Bien pues esto es lo que paso: Tenía muchos “falsos” recuerdos de la citada cinta. Caray, según mi mente, la historia que se da entre Renton y Diane ocupaba cerca del 80 % de la trama... Y pues no, creo que a lo más ocupa un 15% de la misma. Se conocen, lueguito se van a la cama, terminan de tener sexo, Diane lo corre del cuarto, Renton medio sacado de onda se duerme en el sillón del pasillo (aquí hay una falla en mi memoria, no me acordaba que se quita el condon, es decir, ya hacían consciencia sobre el uso del mismo), se despierta al otro día, conoce a los papas de Diane, se da cuenta que es menor de edad, la acompaña a la escuela y ella lo amenaza con ir a la policía si no se vuelven a ver.

Guau! Creo que esta parte de la cinta fue la que más impacto en mi psique de aquella época, del tal suerte que juraba que la historia en su mayor parte era la relación Renton-Diane. Vamos, es una película “vieja” (1996), hablamos de hace ya 15 años; yo todavía era estudiante, estaba en vías de enamorarme de la que fue mi primer gran “crush” <-- no suelo utilizar este tipo de expresiones, pero es lo que mejor describe mi sentimiento de aquel entonces, estaba en crisis (de las primeras) existencial, y esa película me dio mucho que pensar.

Qué cosas no recordaba, uff, no recordaba que trataba de unos drogadictos; según yo, nada mas eran mariguanos, se metían un poco de coca, y pues no, eran más bien adictos a droga fuerte como lo es la heroína. No recordaba que tan jóvenes eran, de mi calibre en aquel entonces. Por eso no es de extrañar que la relación Renton/Diane ocupara una buena parte del impacto en mi consciencia, quien no soñó con un ligue así de rápido como pasa en la trama (yo nunca lo conseguí, snif).

Tampoco recordaba la parte en que se muere el bebe, lo borre totalmente de mi mente!, no recordaba los constantes intentos por dejar la heroína por parte de Renton, no recordaba lo violento que es Begbie, el pasón que se dio Renton y que lo hizo ir a dar al hospital, para luego tener que pasar por el síndrome de abstinencia (una exposición visual muy locochona). Temas muy importantes fueron opacados por la que entonces creí ser una historia de amor. Vaya si hasta la referencia al sida es muy importante, y la había olvidado (ya ven que muere de sida el buen Tommy).

Creo que al final ha cambiado mi percepción de la cinta: creo que no es una historia de amor, es una historia del hartazgo por la vida, es un intento por explicar porque mucha gente cae en las drogas, como es que la necesidad del otro nos hace tener “amistades” poco o nada convenientes, que es precisamente eso lo que no nos deja avanzar, que para dejar atrás los malos hábitos, hay que dejar atrás las malas compañías.

Cambio mi percepción de la cinta, pero no cambia mi entusiasmo por ella, y por supuesto que la recomiendo ampliamente. Yo la considero un clásico. Y por alguna razón, relaciono la palabra “clásico” con “viejo”, y esta cinta lo es; para que se den una idea de que tanto, no había televisores electrónicos/digitales (al menos no salen), no salen laptops, se puede fumar en lugares cerrados (y esta es la mejor pista que nos puede dar de que tan avejentada es la cinta), no se habla ni remotamente de Internet, los videos se ven en cintas de video (válgase la redundancia).

Si no han visto esta extraordinaria película, que esperan. Por mi parte, reacomodo mis recuerdos para que sean más fieles a lo que expone “La vida en el abismo”.


miércoles, 16 de marzo de 2011

Angelito de mi guarda...

Dulce compañía,
no me desampares
ni de noche ni de dia...



Sobre todo de noche. Y yo que soy gran pecador, mas de uno he de necesitar

Me cae que con unos angelitos así, me vuelvo católico.

Acá el sitio oficial