domingo, 2 de diciembre de 2012

Habemus presidente mexicano

Resumen: Transición presidencial, nada pacífica

Y se cumplieron los tiempos. La sorpresa, fue según mi parecer, el tamaño de la reacción. Para nadie fue sorpresa que se presentara la animadversión contra el ahora presidente, Enrique Peña Nieto. Pero sí lo fue, la magnitud.

Hubo mucha información al momento. No de las televisoras de siempre, televisa y tv azteca, las cuales, en sus múltiples canales, callaron y filtraron para hacer quedar bien al señor copetes. Trabajo harto difícil. Pero la paga es generosa, onerosa y facturada al pueblo.

Afortunadamente, existen medios de comunicación independientes; presentan la desventaja que no son conocidos y se tienen que buscar. Me refiero específicamente al youtube y twitter. Cuando menos, tenemos la opción de ver la otra realidad. Realidad enmascarada y frecuentemente ocultada por las televisoras y medios de comunicación pro gobierno.

Se presentaron actos vandálicos, tanto a inmuebles comerciales, como a monumentos históricos, como el hemiciclo a Juárez. Es difícil separar a los manifestantes. Quiero decir, entre los que realmente se oponen desde la razón, de quienes buscan hacer daño.

No resultará extraordinario que en unas semanas o meses se decrete una especie de “estado de sitio” para salvaguardar la soberanía. Lo cierto es que el estado manifestó una mínima parte de su poderío.

Ya en entradas anteriores he externado lo que pienso sobre este punto: las fuerzas del orden, militares y policías, no sirven para invadir países, pero sí para controlar a los que juran proteger. Me refiero exclusivamente al Estado Mexicano.

Así las cosas, resulta difícil creer lo que dice el dinosaurio copetón, que busca la paz y la unidad de los mexicanos. Reflexionaba en twitter que si de verdad una mayoría de mexicanos optó, de manera libre y voluntaria, por la opción priísta, donde se encontraba, porque no salieron a respaldar a su presidente (que es el presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos)

Desafortunadamente, la historia se repite: nuevamente nos esperan 6 años duros, estériles, sin crecimiento, marcados, al menos de inicio, por el estricto actuar de la fuerza pública. Felipe de Jesús Calderón Hinojosa decretó la lucha contra el narcotráfico, para convalidar su robo. Enrique Peña Nieto, priísta y pragmático, hace uso de la fuerza del estado, invocando la prevalencia del mismo.

Les dejo unos videos que fui recolectando entre ayer y hoy.

Terminamos de salir de una pesadilla, para seguirnos con otra. Así las cosas.

Uso excesivo de la fuerza pública 

Herido de gravedad 

Vista desde el bando policial 


Lucha de clases

sábado, 1 de diciembre de 2012

De lo que pudo haber sido y no fue

Resumen: Lo que pudo haber sido y no fue, perspectivas de mis experiencias de vida
 
Cuando recién egresé de la licenciatura, la primera, que fue como ingeniero biomédico, tenía muchas expectativas. En realidad solamente una: que las empresas iban a competir por contratarme.
Ja ja ja ja ja ja, ejem, ahora me puedo carcajear sin mayor empacho. Pero en aquella época fue todo un encontronazo con la realidad: nadie paga mucho por un recién egresado. Todas las historias de éxito que me sabía, poco me sirvieron de consuelo. La realidad fue que las empresas no quieren a gente sin experiencias, y si la quieren, les pagan prácticamente nada.
Ni HP, ni General Eléctric, ni Philips, por mencionar unas cuantas, me dieron siquiera la oportunidad de una entrevista. Inglés. Ese fue mi punto débil. Sí, el chingado inglés. Pensaba y sigo pensando, que es lo que quieren ¿un ingeniero o un traductor inglés-español?
Creo que mucho del inglés sirve solamente como un filtro más. En la práctica, no lo ocupas, al menos no al nivel que lo piden (hablado y escrito fluidamente). No como ingeniero. Como gerente o algún puesto similar, tal vez, no siempre. Pero mi pensamiento era y sigue siendo, si uno es gerente ¿a poco no se puede contratar un traductor(a)?
En fin. No puedo quejarme, tuve muchas opciones fallidas, pero también tuve muchas llamadas. La mayoría de empresas pequeñas. Una de las que opciones que deje ir, y que más recuerdo, fue en Fuji Films. El trabajo era para reparar equipo de alta calidad, cámaras y otro tipo de cosas por el estilo.
El perfil solicitado era tener conocimientos de electrónica, electrónica digital, sistemas. Específicamente un ingeniero eléctrico o electrónico. Actualmente, muchas ingenierías tienen esa vertiente, me consta de biomédica, electrónica, eléctrica, y tal vez mecatrónica y telemática. De ellas, las dos últimas son las de “vanguardia”. No dudo que sean muy buenos, pero no me sentiría en gran desventaja en tu a tu con cualquiera de ellos.
Total, entre mis datos de currículo, cargaba con mis calificaciones, ja ja ja ¿lo pueden creer?
-Sí, mire, aquí están las materias de electrónica, lleve de potencia y digital (lo cual es cierto)
-Ah ¿pero si sabes de circuitos?
-… mmm, sí
-Bueno, vamos a pasar a que hagas los psicométricos
-Ok
Y pues como era recién egresado y tenía mucha expectativa por trabajar y ser ahora sí, un ingeniero, hice mi mejor esfuerzo, además de que eran exámenes para medir el CI (cociente intelectual), así que estaba en mi mejor momento. Venía de un sistema donde cada tres semanas tenía que hacer examen, para presentar, en la onceava semana, un examen final. Así que me fue bien. O eso creo.
Ahora, con lo que actualmente manejo y sé, les puedo comentar que me llamaron no tanto por tener un alto CI, porque de hecho, lo que necesitaban era un mono cilindrero. Específicamente un ingeniero mono cilindrero.
¿Qué es un mono cilindrero? Por lo general, son las personas de nivel técnico que realizan su trabajo de manera repetitiva, por ejemplo, mantenimiento y limpieza de PC, armado de equipo electrónico, mecánicos, etc. Por favor, no me mal interpreten, respeto todas esas profesiones, pero no se requiere demasiado conocimiento, sobre todo filosófico, para realizar un buen trabajo repetitivo.
Eso es para mí, un mono cilindrero. Una persona que capacitas para hacer una tarea repetitiva y constante, con pocas variaciones o nulas variaciones. El trabajo en realidad era muy fácil, creo, porque nunca llegue a ejercerlo. Consistía en realizar ajustes a lentes y demás mecanismos de aparatos ópticos, como cámaras, scaners, fotocopiadoras, etc.
Pero, como la empresa es japonesa, y esos japoneses son bien cuadradotes, el perfil requería un ingeniero, no un técnico, no un licenciado, un ingeniero. Más arriba les decía que no me llamaron tanto por tener un alto CI, sino más bien por presentar una personalidad obsesiva, un tanto compulsiva.
De hecho, casi puedo afirmar que ese era uno de los rasgos de personalidad requeridos. Porque es un rasgo necesario en ese tipo de trabajos. Un obsesivo compulsivo, funcional social, es decir, no tan obsesivo, un tanto menos compulsivo, pero eso sí, nada creativo.
Así que después de presentar los exámenes psicométricos y la entrevista técnica, que la hizo la señora/señorita que me entrevistó, me llamaron para contratarme. Quiero hacer un paréntesis. La señora/señorita, porque ya tenía o aparentaba poco más de 50 años, no creo que fuera psicóloga. Era de recursos humanos, sí, pero no creo que fuera psicóloga. Era la típica persona que lleva años en recursos humanos y con más maña que otra cosa, saca su trabajo.
Ya para terminar con esta entrada y en resumen, me rajé. Ya cuando estaba prácticamente seguro que me iban a contratar, no quise. Yo que chingados iba a estar haciendo ese trabajo, si era (soy, aunque prácticamente nunca he ejercido como tal) ingeniero biomédico. El problema que tenía era ¿y ahora cómo me zafo?
Así que recurrí a una mentira piadosa. Poco menos de un año antes, me fue extirpado el apéndice. Recurrí a la mentira de decirle que iba a ser operado por apendicitis, y que no sabía hasta cuando iba a reponerme.
-Ah, bueno, tienes mis datos, si te interesa, cuando te recuperes, me llamas.
-Sí, claro, muchas gracias. Hasta luego
-Chao
El motivo de escribir esta entrada, fue precisamente el pensamiento de lo diferente que sería ahora mi vida, de haber aceptado ese trabajo. En realidad no era un mal trabajo, tenía un sueldo bastante aceptable, para los estándares de los biomédicos de aquellas épocas. El promedio de un recién egresado era de unos $5 000 pesos de ese entonces, y el sueldo que me ofrecían era de $7 500 más vales, contratación por la empresa (que ahora sé lo valioso que resulta), capacitación y de resultar bueno, viaje a Japón, para capacitación más especializada, con la idea de ser el “jefe” de ese servicio.

Pendejo que soy ¿no creen? Y hace no mucho, un par de años para acá, tuve otro evento similar. 

¡Carajo! Pendejo que soy. Ya me deprimí. Snif.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Estíbaliz Carranza, cuasi asesina serial

Resumen: Malos pensamientos, de otros, no míos.

Una de mis motivaciones para estudiar psicología fue, ha sido y seguirá siendo, los asesinos seriales. Aunque estrictamente hablando, no se puede considerar como asesino serial, hasta que ha cometido cuando menos 3 asesinatos con un modus operandi similar.
Y me refiero a la recién capturada Estíbaliz Carranza, una México-Española que descuartizo a sus parejas, uno en el 2008 y el otro en el 2010. Como muchos crímenes, su descubrimiento fue más fortuito que buscado. Resulta que en el 2011, durante unas obras de renovación de un sótano, donde la descuartizadora tenía un negocio de heladería.
Según las breves noticias que he leído, se le considera como “tranquila” pero bajo tratamiento médico para una esquizofrenia. Retomando el punto del primer párrafo, a Estíbaliz no se le puede considerar como asesina serial, porque no cumplió con los requisitos necesarios, entre otros, tener 3 asesinatos de la misma manera, en un periodo más o menos espaciado de manera similar.
Otra diferencia, es que la mayoría de los asesinos seriales, no están bajo tratamiento psiquiátrico, aunque muchos de ellos lo necesiten. Por ejemplo, el vampiro de Sacramento, Richard Tranton Chase, el cual también mutiló a sus víctimas. Pero lo hizo en un periodo muy corto de tiempo, poseído, me parece, por una ansia asesina llena de ansiedad y locura.
Estíbaliz no tuvo una necesidad de sangre tan pronta, entre uno y otro asesinato. Sin embargo, el modus operandi es el mismo: los descuartiza, son sus parejas, y los termina poniendo bajo cemento.
Es complicado hacer un análisis documental, sobre todo las noticias, aunque muchas, todas son muy parcas y repetitivas: no he encontrado un examen exhaustivo de su personalidad (y lo más probable es que no lo encuentre, pues son de carácter confidencial), tampoco su biografía extensa, como ha vivido, etc.
Ahora que tengo un poco más de conocimiento sobre el comportamiento humano, no estoy mucho más cerca de comprender este tipo de situaciones. Respetando la privacidad de los pacientes que he revisado, aquellos que cursan con esquizofrenia, en mi experiencia, puedo comentarles que a diferencia de lo que puede pensar el común de la gente, no viven en “otro mundo”.
Ellos viven en este mundo; la diferencia es que lo perciben, algunas cosas, no todas, de manera distinta. Claro que hay niveles de esquizofrenia. Los funcionales, me parece, son los que más sufren, pues están más o menos al tanto de su padecimiento y se deprimen porque consideran que siempre serán un lastre para sus familiares. Es decir, se dan cuenta.
Prácticamente todos los casos que he atendido, tienen pensamientos destructivos, de muerte y mutilación, pensamientos de escisión, es decir, de “partir”, “romper”, “fragmentar”. Esto es, o bien se quieren matar, o bien quieren matar a alguien más. Las motivaciones, cuando es la fantasía del suicidio, es para no seguir enfermos. Cuando la fantasía de muerte es contra otros, por lo general se debe a que se sienten agredidos, incomprendidos o a veces simplemente dicen que no saben porque tienen esos pensamientos.
Por supuesto que son declaraciones que deben manejarse con la discreción y responsabilidad que amerita. Prácticamente las declaraciones que proporcionan, son basados en la confianza generada entre ellos y su especialista tratante, en este caso, su servidor.
Así que es complicado coadyuvar en estos casos, pues podría perderse esa confianza. Y eso, creo, es piedra angular de la terapia psicológica. Como dice mi abuelo, “son locos, no pendejos”. 
Afortunadamente, al día de hoy, he podido sortear, con apoyo de psiquiatras y mi tutor, este complejo asunto.
Retomando el caso de Estíbaliz puedo aventurar que, efectivamente, debe cursar con algún grado de esquizofrenia, pues ha llevado a la realidad el simbolismo de la escisión: descuartizó a sus parejas.

martes, 20 de noviembre de 2012

Ya creo en algo, creo

Resumen: El señor es mi pastor, nada me faltará.

Con frecuencia escucho que el maestro se presenta cuando el alumno está listo, o de cada oveja con su pastor. Aunque de entrada no parece, pero ambas están muy relacionadas: significa que no se puede adelantar, ni se puede atrasar, todo debe de realizarse en el momento justo, preciso.
No estoy muy de acuerdo con esa apreciación. Lo que quiero comentar en esta entrada es que, desde hace unos 6 meses, más o menos, en el trayecto al trabajo, me encuentro con un curioso personaje. 

Un pastor. Pastor de hombres, un personaje religioso. O eso me parece.
Casi todas las mañanas (a la hora que paso serán las 6:45 a.m.) ahí está. Su túnica, larga y blanca, con motivos, eh, pues no he puesto mucha atención, pero me recuerda a los sacerdotes que ofician misa, cubre un lánguido y viejo cuerpo. No puedo asegurar que sea tan viejo; se me figura de unos 65 o más años.
Pero ahí está. Con un megáfono diciendo sabe qué. Las primeras veces pensaba “otro loco”. Ahora pienso que ya encontré a mi pastor. Cada oveja con su pastor, ¿No?
 
Nunca lo he escuchado, nunca le he preguntado cómo se llama, vaya, ni siquiera sé si su vestimenta efectivamente corresponde a un religioso o solo es mi imaginación. Pero ahí está. Y con su ejemplo me ha ganado.
No tengo idea de las razones por las que está ahí, predicando al aire, predicando a los autos que pasan y pasan y no le hacen caso. No es gratis. Nada en este mundo es gratis. Efectivamente, pide dinero. 

En una mano lleva el megáfono, mientras que la otra porta una jícara (para la “limosna”).
Su rostro refleja una penitencia, dolor, resignación. A veces no está y me preguntó que le habrá pasado. Pero digo que me ha ganado, porque sin saber que dice, que piensa, o porque hace lo que hace, con su ejemplo no tiene que decirme nada más.
 
Es la encarnación de la entrega, de la dedicación, de la Fe. No sé en que crea, pero verlo ahí, casi siempre, a su edad, con su frágil (me parece) salud, siendo que casi nadie le hace caso, y seguir sin importarle (aparentemente) los demás, me ganó.
 
Esta persona me ha hecho reflexionar en la fe, en la religión, en la vida. Ha sido más sacerdote que todos los sacerdotes que he conocido en toda mi vida. Ahora, pocas veces, le paso a dejar mi “diezmo” (que ni es diezmo y tampoco es continuo). Balbucea algo. Yo simplemente le doy los buenos días. Y me admiro de su dedicación.
 
Es como si estuviera cumpliendo una manda, una penitencia impuesta por sabrá el Señor que razón. Ahora digo que ese es mi pastor. Tengo un pastor que se ajusta a mí no creencia. Lo más probable es que ese personaje tenga una creencia muy profunda en Dios. No me importa, ni quiero escuchar su sermón. Me basta y sobra con su ejemplo.
 
Si hubiera sacerdotes con esa dedicación, tal vez haría un intento por tener una creencia sobrenatural (creen en Dios). Tal vez. Así pues tengo un pastor cuya iglesia es la calle, cuyo sermón no escucho, cuya creencia desconozco. Cada oveja con su pastor. Amén.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Una limosna para mi calavera

Resumen: Sobre el día de muertos, en un pueblo al sur de México

Aunque un poco tarde, les comento que el día de muertos hice mi “calaverita”. La tradicional calaverita de chilacayota. La chilacayota, que google dice que se llama chilacayote, es como una calabaza, pero verde.

El proceso es muy sencillo, pero divertido. Se le hace una “puerta” en un costado, se le saca el contenido y finalmente se dibujan los ojos, nariz, dientes, se le coloca un alambre y en la parte baja una vela. ¡Listo!

La mayor parte del tiempo se consume en vaciar el contenido. Con esa calaverita es que se va de casa en casa, pregonando “una limosna para mi calavera” y los de la casa proporcionan dulces o fruta. Hay un montón de diseños, cada uno según la imaginación.

Es una bonita tradición, que luce mucho, pues entre más gente (niños, principalmente) hagan su calaverita, las calles lucen de gala. Yo ya no salgo a pedir limosna, pero me gusta hacer mi calaverita y desde hace dos años, no falta el sobrino/primo despistado o flojo que se lleva mi calaverita.
Este año la olvide en casa de mis abuelos y cuando les pedí que me la guardaran, pues la deje colgada en el zaguán, ya no estaba. Ni hablar. Para eso fue concebida. Les dejo un par de fotos de mi creación.

 En esta toma, utilicé el flash, así que salió muy brillosa.

En esta otra, quite el flash.

Según google, el nombre científico es Cucurbita ficifolia.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Fiesta, fiesta, que siga la fiesta

Resumen: pensamientos difusos, algo de insomnio y una fiesta escandalosa de los vecinos.

Últimamente como que no he podido dormir bien. Bueno, no es que me preocupe algo en particular. Me preocupa lo mismo de siempre. El tiempo pasa y yo sigo sin tener certeza en el futuro.
¡Ah, el futuro! ¿No es mejor vivir el presente? Pues sí, pero el futuro, sobre todo cuando serás viejo y decrépito (y sin hijos, además) pesa. Son unos quince años, la fiesta de los vecinos. Los cuales además de vecinos, son mis parientes. Sí, ellos y yo tenemos en común los genes. Pero nada más. Además no creo que tantos genes, porque ciertamente no son santos de mi devoción.
 
Ni yo de ellos. No los culpo. Bueno, sí. Son malas personas. Engreídas, envidiosas y con poco sentido de la familiaridad. Y no es que yo sea un santo. No. Pero procuro vivir sin molestar a los demás. Sería largo, tedioso y caería en una diatriba sin fin, que tardaría mucho en explicar.
Solo diré que son problemas que se resolverían si existiera buena voluntad, respeto y un deseo certero de convivir en paz. Así que, congruente que soy, creo, no me presenté a la fiesta. Digo, tampoco es que me invitaran. Y por otra parte, tampoco soy de fiestas. Así que, fuera de que no me puedo dormir, porque tengo serenata hasta quien sabe qué hora, no tengo mayor problema.
 
Es más, a la flamante (espero, porque hace años que no la he visto) quinceañera la reconocería solo porque es una copia al calca de la madre. Y como la madre tiene rasgos muy característicos, difícilmente no la reconocería. Pero no son ellos a los que considero malas personas.
Resulta que la fiesta la hicieron en la propiedad de los que sí considero malas personas. Y aunque todos los hermanos de mi madre, esto es, mis tíos, sus hijos y los hijos de sus hijos (sí, tan viejo estoy, no mucho, los nietos son todavía unos pequeñuelos de 2 años) andan pululando en esa fiesta.
 
Me preguntaron porque no fui. Por congruencia, les dije. Y por convicción a mis creencias. Ya me conocen, saben que si le siguen, les hablare de filosofía del comportamiento y aunque no creo en eso de que el amigo de mi enemigo es mi enemigo, tampoco los alabo. Así que mejor le cortan. “Ah, bueno pues nosotros si vamos” “Ándele tía, mis saludos a la festejada” “Sí, le decimos” “Pero de veras…” “…” Ja ja ja al final se dieron cuenta de mi sarcasmo.
 
Tenía la intención (de buenos deseos está plagado el camino de la … mmm ¿Alguien se sabe este dicho?) de escribir más seguido. Pero es que me ha costado trabajo escribir. No es que no tenga que escribir. Lo que pasa es que pienso que tengo una buena idea y luego cuando la comienzo a escribir, como que ya no me gusta.
 
Pero ahora ya me dije que eso vale madres, que total, así como van a contarme sus problemas las personas que ahora acuden a mis terapias (ya soy psicólogo, ¿Sí les conté, no? Bueno casi, nada más me falta sacar la cédula profesional, pero ya voy para 9 meses de servicio en un hospital de tercer nivel, donde lo que sobran son pacientes), así yo voy a escribir. Total, pocos me conocen y de esos pocos que me conocen, creo que no les intereso lo suficiente para que me contenga de escribir cualquier cosa.
 
Ahora que hilo la idea, de los 9 meses (¿Ven porque es bien bonita la psicología? Vayan, no sean codos, gasten en su salud mental) está por convertirse en un acto simbólico para mí. Es el nacimiento de un profesionista que dejó de lado una profesión, otra, muy chingona por cierto, pero no era lo mío.
 
Allá en el hospital, con cierta frecuencia, tomo cafecito por las mañanas, con un grupo de médicos (¿Con quién más, verdad? Por cierto, ser médico es una profesión que por necesidad los vuelve narcisistas, a veces, me cagan y miren que tengo contacto muy cercano con más de un médico), y uno de ellos, muy mamón (y que sus compañeros médicos lo consideren así, es que de verdad es mamón) y sarcástico e inteligente (para acabarla de chingar) me pregunta que si me interesan las leyes, le dije que no, y me contesta, que bueno, porque si no te aventarías otra carrera.
 
La verdad es que casi no digo que tengo otra carrera con especialidad. Me da pena. Siento que piensan que no sé qué es lo que quiero de la vida. Y en parte es verdad. Pero tampoco es para andar por ahí, contándole a todo el mundo. A veces, pienso en regresar, en revivir el pasado. Se gana bien. Bastante. Está sobrevalorado el pago de los programadores. Pocos realmente valen lo que se les paga.
 
Muchos ni siquiera tiene el título, y ahí están, ganando lo mismo que gana un maestro en ciencias de la computación (puro quemón, ¡Identificación proyectiva!). Lo mismo pasa con las relaciones. Sobrevaloradas. Algunas. Otras no valen la pena.
¡Esa canción si me gusta! Llorarás de Oscar de León. Mala interpretación, pero la rolita esta tan buena que aún así me gusta.
 
Mi periodo de gestación se acaba en diciembre. No me quiero ir del hospital. Tal vez no lo sepan, pero para ser un buen analista, el analista, requiere, además de la obvia formación teórica, tener cubierta sus necesidades amorosas, sexosas, narcisistas, de cariño y económicas. De otra manera, no actuaría con ética profesional. Yo tengo casi todas. Me falta amor y dinero.
 
Y de esas dos, es más fácil enfocarme al dinero. De lo otro, pues hace mucho que no la considero en mi gasto pulsional. Nunca he sido, me parece, narcisista. Cariño, no me sobra, está bien. Así que no creo enamorarme de una paciente, a lo más, despertaría mi libido sexual, pero no amorosa. Y ese pensamiento mata mi libido sexual.
 
Así que ya le avise a mi maestro, al jefe del servicio, que ya, hasta diciembre. Yo creo que no quiere que me vaya. Nos llevamos bien, y no es por presunción, pero creo que estoy a la altura cognitiva necesaria. Estoy entrado en años, pero no viejo, tengo harto conocimiento, aunque no exclusivamente de psicología, pero me sirve, me ha servido, para desempeñarme como psicólogo.
 
Y eso se da cuenta mi sensei. O eso creo. Se va a quedar solito. No es que no lleguen más servicios, pero en el periodo que me ha tocado estar, llegan puras mujeres. Por mí está bien. Pero al jefe, ya más cerca de la vejez que de la juventud, sus necesidades son más, mmm, filosóficas. Yo le sirvo de sparring. Y no es lo mismo hablar con mujeres. Por más que se encabronen las feministas. De repente se le salen, con prístina jocosidad, una que varias groserías. Se expresa, vaya.
 
Bueno, me despido, querido diario o ¿mensuario, debería decir?

jueves, 18 de octubre de 2012

¡Un Achievement mas en mi vida!

Resumen: Logros, finales, cambios, expectativas, obviamente, de un servidor.
 
Me he vuelto adicto a las “canelitas”. Las “canelitas” son unos dulces o caramelos macizos, sabor canela (¿A poco?). Las venden únicamente en un puesto, de los múltiples que hay, enfrente del hospital. También las venden en otro puesto, pero para ese hay que caminar mucho más. No demasiado, pero hay que atravesar un predio, que en su momento fue un llano.
 
Y por estos lugares, la tierra es barrosa, el lodo es espeso y pesado. Yo digo que es barro negro, pero como no soy experto en el tema, no puedo asegurarlo. Pero a mí se me hace que es barro negro.
Son de a medio peso ($0.50). Se me hacen caros. Cada que los compro me digo “ahora sí voy a ir a buscarlos para comprarme una bolsa entera”. No lo he hecho, así que sigo yendo por mi dosis de 4 o 5 “canelitas”. Por una parte está bien, porque con lo compulsivo que soy, me acabaría esa bolsa en una semana. Mi dosis, que no es diaria, se acaba en una hora y media, aproximadamente. Si tengo que hablar, pues me duran hasta la salida del hospital.
 
Está bien lejos, llegar hasta acá. No me pagan. Pero me gusta. Como a veces el psicólogo en jefe (y único psicólogo de todo el hospital) tiene que salir (porque además es catedrático de la universidad estatal), me quedo con todo el consultorio. No es gran cosa; quiero decir, el consultorio es de los más grandes, por la terapia grupal, pero no me refiero al tamaño, sino que al menos ya no tengo que andar buscando donde sentarme.
 
Lo que sucede es que cuando el psicólogo en jefe da sesión, pues tengo que salirme. Y si todos los demás consultorios están llenos (que a eso de las 10 u 11 ya lo están) no puedo más que esperar parado. Digo, podría irme a la sala de espera, pero luego se presta para las consultas de “pasillo” y pues no, eso me resulta muy molesto.

Así que cuando se va, me viene la fantasía de tener yo este puesto. La verdad es que no es tan difícil, si te gusta. Como todo ¿verdad? Pero se requieren más estudios y que se abran plazas. Yo apenas voy a terminar clases. ¡Sí! ¡Achievement unlocked  1000G – Finalización de la licenciatura! (Quizá esto último solo lo entenderán aquellos que juegan en el Xbox). Y las plazas son excesivamente contadas. ¡Sólo un psicólogo para atender un hospital de tercer nivel! Efectivamente se está tomando cada día con más seriedad y necesidad a la psicología, pero todavía le falta mucho trecho por recorrer.
 
El próximo sábado 20 de Octubre de 2012 termino clases. Técnicamente ya las terminé, solo voy al examen, y ya. Hace cuatro años y algo comencé esta aventura (ja ja ja que poco original, pero desde cuanto tenía ganas de usar esa trillada frase) y estoy a días de concluirla. Les puedo comentar que estoy muy entusiasmado, incluso más que cuando terminé la maestría (en el área de sistemas de cómputo, esto de la psicología es algo totalmente distinto).
 
Es posible que ahora sí me mande a hacer el anillo de licenciatura. Hasta el día de hoy, no poseo alguno ni de la maestría y ni de la licenciatura anterior. Tal vez. No estoy muy seguro, y tampoco tengo dinero. Pero estoy emocionado. Siento un poco de cosquilleo en el estómago. Hace mucho que no tenía ese sentimiento. ¡Se siente bien!
 
Falta todavía mucho, lo próximo es pasar el último examen (de una materia) para dedicarme a obtener la cédula profesional. Tengo planes, pero todos ellos giran alrededor de lo que quiero y lo que necesito. Quiero hacer el doctorado. De verdad. En psicología, claro. Pero necesito dinero. Hace unos días me contacto un ex colaborador, un excelente computólogo. Me pidió mi curriculum (el vitae, no sean mal pensados), que me quiere devolver al ruedo (de los sistemas de cómputo).
 
Que les puedo decir, mi narcisismo en la cima del mundo. No me negué, total, no me hizo oferta alguna, ni promesa de algo. Sólo eso, mi CV. Por supuesto que ya incluí lo de psicología. “¿Y te piensas dedicar a eso?” –Claro “Bueno, pero mientras pásame tu cv” –Claro
 
No me quiero regresar al DF, pero el dinero es el dinero. Gracias a el dinero que obtuve haciendo el trabajo de sistemas, fue que logré dar fin a esta aventura (ja ja ja ja). Ahora nuevamente necesito dinero. De verdad no tiene idea de lo caro que salen las pruebas psicológicas, y demás material para tener un consultorio medianamente armado. El más simple, pues es una habitación con dos sillas. ¿Suficiente? Pues depende que tanto quieras profundizar y a que público objetivo te quieras dedicar.
 
Si es para niños, definitivamente no te sirve. Para adolescentes y adultos sirve. Pero solo para psicoterapias, y eso, de padecimientos no tan complejos. Pero por ejemplo, si llega un adolescente que quiera que lo ayudes a “descubrir” sus “gustos” porque no sabe que estudiar, la habitación con dos sillas comienzan a ser muy inadecuados. Necesitas pruebas. Y esas pruebas cuestan. Una consulta, al menos de un novato como yo, no alcanza para comprarla. Ni 10.
 
Por lo pronto ya me pidieron (y es un honor, de verdad) que alargue mi estancia en el hospital. Mi servicio se acaba a fin de mes. Me gusta, mucho. Pero no me da ganancia monetaria. Es como el amor con falta de dinero o dinero con falta de amor. Ambos acercamientos no terminan bien. Debe haber un equilibrio. Que puedo decir. Me siento bien, pero sin opciones a irme de vacaciones (que de por sí, no soy muy vacacionista que digamos, pero al menos tener la certeza de que me puedo ir, cuando mejor me convenga), de formar una familia (que tampoco estoy buscando tener hijos, pero al menos sí vivir en pareja), de excepcional y eventualmente tener un hijo (cada vez se desdibuja más esta opción), de seguir estudiando, porque los estudios, ¡Oh sí!, cuestan.
 
Así que desde aquí, sentado en la silla del jefe, acabando con mi cuarta “canelita”, viendo el ajetreo del piso, el paso de enfermos, enfermeras y médicos, ensimismado en mi pensamiento, oyendo a Beethoven (que tal, hipster el no tan chavo; ¿ya se fijaron que Beethoven es parte del diccionario del procesador de textos en español?) les comparto estos momentos únicos de mi existencia.
 
No sé qué pase en los próximos 3 meses, pero en ellos se decidirán si llegaré a ser doctor en psicología, si la psicología se transformará en mi trabajo sabatino, si me regresaré al DF, si este sentimiento en el estómago se volverá a presentar. Yo deseo que sí. Es que se siente tan bonito.

lunes, 1 de octubre de 2012

Cerrando círculos

Resumen: Sueños y pensamientos personales

Preludio: Tengo un archivo con entradas que por una u otras razones, no publico en la fecha, este escrito salió de mi mente el 24 de Septiembre del 2012.
 
La semana pasada tuve un sueño. Pero antes, quiero comentar que mi vida amorosa casi siempre ha quedado sin cerrar círculos. Y sí, este sueño tiene que ver con mi vida amorosa. No fue tan extraño, y más bien muy común. Común en el sentido que no volé, ni conviví con personas ya fallecidas.
Común y no tanto. Resulta que fui a la casa de Black Swan a despedirme, a cerrar ese círculo. Solo que nunca conocí su casa en la vida real, y en mi sueño, su casa era una casa de una familia clase media del DF, es decir, una vivienda que en sus inicios fue bonita y funcional, y hoy solo es funcional. Era una casa con paredes desvencijadas, con pintura opaca y cacariza. Estaban sus hermanos. A esos si los conocí, pero los hermanos de mi sueño no eran los que conozco. Es más solo sabía que eran sus hermanos, pero en realidad no los reconocí, eran pues, unos desconocidos. Pero sabía que eran sus hermanos.

La vi, y como siempre que la veo, me dio un vuelco el estómago; tan linda, tan ella, con ese cuerpazo de bailarina exótica, y su respingada nariz que tanto me gusta y su chillona voz, que no me cansa y con ese desparpajo, como quien siempre está de buenas. Había una reunión, una fiesta, creo, lo curioso es que ella era la única mujer en mi sueño.
 
Nos sentamos, en el sofá de la sala de estar; supongo que hablamos, esa parte no lo recuerdo. Pero doy por hecho de que hablamos, porque estaba a punto de marcharme, de levantarme cuando ella, sin mediar palabra alguna, me tomó de la mano. Y la sentí, su mano, tan viva, tan calientita, y suave al tacto, con esos dedos largos que tanto me gustan. Y firme, pero a la vez suave, no dejó que me levantara.
 
Al contrario, se acurrucó en mi regazo, como tantas veces quise, y me miró con esos ojotes y me sonrió. Y fui inmensamente feliz ¡Por fin lo había conseguido! ¡Por fin había decidido quedarse a mi lado!
 
Pasamos toda la tarde, así, ella acurrucada en mis muslos; yo sin dejar de mirarla, de recorrer cada vuelta de su torneada complexión, sabiendo lo hermoso que iba a ser de ahora en adelante, de tenerla por fin conmigo.
 
Y verdaderamente fui muy feliz. Fui tan dichoso que ni siquiera cuando desperté, el contraste con la realidad me quitó ese sentimiento placentero. Mi mente decidió que ya es momento de cerrar círculos, que ya debo empezar de nuevo. Y si no puedo realizarlo en la vida real, lo puedo intentar en el mundo de los sueños. Total, la mente, en ese momento, no distingue sueño de realidad.
Así que ya me siento con mucho menos pena y tristeza. Primero pensé que me estoy volviendo psicótico, es decir, hay una escisión de mi mente; pero no creo, porque estoy consciente que eso que pasó, en realidad no pasó, y que no pasará.
Ahora, analizando el hecho, creo que es la manera con la cual mi cerebro intenta dejar de sufrir, de llorar, de penar. Realizando lo irrealizable, dándole un sentido lógico al asunto. Siendo sin ser. Yo creo que ese es el verdadero poder del ser humano. Trascender a la realidad. Porque después de todo ¿Qué es real? ¿Qué es ficción? Nuestra mente lo decide.
Así pues Black Swan, me despido de ti, con mucho pesar, con lágrimas a punto de salir, deseando lo mejor para ti, para tu vida. Te dije que no me arrepiento de haberte conocido. Ahora lo sostengo.
 
¡Hasta la otra!

domingo, 2 de septiembre de 2012

Principio del fin


Resumen: pues nada, aquí nada más, divagando.

Y ya estamos en el último cuatrimestre del año. En este mes, hace un año, estaba iniciando mi última crisis existencial (llevo varias, tantas que ya hasta perdí la cuenta). Deje mi trabajo, decidí cambiar de actividad de toda la vida para generar riqueza; deje el DF; me despedí de mi gran crunch, al que todavía añoro y muero por ver (pero no he visto desde abril de 2012, ni volveré a ver en mucho, mucho tiempo); me aventé, me lance al vacío, no espero regresar.
Pero uno nunca sabe. No puedo pasar el resto de mi vida sin actividad que me genere dividendos económicos, pero definitivamente no quiero regresar al DF. Ni me quiero mover de donde estoy. Desafortunadamente por acá no hay mucho que hacer en cuanto a sistemas, los sueldos son bajísimos y nada atractivos.
Pero tampoco es que quiera seguir en sistemas: al dejar mi trabajo anterior, también decidí que ya no iba a seguir en sistemas, no como fuente primaria de trabajo, tal vez si se presentara una oportunidad de medio tiempo o de manera tangencial, como dar clases de computación o algo así.
Además tenemos la profecía maya del 2012, el PRI regresa (los conocedores del tema me replican: ¿Pues cuando se fue?) y yo estoy tranquilo, sin trabajo ni dinero, pero tranquilo. Tengo lo suficiente para vivir, sin lujos ni con opción de adquirir bienes materiales, como antaño. Eso se extiende a los eventos sociales: ya nada más tomo en fiestas, y como casi no voy ni me invitan, pues he andado sobrio. No me quejo. Pero ya se me antoja una mareadita alcohólica.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Acumular cosas

Resumen: Mi punto de vista sobre la costumbre/maña del ser humano de guardar cosas

En mi pueblo llueve con cierta frecuencia. Tenemos un clima lluvioso una (cálculo personal) tercera parte del año, más o menos. Y la lluvia viene acompañada de rayos y truenos. Los truenos, pero principalmente los rayos, tienen la característica de quemar los aparatos eléctricos.
Se supone que mi hogar esta aterrizada físicamente, pero esto no para el efecto de inducción magnética ¿Cómo lo sé? Pues porque, incluso, con el interruptor principal de la energía abajo (cortando el flujo de corriente eléctrica), cuando caen los rayos, a veces, no muy frecuentemente, pero a veces, los focos se prenden.


Las primeras veces si te agarra desprevenido y hasta miedito te da. Pero después analizas el fenómeno y caes en cuenta del efecto de la inducción magnética. Pero hay otro efecto, más dañino y perjudicial para los aparatos eléctricos: se queman.
No todos, claro, pero si algunos como el modem (por eso luego no tengo Internet) y dependiendo de la cercanía de la caída del rayo, algunos transformadores de aparatos como los cargadores de telefónicos.


Por eso cuando comienza a tronar, ahí me tienen desconectando antenas, el modem, las clavijas de casi todos los aparatos eléctricos. Y sí, si uso reguladores, pero como les comentaba, eso sirve para los picos del voltaje que vienen por la red eléctrica. Pero el efecto de la inducción magnética no puede ser detenido de esta manera.


¿Y que tiene que ver todo esto con la cuestión del acumulamiento de cosas? Bueno pues resulta que en uno de estos aparatos eléctricos, específicamente un teléfono inalámbrico, tenía mucha información de personas que ya casi no frecuento, pero cuya información no poseo en otro lugar. Es decir, como el dichoso teléfono se estropeó, perdí toda esa información.


La gran mayoría la puedo recuperar, otro tanto no me interesa (es más, ni recuerdo que pueda haber) y una muy poca, poquísima información, si me pudiera interesar recuperar. O tal vez no.
Quiero, pero no quiero. Resulta que en la memoria de este teléfono tenía guardada la información de un mujer muy querida por mí. El número de su casa. La última vez que le llamé fue en abril del 2012, hace no mucho. Nos vimos y no me fue bien. Me fue muy mal de hecho.
 
Mal y no. Y de ahí el título de esta entrada. Acumulamos cosas. Volteo y veo el calzado que tengo. Pues hay cuando menos cuatro pares de zapatos y unas botas que no recuerdo cuando fue la última vez que las usé. Los zapatos ya ni me gustan y con mi actual ocupación de semi NiNi menos probabilidades de uso van a tener. Las botas no se diga. Yo soy más de tenis.
 
Pero ahí las tengo. Lo mismo pasa con mis apuntes estudiantiles. Todavía guardo las libretas desde la secundaría. ¿Para qué? Francamente no lo sé. Estaba revisando mis notas de la prepa y la universidad. Algunas cosas ya no me acuerdo, sobre todo de matemáticas avanzadas y otras, la gran mayoría, ya no tienen interés para mí. Pero ahí tengo todo ese cúmulo de hojas y hojas.
“Sí, mejor las guardo, uno nunca sabe cuando pueden ser útiles” Ajá. No he ocupado algo de eso que he ido acumulando hasta ahora. Y lo más probable es que nunca lo llegue a ocupar. Es más, si no reviso lo que tienen, ya ni sabría que información poseo. Luego entonces, el no saber que es lo que estoy guardando o no tener esa información, vienen a ser para efectos pragmáticos, lo mismo.
 
Lo mismo y no, porque estoy ocupando espacio. Pero uno, como persona, prefiere tener a no tener. Aunque el tener no implique necesariamente que se ocupe. En mi caso, no he ocupada algo de lo que he guardado, para absolutamente nada. Y caigo en cuanta que eso de tener es solo una muletilla, una tablita mental de salvación. Salvación, ¿de qué?
 
Vivimos de una promesa de que estamos bien o vamos a estar bien. El acumular cosas es una expresión de esa promesa. A lo mejor esos zapatos o esas botas las voy a ocupar después. Mejor tenerlas a no tenerlas. ¿No? Pues no, porque si no las ocupas de manera cotidiana, lo más probable es que nunca más las ocupes.
 
Eso pasa con el conocimiento, si no lo ejerces o usas, lo más probable es que lo olvides y para efectos prácticos es como si nunca lo hubieras aprendido. La única ventaja es que la curva de aprendizaje de un conocimiento adquirido previamente es menor a que si nunca lo hubieras adquirido con anterioridad.
 
Y un tren de pensamientos me inundó cuando caí en cuenta que ya no tengo el número telefónico (de su casa, porque el celular sí) de mi ultimo gran crush. Primero me inundó la desesperación, de ver la manera de componer (que no es tan difícil, pues solamente se quemó el eliminador y no es tan difícil conseguir un eliminador “multiusos-multicontactos”) el aparato para sacar esa información.
 
Pero luego me di cuenta que, suponiendo logrará extraer el número telefónico, iba a pasar a ser parte de mi cúmulo de colectas. Soy malo para memorizar las cosas, por lo que el número, de aprendérmelo, eventualmente lo olvidaré. Sobre todo si no lo uso. Y no lo uso.
 
Así que opté por dejar por la paz la idea de “revivir” mi inalámbrico y dejar que esa información pase al mundo de lo olvidado. Aunque digo que la cuestión no es olvidar, si no aceptar. Porque olvidar es como si no hubiera pasado. Aceptar es un proceso mucho más complicado y efectivo. Uno acepta, pero no olvida. Aceptar y olvidar no es lo mismo. Así pues, al dejar que ese número se pierda comienza esta situación de la aceptación.
 
Aceptar que ya no estará más en tu vida. Hablo de mí y de ella, por si no se habían dado cuenta. A lo largo de mi vida, la cual ya lleva un poco más de la tercera parte (estadísticamente hablando) y se acerca rápidamente a la mitad de la misma, he aprendido que el tiempo y la distancia son buenas para solventar las heridas emocionales.
 
Antes pensaba que la distancia y el tiempo proporcionaban olvido. Pero uno nunca olvida, uno acepta. El olvido sucede solo si tiene un percance en el cerebro, una enfermedad (como el Alzheimer) o un golpe que afecte físicamente a tu masa encefálica.
 
Así que el tiempo y la distancia son buenos para aceptar, con resignación, aquello que no quieres aceptar. Al final no te queda de otra. No depende de ti. Es tan complicado aceptar esa realidad. Tu tan cerca, tan viva, tan al alcance, pero en la práctica tan lejana y divergente.
 
Porque la cercanía no es tanto física como emotiva. La cercanía física es tan débil y la lejanía emotiva tan fuerte. Tú allá y yo aquí, queriendo estar allá. Pero la pura cercanía no basta. Lo que se requiere es un consenso, estar en la misma sintonía. Esa es la falla del sistema. Por eso es que tú estas allá y yo estoy aquí.

domingo, 26 de agosto de 2012

Una posible madre de mis hijos

Me encanta Ashley Greene; déjame hacerte unos hijos!, yo los mantengo, no hay problema

miércoles, 22 de agosto de 2012

Lo admito, soy voyeurista

Resumen:  Ocio puro, puro ocio.

Y para salir en esta página, se necesita tener cuando menos 90 de busto y ser copa C. Cuando menos.

También les dejo este videito; la dueña del canal trabaja en TV Azteca, sí me la daba, tiene unos ojos preciosos, pero es medio mamila. A veces me gustan sus videos, a veces no, pero este video me gustó porque sale el Jack Black de Tepito y de repente si les sale un poco la cuestión de la comicidad.



O tal vez solo sea que estoy de simplón.


martes, 21 de agosto de 2012

Anotaciones sobre fenómenos histéricos

Resumen: Fragmentos del texto "Sobre el mecanismo psíquico de 
fenómenos histéricos (1893)" «Über den psychischen 
Mechanismus hysterischer Phänomene» de Freud

  • En la primera mitad de la década de 1880, Charcot empezó a dedicar su atención a la «gran neurosis», como  denominan los franceses a la histeria.
  • A  fin  de  que  la  representación  «el  brazo  está  paralizado»  pudiera provocar  realmente  una  parálisis  en  el enfermo, sería necesario que este se encontrara en el estado  de  la  hipnosis.
  • Ahora  bien,  el  obrero  no  se  encontraba  en  ese  estado;  no  obstante, podemos suponer que durante el trauma era el suyo un particular estado mental, y Charcot se inclina  a  equiparar  este  afecto  al  estado  hipnótico  artificialmente  provocado.
  • Señores:  Más  o  menos  por  la  misma  época  en  que  Charcot  iluminaba  de  esta  manera  las parálisis  histero-traumáticas,  el  doctor  Breuer,  en  1880-82,  prestaba  asistencia  médica  a  una joven dama que, mientras cuidaba a su padre enfermo, y por una etiología no traumática,  había contraído  una  histeria  grave  y  complicada,  con  parálisis,  contracturas,  perturbaciones  del lenguaje y de la visión y toda clase de particularidades psíquicas.
  • Este caso conservará su significación  para  el  historial  de  la  histeria,  pues  fue el  primero  en  que  el  médico  consiguió iluminar todos los síntomas del estado histérico, averiguar el origen de cada uno de ellos y al mismo tiempo hallar el camino para que ese síntoma tornara a desaparecer; fue, por así decir, el  primer  caso  de  histeria  que se volvió trasparente. 
  • Helo aquí: es preciso poner a los enfermos en estado de hipnosis y entonces inquirirles por el origen de cierto síntoma, cuándo apareció por primera vez y qué recuerdan a raíz de ello.
  • Existe una total analogía entre la parálisis traumática y la histeria común, no traumática.
  • El cuidado de enfermos es de presencia frecuente en la etiología de la histeria
  • Uno de los síntomas más frecuentes de la histeria es la anorexia y el vómito. Conozco toda una serie de casos que explican de manera simple el surgimiento de ese síntoma. Así, una enferma, que  había  leído  una  carta  mortificante  inmediatamente  antes  de  comer, después de hacerlo vomitó todo, y el vómito persistió luego.
  • También el síntoma del insomnio y la perturbación del dormir encuentran las más de las veces una exactísima explicación.
  • A tales simbolizaciones han recurrido muchos pacientes en toda una serie de sedicentes  neuralgias  y  dolores.  Existe  por  así  decir,  un  propósito  de  expresar  el  estado psíquico mediante uno corporal, para lo cual el uso lingüístico ofrece los puentes.
  • Toda  histeria  puede concebirse  como  una  histeria  traumática  en  el  sentido  del  trauma  psíquico,  y  que  todo fenómeno está determinado con arreglo a la índole del trauma.
  • Si  un  ser  humano  experimenta  una  impresión psíquica, en su sistema nervioso se acrecienta algo que por el momento llamaremos la «sumade excitación»
  • El acrecentamiento de la suma  de  excitación  acontece  por  vías  sensoriales,  su  empequeñecimiento  por  vías  motrices.
  • Sin  embargo,  un  autor inglés lo señala con chispa: el primero que en vez de arrojar una flecha al enemigo le lanzó un insulto fue el fundador de la civilización; de ese modo, la palabra es el sustituto de la acción, y  en ciertas circunstancias  (confesión)  el  único  sustituto.
  • Si un ofendido no puede devolver la afrenta, ni dando a su vez una bofetada ni por medio de un insulto, se crea la posibilidad  de que el recuerdo de ese suceso vuelva a convocarle el mismo afecto que estuvo presente al comienzo.
  • Una afrenta devuelta, aunque sólo sea de palabra, se recuerda de otro modo que una que se debió tolerar, y es característico que la lengua llame «mortificación» a este padecer tolerado calladamente.
  • Así las cosas, si la reacción frente al trauma psíquico tuvo que ser interrumpida por alguna razón, aquel conserva su afecto originario, y toda vez que el ser humano  no  puede  aligerarse  del  aumento  de  estímulo  mediante «abreacción» está dada la posibilidad  de  que  el  suceso  en  cuestión  se  convierta  en  un  trauma psíquico.
  • Consideremos ahora el modo en que opera nuestra terapia. Ella solicita {entgegenkommen} uno de los más ardientes deseos de la humanidad, a saber, el deseo de tener permitido hacer algo por segunda vez. 
  • Alguien ha experimentado un trauma psíquico sin reaccionar suficientemente frente a él; uno se lo hace vivenciar por segunda vez, pero en la hipnosis, y ahora lo constriñe a completar la reacción. Entonces él se aligera del afecto de la representación, que antes estaba por así decir estrangulado, y con ello se cancela el efecto de esa representación. Vale decir que consumando la reacción no tramitada no curamos la histeria, sino síntomas singulares de ella.
 Estoy indagando los orígenes de la psicología, sabor Freud, y este es uno de los primeros escritos (cronológicamente) netamente freudianos donde se pueden rastrear el principio del psicoanálisis. Cuando se cuenta la historia, en clase, da la impresión de que Freud lo sabía todo desde siempre.

Bien, no fue así. Afortunadamente, esta su testimonio en miles (literal) de páginas escritas por el propio maestro. Dejé bastante claro cual fue la idea que más me gusto de este escrito, sobre el fundador de la civilización.

Nótese que en este escrito, todavía se toma a la hipnósis como herramienta de uso terapéutico, y que actualmente no se utiliza en las terapias psicológicas.

Si leen el texto completo, se darán cuenta que en realidad fue Breuer quien podría considerarse, si no el padre, sí el de la idea primigénea sobre la cura por el habla. ¡Fascinante!

domingo, 19 de agosto de 2012

De la práctica cotidiana

Resumen: pensando en mi actuar como profesional 
del área de la salud mental, dudas varias.
 
Estaba pensando en mi ocupación actual. Pensando en que tanto debo de tener experiencias. Para aquellos que no estén enterados (no tienen porque estarlo), estoy desarrollándome profesionalmente en el área de la salud mental, ramo psicología.

Estoy en el servicio social en hospital, esto es, el área clínica. Y se atiende de todo. Desde niños, hasta personas en senectud. Particularmente prefiero los adultos, aunque desde el punto de vista de mercado, los niños son una especialidad que no debe dejarse a un lado, así de primera instancia.

Pero de plano la gente longeva no me llama la atención. Pero en lo que estaba pensando era en la cuestión de vivencias. Esto es, como puedo dedicarme a, digamos, la dirección de niños con problemas, si no tengo hijos. Por supuesto que sé muy poco, pero todo ello lo suplo, o al menos eso pretendo, leyendo e investigando al respecto. Adolescentes, bebés, suicidios, psicopatologías, pruebas, investigaciones recientes, dudas a los profes (chafas, pero peor es nada) y al tutor.

Sin embargo, siento que de alguna manera debería tener algo de experiencia en la práctica. Porque por más que uno vea a, digamos niños, no se puede comparar con una vivencia cotidiana. Ahí siento que estoy en un posible fallo. No lo sé. Creo que llevaré esta duda a mi contenedora (un psicólogo que si bien no es tu psicólogo, si es el medio de “contención” de lo que se vive en el consultorio, porque le cuentas los casos que más te han o hacen mella de manera personal. Por ahí leí que no hay nadie más solo que un psicólogo; algo hay de cierto).

Ah, también me ha tocado tratar problemas de pareja. Nuevamente, mi experiencia personal en ese plano es prácticamente inexistente. Mis relaciones han sido, además de cortas, muy pasionales y con finales más bien tristes y dignos de contarlos en la barra de una cantina de mala muerte. Así que ahí estoy, escuchando y haciéndola de árbitro, siguiendo los lineamientos de la psicoterapia, aplicando la teoría y poniendo la máxima atención, cuidando las formas, los modos, siendo lo más neutral, pero haciendo notar aquello que la pareja no ve o ve de otra manera. Es arduo y difícil, pero no imposible. Y los resultados, al menos eso creo, no han sido malos, siguen viniendo.

De hecho, fueron los mismos pacientes quienes sugirieron que trajeran a sus parejas, así que algo bien debo estar haciendo. Algo similar pasa con los pacientes adolescentes. Tampoco son muy de mi gusto, porque tiene uno que andar separando la problemática real, de las imposiciones propias de la edad (hormonas, principalmente). Pero el punto crítico que tengo, es precisamente esa duda, ¿Basta con que siga estudiando libros, investigaciones y yendo con especialistas? ¿O definitivamente tengo que vivir en pareja, tener hijos, para poder lograr ser un buen terapeuta?

Me consuelo diciéndome que no es necesario sentir dolor para saber que duele. Espero se entienda el símil, a veces los pongo muy rebuscados. Como corolario diré que me gusta mucho esta nueva y espero, final faceta de mi vida como profesionista. Sé que no ganaré tanto como en mi antiguo trabajo; a cambio tengo más tranquilidad y menos neurosis en mi vida cotidiana.

lunes, 13 de agosto de 2012

Te amo

Resumen: Neurosis pura, así de simple.

Me han dicho ¡Te quiero! Mujeres que he amado, esperando escuchar de ellas un ¡Te amo!
 
He dicho ¡Te quiero! A mujeres que no he amado, pero he querido mucho, esperando que les diga ¡Te amo!
 
Atesoraré hasta el día de mi finiquito en este mundo, el escuchar de una mujer que yo ame, las palabras ¡Te amo!

sábado, 11 de agosto de 2012

Somos muy sencillos de complacer

Resumen: Micropensamientos sobre la bioquímica cerebral.

Le comentaba a mi tutor del servicio social, que el ser humano no es más que un saco atiborrado de pulsiones. Le arranque una franca, larga, sonora y sincera carcajada.

Ahora redefino mi parecer, hago la siguiente adenda: también no somos más que reacciones bioquímicas inter e intra neuronales, acompañadas de una tormenta de impulsos eléctricos. Pero nada que no podamos recrear de manera artificial; las reacciones bioquímicas ya son más o menos manejadas con drogas (legales e ilegales) y las descargas eléctricas están limitadas a micro volts.
 
Como dije en el título de esta entrada, en teoría, es muy fácil ser feliz. En teoría.
 
La matrix sigue teniendo la razón.

Aquí de lo que hablo.

Yendo al trabajo

Resumen: recuerdos de mi vida, no vivida

-Amor, ya me voy. Como todas las mañanas, desde que vivimos juntos, me dedicas esa sonrisa, tan limpia, tan franca, tan tuya, que hace brillar mi mundo.
-Sí, ¿llegas tarde?
-Espero que no, los proyectos van bien y no creo tener que estar tiempo extra
-Bueno, porque queremos ir al cine
-¡Yo también! Al escuchar sobre ir al cine, nuestros hijos, él y ella, que se llevan dos años, se emocionan y me miran como lo más preciado que tienen el mundo
-¡Sí papi! ¡No llegues tarde!
Y pensar que no quería ser papá. Es algo tan, bueno, no es posible describirlo. Tiene que ser vivenciado. En realidad si quería, pero no con cualquiera, no reproducirme con cualquier mujer. Tu haz sido el perfecto crisol en el cual vertí lo mejor de mi. Eso creo. Me siento muy feliz. Tengo algo que nunca imaginé, con todo y que fueron verdaderas chingas, eso de dar la mamila, y el cambio de pañales ¡uagh! Pero no hay manera de no querer esto. No puedo imaginarme sin ustedes. Nací para vivir lo que estamos viviendo.
Son mi fortaleza y mi gran debilidad. Si alguien quisiera dañarme en serio, lo haría a través de ustedes. Por eso casi no hablo de ti, ni de nuestros hijos. No con los extraños, cuando menos. Por supuesto que me enorgullece. Más que eso. Mucho más.
Hoy, como todos los días desde que vivimos juntos, te levantas un poco antes que yo (cuando éramos novios no creí que fueras capaz de mantener una disciplina. Creo que la maternidad te la consolidó, eres, cuando lo necesitas, toda una espartana) y nos preparas el desayuno. Ahora es un desayuno verdaderamente sabroso. Al principio, cuando nada mas estábamos tú y yo, no era tan rico.
Pero siempre me lo he comido “Cualquier cosa que hagas con tus manitas, quemado, salado o de un sabor ‘diferente’, me lo comeré, porque lo importante es el gesto, es que lo hayas hecho con deseos de hacerlo bien, con ganas y con amor” solía decirte cuando te dabas cuenta que pues, no era algo agradable al paladar.
Afortunadamente nunca te diste por vencida. Y ahora tienes un toque verdaderamente rico. O tal vez ya me acostumbre. No lo creo, porque nuestros hijos son jueces implacables, y pocas veces los he escuchado quejarse. Y de lo que se quejan, se quejan todos los niños “!No quiero verduras¡”, así que tienes un buen toque en la cocina. Tu trabajo te ha costado.
Tomo mi saco y mientras me acomodas la corbata me dices:
-Ay ****, porque no te acomodas la corbata, no sabes que tienes que verte bien
-Tengo que hacer bien mi trabajo, si no soy stripper, como luzca es lo de menos
Y en ese tenor son nuestras charlas de despedida.
Me acerco a la puerta y nuestros hijos corren a darme el abrazo y el beso con la ternura y cariño que sólo los hijos pequeños saben dar. Ya crecerán y lo más probable es que me ignoren y me llamen por mi nombre. Pondré todo mi empeño en que nunca me llamen por mi nombre. Aceptaré todo lo demás, pero no que me llamen por mi nombre.
Mientras, siento fluir su cariño. No hay un día en que no sienta este estremecimiento electrizante, cuando me abrazan y me besan y me dicen que regrese pronto. Yo me pongo en cuclillas y los abrazo, ella a mi diestra, él a mi siniestra.
-Órale, a lavarse los dientes
-Sí mami
Me pongo de pie, agarro mi maletín. Para mí era más cómoda la mochila, pero  la mochila es para estudiantes, no para el puesto que desempeño, así que me regalaste ese costoso maletín de vanidosa marca. Sí me gusta, pero sigo pensando que no es mi estilo.
Hoy, como todas las mañanas, ya estas arreglada para el trabajo. Nunca he dejado de verte como si fuera la primera vez. A veces te pones pantalones, a veces, las menos, faldas o vestidos. Yo prefiero las faldas y vestidos. Pero siempre te ves hermosa. Me siento tan vivo cuando pienso que eres mi mujer, que me quieres, que me amas, que vives conmigo.
Hoy traes vestido, blanco con cositas en rojo. Por supuesto que me enamoré de tu figura: senos turgentes, mas grandes que la media mexicana, caderas anchas (por más que quieras tener menos, no es tu constitución, ¡Y que bueno!), breve cintura, piel blanca, y aunque no eres rubia, insistes en serlo. A pesar de la maternidad no has perdido tu figura. En parte es tu negación a la gordura, que te hace ser asidua del gimnasio. No sé de donde sacas tanta energía. Pero yo feliz.
Ya te he explicado que dada tu constitución, eventualmente no podrás evitar ese extra en carnes. Pero te niegas a aceptarlo. Por mi parte no me importaría mucho que tengas kilitos de más. Me gustas y tenemos en común mucho más que el simple, llano y rico sexo. Mucho más.
Por lo pronto tengo un esposa, la que, además de buena (jajajaja, no me canso de verte enfadar cada vez que te digo que estas buena) es hermosa. Tu carita, afilada, como de zorrito (“zorrita, tu abuela”), afilada pues, va enmarcada por dos enormes ojos y una nariz muy delgada y finita. Muchas veces pensé que era operada. Tú siempre lo negaste.
Ahora, que he tenido tanto tiempo cerca tu cara, puedo confirmar que no es operada. No creo que exista un cirujano en este mundo capaz de hacer una nariz como la tuya. Es en verdad muy delgada y finita. Solo puede salir así de fábrica. Con respecto a tus ojos, te he dicho que para que fueras mi mujer ideal, tendrían que ser verdes o azules o cualquier color, menos cafés.
El color café es muy común por estas latitudes, pero los tuyos tienen una claridad que los hace tan a la altura de los de cualquier otro color. Así están bien.
Así que tengo una diosa como esposa. Algo hice bien, que tengo esta hermosa y complicada familia. 

Nuestros hijos, curiosos e inteligentes, me ponen en apuros cada vez más. Sus preguntas van avanzando en cuanto al nivel de complejidad y moralidad. Algún día tendremos que hablarles de sexo, de la vida, de la muerte, de la violencia, de la injusticia.
Pero lo haremos juntos. Tu les darás la visión rosa, yo la visión, mmm, pues la visión más acorde a mi intrínseca oscuridad. De esta manera tendrán una visión completa de lo que es la vida, de lo que creemos que es la vida. Hasta en eso eres perfecta para mí.
Ya estoy en la puerta, casi para irme, cuando, como todos los días, te acercas, te pones de puntitas (no soy muy alto, pero tú sí muy chaparrita), me cercas el cuello con tus largos, blanquecinos y suavísimos brazos, me plantas un beso en la boca, haces que gire la cabeza, para que puedas susurrarme al oído:
-¡Donde andes de cabrón!
No podría ser más feliz.

jueves, 9 de agosto de 2012

Deliveraciones escolares laborales

Últimamente he estado un poco cansado. Bueno muy cansado. No sé a que se deba. Quizá a que duermo poco, como 4 o 5 horas, cuando para mi son necesarias 8. Eso ha de ser.
Han pasado ya varios eventos en México: ganó el PRI, AMLO intenta evitar lo inevitable, los juegos olímpicos están a la orden del día, el movimiento 132 no ha fenecido, los panistas se van, los priistas regresan, los perredistas cada vez van siendo menos perredistas, el país sigue a pesar de todo. Y el futuro lo vislumbro negro y decadente. Al menos para mí.

Próximamente me convertiré en un NiNi. Ya casi terminan mis estudios de licenciatura en psicología y para poder ejercer de psicólogo necesito la cédula profesional, y para sacarla necesito hacer una tesis, examen de CENEVAL o estudios de posgrado.
Independientemente de la cédula de psicólogo, quiero seguir con estudios de posgrado, en el área de psicología clínica, pero también necesito trabajar, para poder costearme los estudios de posgrado e irla llevando. Así que es un hecho (bueno, depende de si me aceptan en la maestría) que sigo estudiando, pero lo de la cédula es importante también.
Yo quiero hacer tesis, pero la verdad que no se me ocurre un tema. Yo esperaba que en la chafa universidad en la que estoy (ni el nombre les quiero dar, para no hacerle promoción) hubiera algo así como un hilo de temas de tesis o profesores investigadores (sí, como no) que tuvieran temas para hacer tesis. Pero no. Me dijeron que yo proponga el tema y el comité evaluador evaluara la viabilidad de mi tema de tesis.
¿Cómo quieren que proponga un tema de tesis, si no tengo idea de que temas puedan ser interesantes en psicología? Esta y otras muchas preguntas que no expondré, me tienen muy desanimado en esto de la tesis. Pero si se me ocurre un buen tema, haré tesis, independientemente del posgrado.
Y por último, el CENEVAL. Antes, en esta chafa universidad, la mayoría de los psicólogos se graduaban por examen, pero desde que cambiaron el tipo de examen a “por competencias” (que según entiendo es algo así como “100 psicólogos dijieron”) pues ya se la pelan, porque por competencias implica algo de experiencia. Con algunos compañeros hemos buscado si es posible que se de un curso para presentar el examen, algunos nos han dicho que si existen, otros (y yo pienso igual) dicen que no es posible porque no es como estudiar de un libro.
En Septiembre termino el servicio social, y francamente, exceptuando el pago, adoro estar en hospital. Me gusta esto de tener contacto con las personas, ver el descanso (no de todos) que muestran después de que haces una buena terapia (me dicen “gracias doctor, de verdad que me siento mucho mejor” o “me sentí muy bien de contarte todos mis problemas” o cosas por el estilo).
Por supuesto que ni por asomo puedo considerarme psicoanalista (porque lo que estoy haciendo es en realidad psicoterapia), tampoco psicoterapeuta (aunque considero que ya casi), y afortunadamente, todo el conocimiento previo que he tenido de una y muchas maneras me ha servido. Porque la gente que viene a terapia es de todo tipo, desde personas muy humildes, hasta profesionistas envalentonados por sus estudios y derechos que muchas veces se portan prepotentes y francamente desagradables. Pero para todos hay. También he tenido la oportunidad de trabajar con niños, terapia de pareja, suicidas y terapia grupal. Francamente la terapia grupal no es lo mío. Los niños no me gustan tanto, pero le he ido agarrando el modo y por otra parte, todo mundo tiene hijos, así que desde el punto de vista de mercado, no se debe soslayar tan a la ligera. La terapia de pareja también me ha parecido interesante y los suicidas, bueno pues esos entran en el rango de la psicología clínica, y por su puesto que me resulta interesante de tratar.
Obviamente no podría hacerlo solo, tengo a mi tutor, un doctor en psicología clínica (el jefe del servicio clínico), con el cual he tenido una excelente empatía (creo que es mutua) y me da consejos, me explica todas las dudas que le planteo, me da recomendaciones de lectura, de películas, en fin, todo lo que la chafa universidad no me ha dado. Estoy muy agradecido con mi tutor.
Pero (como dicen, si hay un pero, todo lo que vino detrás del mismo carece de valor) todo eso no me ayuda mucho en la cuestión de encontrar trabajo. La cosa esta así: una vez que termine mis materias, seré un pasante de psicología, con prácticamente cero experiencias de trabajo, sin trabajo y en realidad bastante viejo para recién haber terminado la carrera. De alguna manera debería enfatizar que es mi SEGUNDA carrera; pero he pensado que eso es contraproducente, porque surgirían las dudas de porque no me seguí con lo que hacía y que sí esto es un síntoma más bien de mi falta de compromiso y un largo etcétera.
Por lo pronto seguiré disfrutando de mi estatus de “doctor” (algún día seré doctor de a deberás, doctor en piscología clínica), porque la mayoría de las personas que acuden al servicio, a cualquier persona que ven con bata lo convierten automáticamente en “doctor” (al principio solía decirles, no soy doctor, soy psicólogo y ellos me respondían “sí, doctor”). Yo creo que mucho me ven como doctor, porque doy el gatazo. Es decir, no me veo de 20 años, ando de bata, con panza y con cara de que soy el terapeuta de dios.
Lo que de verdad quiero, es continuar estudiando y conseguirme un nicho en el ámbito psicológico, porque aunque no lo parezca, es muy competido y hay verdaderas eminencias que cobran lo que quieren. Así que el reto es alto, máxime que regresa el PRI al gobierno y el ámbito económico/socia no es nada halagüeño.


domingo, 15 de julio de 2012

Tranferir fotos de la PC al Ipad

Resumen: recomendación de la aplicación eTransfer Lite para el Ipad

Y como ya tiene rato que no he subido cosas por acá, les dejo una recomendación para su Ipad. Como antecedente les comento que es todo un triunfo meterle cosas a los productos de la manzanita (Apple). Son muy cerrados. Se supone que su aplicación, el Itunes sirve para eso, pero su “sincronización” es rara porque no sincroniza, sino que hace lo que su regalada gana le da.
Por ejemplo, una vez, que se me ocurre borrar la música de mi PC, porque ya la tenía en Ipod y como que para que tenerla replicada, sobre todo si es mucha cantidad. Total, yo feliz porque ya tenía espacio en disco, y cuando hago la “sincronización” en lugar de bajar la música del Ipod a la PC, que borra la música del Ipod. Eso no es sincronizar.
Así que deje de usar el Itunes y afortunadamente, en Linux hay buenos productos como el gtkPod el cual además, es gratis. Pero ahora tenía la necesidad de subir fotos al Ipad. Y gtkPod no sirve para eso. Así que hice una transferencia directa de archivos, vía ssh, y los arhivos se copiaron bien, pero oh sorpresa, el visualizador de las fotos del Ipad no reconocía el formato.
Alguna vez leí que el Ipad tiene una manera de organizar los archivos, por lo que no basta con tener el recurso en el espacio de memoria del Ipad, sino que también tiene que ser registrado en una “bitácora” para que el sistema operativo del Ipad lo reconozca. Pinche Jobs (dios lo tenga en su santa gloria) y su cerradura de cabeza.
Total me puse a buscar y encontré el producto eTransfer Lite for Ipad y es exactamente lo que necesitaba: una aplicación que me permitiera subir mis fotos al Ipad, sin necesidad de conectarme al Itunes. Es realmente fácil de utilizar, lo  instalas, ves su pantallita de inicio (muy sencilla y francamente fea) donde tienes dos opciones o recibes o mandas. Y ya. Internamente corre un servidor de aplicaciones, que supongo no es otro que una versión reducida de un Tomcat, te indica a qué lugar tienes que apuntar en tu navegador web y listo.
Tiene la ventaja de que se pueden subir múltiples fotos, para ello, las agrupas en un archivo zip y la aplicación se encarga de extraerla. Justo lo que necesitaba. Lo mejor, es gratis. Sí, sí, soy codo y que.

Pensamientos postelectorales

Y bueno, ya pasó lo que tenía que pasar. Y ganó quien tenía que ganar. Aunque no muchos piensan así. Está bien, ni  yo pienso así. El PRI regresa por sus fueros. O más bien por sus bolas. Nuevamente se polariza la sociedad mexicana. Nada nuevo, el sexenio que está por terminar así empezó: con una sociedad vuelta en dos vertientes, los que aceptaban (no necesariamente querían) y los que no que aceptamos.

Hoy, casi seis años después, el moribundo PRI hace apología de la frase “no andaba muerto, andaba de parranda”. Yo creo que se cansaron de ganar y ganar, durante 70 años al hilo. Dejaron 6, para que el pueblo los extrañara y parece que le funcionó. Digo que parece, porque hay muchos indicios de compra de votos, inequidad en la propaganda masiva, inconformidad de los chavos (principalmente conglomerados en el movimiento 132) pero principalmente, me parece, por el pendejismo del populacho. Ni hablar, la democracia no es perfecta, y a veces, como en este caso, ni siquiera inteligente.

Ya veremos que sucede en el corto plazo. Por lo pronto, la violencia sigue más o menos igual, la devaluación también, los problemas sociales se mantienen, el huevo ha subido demasiado, siguen los gasolinazos, ni Molinar Horcasitas, ni Mario Marín aka el “gober precioso”, ni Ulises Ruiz, ni un largo etcétera han recibido castigo, siguen (y por lo que se ve, seguirán) impunes.

El Peje se perfila como el gran perdedor, aunque yo creo que el gran perdedor es el panismo. Tanto que les costó llegar a la presidencia, pero no supieron cómo hacerla. Y el populacho será pendejo, pero no indemne. Me refiero a que ejercieron su voto de castigo, el mismito voto que llevo a la zorra con botas a la presidencia, la primera, al panismo y su mochería (mocho = actitud centrada en el fanatismo religioso, el qué dirán, que se basa en las buenas costumbres y moral, pero que en la práctica hacen exactamente todo lo contrario) a dirigir las riendas de este país.

Doce años les costó para convencer al populo que más vale viejo y corrupto conocido, que nuevo y corrupto industrializado en etapa de conocimiento. En todo el país, me parece que sólo Tamaulipas fue para los panistas (me refiero a la votación presidencial). El resto del norte, para el PRI. Casi todo el centro-sur para AMLO. En realidad tanto PRI, como PRD como PAN mantienen su votación dura, los que hace doce años votaron por el Peje, esta vez volvieron a votar por el Peje. Y así con todos los demás.

Yo propongo que nos separemos, que hagamos México del Norte y México del Sur. Que los chichimecas bárbaros del norte se queden con su pedazo de México y se despedacen a balazos y que nos dejen a nosotros, los centro-sur Mexicanos, descendientes de los mesoamericanos buscar un mejor futuro. Ah, sueños guajiros. Democracia, democracia, gracia del demonio. Democracia, democracia…

viernes, 29 de junio de 2012

Elecciones presidenciales México 2012

Este próximo domingo 1 de Julio de 2012, se presentará un nuevo desafío para la sociedad mexicana. Inmersos en una falta de gobierno y violencia, cortesía de la ultraderecha mexicana, en su versión panista, muchas personas cifran una esperanza en que la “izquierda”, después de muchos años, por fin obtenga la presidencia.

Y entrecomillo la palabra izquierda, porque si se analiza con detenimiento, esa izquierda es más bien una antología de personajes e ideales. Bueno, no una antología, más bien un aglutinamiento espantoso. La sombra de Manuel Bartlett es el modelo prototipo de lo que quiero dar a entender. El señor de los sistemas caídos ahora es un paladín de la izquierda mexicana. Ja.

Sin embargo, este embate de una izquierda que sólo lo es de nombre, es la mejor opción, según mi opinión, frente a las otras propuestas de “gobierno”. El PRI presenta una seria amenaza de retomar el poder, representado por Enrique Peña Nieto, es la viva imagen de aquello que el señor Fox sacó hace ya 12, sí, 12 años. Hoy, ese mismo señor que prometió sacar a patadas a las víboras y tepocatas de la presidencia de la república, está haciendo todo lo posible, por, nuevamente a patadas, regresarlas al sancta sanctorum de la política en México.

Por otra parte, la derecha, ultra, actual gobernante de este país bananero, se perfila a recibir su dosis de castigo popular: tiene mucho que pagar y la sociedad se lo cobrará donde más le duele, en la selección de políticos. No, si los jodidos también votan, que ni que. De mi parte, les reconozco esa eficacia/eficiencia que los ha caracterizado, hicieron una devastación que superó al propio PRI, pero en menos tiempo.
Creo que si hubieran colocado a Santiago Creel, hubieran tenido más oportunidad. Pero se decantaron por la opción “diferente”. Voten por mí, porque tengo faldas, soy mujer. Valiente argumento. Si yo fuera mujer y feminista, me declararía anti josefinista. Pero en lugar de eso, soy hombre y machista, y dada mi tendencia a la exageración me declaro anti panista.

Quienes hayan leído entradas mías previas, con respecto a esto de las elecciones, saben que mi tendencia es a favor del candidato de las izquierdas. No quiero nombrarlo porque ya tiene muchos seguidores, y sinceramente no me considero uno de ellos. Reafirmo mi convicción de que lo considero no el mejor, sino el menos peor.

Yo, como muchos mexicanos, no confío en el trabajo del IFE, el cual se ha visto rebasado desde que tengo memoria. Nada contundente hizo cuando fue el fraude de hace 6 años, nada hizo con las campañas de odio y denostación que en gran parte inundaron los medios (de todo tipo) de comunicación.
Considero que hay una leve esperanza de que estas elecciones sean transparentes, porque fuera de las votaciones que encumbraron a la zorra, no ha habido otras elecciones así de transparentes. Esa esperanza es el hecho fortuito, que no fue considerada en algún plan maquiavélico para controlar al populo, y ese hecho es el conglomerado de jóvenes del movimiento 132. Curioso, nuevamente los jóvenes se echan al hombro tal responsabilidad.

Supongo que es una característica innata e intrínseca de la juventud. Quizá por que actúan más de corazón que de consciencia, quizá porque la juventud les dice que no puede ser que vivan el resto de su vida en medio del miedo y la desolación, quizá porque es más desmadroso (y divertido) el asunto de hacerla de pedo al sistema, que alinearse al mismo.

Ya lo había indicado en una entrada anterior, considero que el punto de quiebre que le eche a perder los planes al candidato del PRI, fue lo que pasó en la Universidad Iberoamericana. En ese lugar, es donde se fraguo el mentado movimiento estudiantil 132. Curioso que haya sido en una escuela de paga, de las más caras y exclusivas del país, donde estudiaron, entre otros “notables” Vicente Fox Quesada, Gabriel Quadri y la misma Josefina Vázquez Mota. Curioso.

Curioso que el nacimiento del 132 se debió al mismísimo Enrique Peña Nieto. Si en lugar de regresarse a contestar, muy al estilo Díaz Ordaz, se hubiera retirado, como ya estaba acostumbrado, nada de esto habría surgido. Curioso.

Y así, con muchas curiosidades es que la sociedad mexicana se va desarrollando. El único impedimento al desarrollo, bueno, malo, exitoso o deficiente, es la muerte. Y eso aplica a las sociedades. Y la sociedad mexicana, por lo mismo que es joven, está llena de vida. Somos (bueno, los jóvenes mexicanos) un reservorio de posibilidades y proyectos exitosos. Espero, que dejemos de ser posibilidad y nos convirtamos en realidad.

¡A votar este próximo 1 de Julio de 2012!

domingo, 17 de junio de 2012

Para mi papá

He visto la evolución de mi padre, como padre. Es decir, como es que se ha comportado a lo largo de todo este tiempo, hasta el día de hoy. Mi relación con él es excelente y cordial. Pero no siempre fue así, al menos de mi parte. Supongo que esto les pasa a todos, cuando llega ese periodo llamado adolescencia.
Ya no soy más un adolescente, aunque algunas amigas dicen que parezco uno. Supongo que se refieren al comportamiento. Pero en mi periodo cronológico de adolescente, tuve muchos desacuerdos con mi papá. Afortunadamente para mí, el nunca, o eso creo, tuvo una mala relación conmigo. Siempre estuvo cuando lo necesite, y también cuando no. Y creo que ahí seguirá, mientras siga siendo la persona que es.
Por supuesto, no es la persona perfecta, al contrario, yo le he visto muchos defectos y fallas, pero eso cuando lo analizo en mi rol no de hijo, sino de persona. Como hijo, no tengo queja alguna. Como persona, hay cosas, muchas, que no perecen. Pero crecí con la consigna de que a los padres no les juzga. No por los hijos.
Ahora creo que eso depende de los padres y de los hijos: del actual de cada uno de ellos. Pero en general, sigo teniendo ese pensamiento. Además, de que me quejo, él siempre ha estado ahí, lo necesite o no.
Lo veo y a veces parece un tierno Jepeto, cuando esta con sus lentes, “chatiando”, porque hasta eso, le interesa esto del internet y las redes sociales, incluso más que a mí. Tiene sus conocidos por el mensajero. 
Yo no lo uso, hace mucho que no me firmo en una sesión. Lo mío es el contacto directo. Aunque eso del chat también tiene su manera de analizar a las personas, yo soy más como el personaje de la película Blade Runner, Rick Deckard, necesito tener a mi interlocutor cerca, para realmente saber que me quiere decir.
Pero bueno, no quiero desviarme sobre este tema (me he dado cuenta que tiendo a la divergencia, en lugar de converger). En otras ocasiones, veo su lado poco generoso y hasta soez, siendo grosero, intolerante y francamente insoportable. No conmigo, sino con los demás. Hubo un tiempo en que desee que otra persona fuera mi padre, solo fue un momento, en el cual tuve un fuerte altercado con mi papá. Ahora, a la distancia, con qué poca cosa quería cambiar a un adecuado padre para mí. Y el altercado ni era tan fuerte, a decir verdad.
Porque mi papá no es el mejor, ni el peor, es el adecuado, el papá perfecto que yo necesitaba (todavía lo sigo necesitando, pero ya no de manera crítica). Ahora, vamos juntos al trabajo, bueno el al trabajo, yo  al servicio, pero nos vamos juntos. Todavía, en el primer día en el trabajo, me presentó como si fuera su pequeño hijo de 5, 6 o 7 años y yo todavía me sentí apenado y con ganas de decir “papaaaaa….”.
Todavía me presentó como si fuera yo el único hijo y yo reafirme mi creencia de que mi padre, no es el mejor, ni el peor, es el justo padre para mí. Porque al ser hijo de quien soy, tampoco el trato conmigo es fácil. Yo también tengo mucho de él. Algunas de esas cosas me enorgullecen, otras no tanto. Pero a diferencia de él, yo no tengo a quien llevarme, en un futuro, al trabajo y lo presente como lo más valioso en mi vida. Y esto me da un poco de pena y tristeza.
Y por eso entiendo la insistencia de mi papá en que al menos tenga un hijo. Ojalá y algún día pueda decirle que no es que no quiera, pero que no he encontrado a la persona indicada. Porque eso de tener hijos nada más por tenerlos, no es de humanos.
No quiero que esta entrada sea una entrada como las que acostumbro, pesada, triste, depresiva, así que terminaré con la trillada frase de:
“Feliz día del Padre”

domingo, 10 de junio de 2012

Trasplante de disco duro

De que trata esta entrada
Siendo mi formación básica de tipo ingenieril, en temprana época de mi instrucción, me vi impelido a decidir que sistema operativo utilizar. Esta es una entrada muy ñoñezca que tratará principalmente del sistema operativo Windows y el sistema operativo Linux, en su sabor Ubuntu.


Y pues resulta que se murió mi laptop. La más viejita, una que tenía arrumbada, porque antes, que era rico y poderoso, al ver el “vejestorio” que tenía por computadora hice lo que todos los ricos y poderosos hacen: comprar una nueva.

Pero afortunadamente tengo un gran apego por las cosas (y personas) que me han servido y a las cuales  les tengo “gratitud”. Sí, ya sé, es un poco raro hablar de gratitud hacia los objetos. Pero el caso es que le tengo gratitud a mi coche, a las laps que he tenido y a un montón de objetos más.

Así pasó con mi lap viejita. La rescate de la oscura esquina en la la reposaba, cual túmulo de antiguo rey de abolengo. La desempolve y le puse el sistema operativo Ubuntu, que es un Linux. Decidí ir por esa opción, porque de otra manera tendría que conseguir un sistema operativo Windows pirata. Y luego esos dan mucha lata.

Además, la utilidad era para básicamente escribir, ya saben, lo clásico de software de oficina: procesador de texto, hoja de cálculo, presentaciones. Y tan tan. Mejor que nueva. La verdad es que ya tenía sus buenos 4 años de vejez, con un procesador a doble núcleo, en su época era una de las mejores.  No fue muy cara, pero tampoco tan barata. Digamos que era como un Jetta VR6, no se puede comparar con un BMW, pero en algunos puntos es mejor que un BMW convencional, entre ellos, la velocidad.

Total, que yo bien feliz, porque había rescatado mi lap vieja. El motivo, es que como ahora ando proletariamente en servicio público, me va dar mucha felicidad que me asalten y me roben mi, hasta ese momento, única computadora portátil. Por eso que rescaté mi vieja lap.

Y me volvió a servir como en antaño. Eso sí, hice algunos ajustes, disco duro nuevo, un giga más de RAM, pero con eso tuvo para volver a estar como nueva.
Pero ahora ya se venció. Se quemaron ambos fan. Para aquellos que no sepan que el fan de una lap top, son los ventiladores que enfrían el CPU. Supongo que ventilador es un nombre muy rimbombante para nombrar esos mini ventiladores que traen las lap, y por eso le pusieron fan.

Total, que se quemaron los fans y pues ya no “jala”. El problema es encontrar esos fans, porque cada fabricante tiene sus “particularidades”. Además mi modelo, una Gateway, no es tan popular. Yo creo que es posible que encuentre los reemplazos, pero para ello tengo que invertirle tiempo de búsqueda, en el DF. Y no tengo nada de ganas de ir a buscar un par de mini ventiladores.

Así que hice lo que cualquier ingeniero, que se enorgullezca de serlo haría, pasé el disco duro de mi fallecida Gateway, a mi lap top “nueva” (es un decir eso de nueva, porque ya tiene como año y medio). La verdad es que mi teoría era que el sistema operativo, el cual reside en el disco duro (y si no sabes de que hablo, pues mmm, avísame y tal vez escriba una entrada para explicar un poco como funciona esto de los sistemas operativos, RAM, disco duro, etc.), iba a tener que hacer un montón de ajustes.

Esto porque, hace años, utilizando el Windows 98, hacíamos clones y los pasábamos a otros equipos. El problema era que si el equipo no era del mismo tipo de donde se sacaba el clon, habría que hacer ajustes para que los controladores (sofware que controla el hardware de una laptop o pc) se ajustaran al nuevo hardware. Nunca lo había intentado con un Linux. E incluso no exactamente un clon, es el mismísimo disco duro, llevado de un hardware (laptop Gateway) a otro (laptop Toshiba). La Toshiba es un equipo cuya característica notoriamente diferente es que tiene cuatro núcleos, en lugar de los dos que tiene la Gateway.

Por otra parte, me daba mucha curiosidad que iba a pasar ¿Habrían varios intentos para ajustar todo el hardware? ¿el vídeo se vería mal? ¿levantarían las tarjetas de conexión a red? ¿tendría que recompilar el kernel (cosa que además no manejo muy bien y me da harta flojera)? ¿o de plano no funcionaria?

Esta entrada esta siendo escrita, diez minutos después de insertar el disco duro en la Toshiba. Quedé felizmente sorprendido que prácticamente no hice más que cambiar el disco duro. Hay par de ajustes que tengo que hacer, como el que no detecta los ocho gigas (que presumido) que tiene (solo detecta cuatro), pero de ahí en fuera todo funciona como debe de funcionar. Las tarjetas de audio, vídeo, red funcionan correctamente.

Si las laptop fueran humanos, lo que hice es el equivalente a hacer un trasplante de cerebro. Durante mucho tiempo fui detractor de la falta de acercamiento al público no conocedor del intrincado mundo de las computadoras y de los sistemas operativos, por parte de Linux. Siempre he reconocido que es mucho mejor y superior al sistema operativo Windows, pero durante mucho tiempo, sobre todo al inicio de los tiempos del Windows, éste fue mucho más amable con el público que únicamente quería prender la computadora y que esta estuviera lista para utilizarse.

Antes, instalar un Linux (y en algunas distribuciones todavía lo es) era un proceso interesante, pero tedioso, si lo tuyo no era la computación y el software. Ese fue siempre mi discusión con los puristas de los sistemas operativos, los cuales arguyen que Windows no es un sistema operativo. En realidad sí es un sistema operativo, muy chafa, pero sistema al fin. Y estoy de acuerdo, siempre lo he estado. Pero el que Linux sea superior no se notaba en el gusto de los usuarios: como dije antes, era un verdadero calvario instalarlo.

Esto afortunadamente ah ido cambiando con el paso del tiempo: hoy los sistemas operativos basados en Linux van ganando terreno. Su popularidad se debe, en gran parte, a que ya son mucho más amigables de instalar, incluso llegando a ser una instalación tipo Windows (puro botonazo y “next” “next”), como lo es el caso del Ubuntu.

Hoy doy fe de que el “trasplante” de cerebro es un éxito rotundo, y no se requiere mayor habilidad que la de cambiar un disco duro (desatornillar, quitar, poner y volver a atornillar). Me he ahorrado mucho trabajo pues tengo bastante información en ese disco duro.

Y esta es sólo una de las bondades de los sistemas operativos tipo Linux. Tienen una bastedad de características que lo hacen idóneo para aplicaciones del cómputo general.