miércoles, 29 de febrero de 2012

Un mal día

Esta canción me gusta mucho. Y no es que hoy en particular me resulte un día negro, solo quiero compartirles un poco mis gustos. No es que sean excelsos, ya saben, uno abre un blog para expresarse. Bien, pues me estoy expresando.

Día negro
La Barranca
Rara versión con mariachi, echeeleeeeeee




Hoy no es un día comun
hoy es un día negro
la realidad otra vez
muestra su rostro siniestro

Al ir abriendo la puerta
un aire violento
me dice sin piedad
que no estas ahí

Alguien se roba la luz
alguien se roba tu perro
alguien se roba también
eso que estás escribiendo

Alguien se roba tu nombre,
tu paz y tu tiempo
y sólo salvarás
tu propia visión
Día negro
hoy es un día negro
día negro
hoy es un día así

Un tiburón con poder
y un gatillero sin riesgos
alguien dispuesto a morder
por no perder su empleo

Todos tomando de un vino
que no produjeron
y sin pisar jamás
la línea de fuego.

Sobre la asexualidad

Hace un par de años que había leído algo con respecto a parejas asexuadas. Aunque el término es incorrecto, creo, porque asexuado es por ejemplo, las muñecas Bárbara: si les quitas toda la ropa, veras que efectivamente no tienen sexo. Ahí donde debería estar un pene (Kent) o una vagina (la constelación de todas las presentaciones de Barbi) está todo plano, ni sale ni entra algo, plano nada más.
Ahora bien, a lo que se refieren con esto de la asexualidad, es a que no les interesa practicar el sexo, en cualquiera de sus modalidades, hetero, homo o bisexual. No me queda del todo claro, si como mi compadre, macho calado, que ya la probó y no le gusto. Ja ja ja, es un chiste, lo del macho calado, que aquí en México usamos para indicar que un compañero ya fue sodomizado, pero no le gusto. De ahí el término “calado”, es decir, probado, esto es, ya probó el órgano reproductor masculino y no sintió rico. Ja ja ja ja. Ya ven como somos de machitos por estos lares.
Bueno entonces decía que no me queda claro si un asexual ya probó el sexo y no le gusto o nunca lo ha probado. Ahora bien, esto nos podría inducir a un debate como el termino ateo, porque para ser ateo, antes debe existir un teo (dios), por lo que si eres ateo, en realidad aceptas que si existe dios, porque tú te consideras un sin dios. En realidad es una vil artimaña pseudofilosófica que fácilmente puede ser descubierta. Ahí se los dejo de tarea.
Regresando al tema de esta entrada, los así autodenominados asexuados, incluso se llegan a casar y dichos matrimonios juran que de sexo ni virtualmente. Lo que me lleva a preguntarme si estas personas no tendrán un problema intrínseco.
Sin ofender al lector, pero uno de los argumentos para indicar que la homosexualidad no es algo “normal” es que si esa fuera la norma, o evoluciona (es decir, se adapta) la manera de reproducirnos o desaparecemos como especie. Es fácil deducir el porqué. En este mismo contexto coloco a los asexuados. 
Si la asexualidad es algo normal, o evoluciona nuestra manera de reproducirnos o estamos condenados a la extinción como especie. No hay vuelta de hoja y hago esta declaración con total ausencia de cuestiones moralinas, odio, suspicacia, espanto, inconformidad y sustento con pensamiento lógico lo anormal que resulta ser la asexualidad, como la homosexualidad.
Y si se me acepta la premisa de lo anormal que es la asexualidad, lo siguiente es indagar sobre la etiología de la misma. Con respecto a este punto, no he encontrado algún estudio científico que trate sobre el tema. No me queda más que especular. Y es que hay todo un abanico de posibles causas, desde las fisiológicas (tumores en ciertas partes del cerebro), hasta cuestiones netamente psicológicas.
Sin embargo, me parece interesante  los posibles estudios, por ejemplo, psicológicos de estas personas. Apostaría a que se encontrarían ciertas características psicopatológicas comunes en aquellos que se autodenominan asexuados.
Como he dejado claro en anteriores entradas, yo considero que el sexo y el amor no son lo mismo y uno es independiente del otro. Puede haber amor sin sexo y sexo sin amor. El tener sexo hace, de cierta manera, que exista una conexión, bueno de hecho hay una conexión física, pero me refiero a que puede ser el incitador a tener un contacto más “cercano” con aquella persona con la que tuviste sexo.
Puede, pero no necesariamente sucede. Así pasa con el amor. No es por nada que existe el amor “platónico”, ese amor abstracto que no culmina en interacción sexual. Y sin embargo, se dan casos en que uno da la vida por el otro, porque lo ama, aunque no hayan tenido sexo.
Ahora bien ¿Para qué sirve el sexo? En la concepción puramente biológica, para preservar la especie. Por otra parte, en el ser humano, el sexo es fuente de las más variadas emociones que pueden no culminar en la preservación de la especie. Es decir, por pura y mera diversión.
Aunque a veces, como en el caso de los masoquistas sexuales (ya vieron la película un método peligroso?) proporciona un placer, considerado por otros como insano. La sanidad de una práctica sexual, va a la par del daño que pueda infringir a terceras personas. Si dos o más personas se reúnen para tener sexo “fuerte”, del que el común de la gente considera insano, y todas están de acuerdo en participar y no dañan a otros, entonces se debe considerar que es una práctica totalmente aceptada y normal.
Obviamente que este grupo de personas debe estar pleno en sus derechos y tener la edad suficiente para saber distinguir entre la coerción y el libre albedrío y que ninguno de los participantes lo sea bajo algún tipo de amenaza. Como dije anteriormente, debe ser bajo su libre albedrío.
El que a mí o a otras personas nos parezca deleznable, es una opinión, que está sustentada en la cantidad de vivencias, creencias y valores propios, pero no por ello deben considerarse bueno o malo. Tal vez contravenga la moral, pero la moral es temporal y contextualizada a una sociedad en particular. Es decir, lo que en una comunidad es motivo de extrañamiento, en otra será una novedad, e incluso será aceptable. Los griegos, por ejemplo, consideraban normal la homosexualidad (de ahí el término “mancebo”) o la esclavitud. Esa era su moral. 
Entonces, el sexo sirve en esencia, para preservar la especie. Y por eso es que el cuerpo humano reacciona ante una figura curvilínea (caso de los hombres heterosexuales) y sabe ante qué (en realidad no lo sé) en el caso de las mujeres heterosexuales. Si bien es cierto, que los parámetros de la estética son moldeados por las modas y el bombardeo de productos de mercadotecnia, es cierto también que existen componentes de belleza que pueden ser considerados universales. 
Por ejemplo, se llegan a consensos sobre el tema de la belleza sin importar el origen étnico de la persona. Es decir, es posible señalar de manera más o menos unánime una japonesa que sea considerada hermosa, o una china, o una española o una francesa, o una italiana o una pongaAquíElPaísQueGuste.
De esta manera, el sexo, además de un fin puramente biológico, tiene un fuerte comportamiento social. Pero además el componente biológico es moldeado por una serie de apreciaciones que tienen que ver con la posible descendencia. Así, las mujeres prefieren a hombres con mandíbulas cuadradas porque con ello denotan poder, los hombres prefieren a mujeres con caderas anchas, pues ello es indicativo de que es una buena incubadora, e incluso, el producto, es decir, los bebés nos resultan (bueno a casi todos, yo no me incluyo en este grupo) tan desvalido y proporcionan una empatía inmediata: tienen que, si quieren sobrevivir en este mundo. Un bebé es el ser más desvalido de toda la gama de criaturas con las que coexistimos.
Toda esta serie de ideas para indicar lo extraño que resultan los así llamados asexuados, porque ya sea por el componente biológico o por el componente de placer, el no querer sexo de manera declarativa es muy raro. Hay quienes no tenemos sexo, ya sea por falta de dinero, por falta de carisma para conseguir pareja o por falta de belleza física, pero no porque lleguemos a un convencimiento de no querer tener sexo.
Vamos, yo mismo he buscado la asexualidad. No he podido. Y no he podido no porque no quiera, es porque no puedo. Es como si quisiera dejar de respirar. Aunque no quiera, mi cuerpo lo necesita, así que termino por respirar. Así sucede con el sexo. ¿A poco nunca les ha pasado que desean con toda claridad no sentir eso que se siente por la persona que tanto te gusta? Pues simple y sencillamente no se puede.
Y eso que yo no busco reproducirme. No hay nada más hermoso y placentero que yacer al lado de esa personita que tanto te gusta, con todo y sus defectos, tanto físicos, como de pensamiento. Yacer con ella después de una vigorosa y vigorizante sesión de sexo. Amén.

Unas ligas al respecto

jueves, 23 de febrero de 2012

Mujeres extraordinarias

Ahora que he tenido tiempo de sobra para pensar sobre mi vida, me he dado cuenta que he salido con puras mujeres maravillosas. Con ellas he creado un vínculo íntimo. Y por intimidad no me refiero al sexo. El sexo es parte de la intimidad, pero no es condición sine qua non.

Pero el sexo no te asegura la intimidad. Yo digo que la intimidad es lo que ocurre antes y después del sexo, pero no el sexo en sí. El sexo, creo haberlo ya escrito con anterioridad, es divertido, te da energía y es una excelente droga para sentirte bien. Solo que no se la puede pasar uno en el sexo ¿O sí?

Y de todas las relaciones íntimas con mujeres, y por íntimo entiéndase el conocerlas, que te conozcan y que a pesar de esa amalgama, se genere un vínculo afectivo. Con o sin sexo.
Curiosamente, en mí caso, de las que me he enamorado, no ha habido sexo, y de las que hubo sexo, no me enamoré. Y a pesar de esos sentimientos, las considero extraordinarias.

Sí, he tenido la fortuna y dicha de salir con puras mujeres maravillosas. ¿Qué probabilidades hay de que el 100% de tus relaciones sean con mujeres extraordinarias? No lo sé, pero no creo que sean muchas. De comentarios sobre el tema, en mi experiencia, no hay otro caso como el mío.

Es decir, siempre escucho comentarios como “y que le vi a este wey” o “pinche zorra, sino es porque está tan buena”. A mí, hasta el momento, no me ha tocado hablar así  de una relación.
Y lo extraordinario no es porque sean mujeres con un cociente intelectual de 200, o que sean atletas, o cualquier otra cosa que pueda pensarse a bote pronto, de la palabra extraordinario.

Son extraordinarias por como son. Por ejemplo, mi primer gran amor. De esa mujer, de la primera con la que tuve fantasías de formar una familia, compartíamos una fijación oral. Fumadores. Ella mucho más que yo. Actualmente es una mujer hermosa. Digo, con añitos encima, pero esas lonjitas, producto de la falta de ejercicio por dedicarse al trabajo, no la hacen menos bella.

Por supuesto, en el imaginario colectivo, una mujer con un abdomen de comercial, es lo ideal. La realidad es que pocas mujeres pueden estar exentas de esos gorditos, que bien saben disimular. Lo extraordinaria de esta mujer, es que ha dejado ese feo vicio (yo sigo en él), contribuye a la sociedad por ser una mujer trabajadora y se preocupa por mejorar.

Otra gran mujer con la que he estado y que cae en el rango de las “no me he enamorado”, actualmente es una madre de familia (a veces me daba indirectas de que le hiciera un hijo, jajaja). Ella no ha dejado de cultivarse, curso, especialidades y más cursos. Tiene asegurado su futuro económico. Aunque se quedara sola. Ella es maravillosa porque ha continuado, a pesar de todos los problemas que ha sorteado a lo largo de su vida.

A mí me toco un breve periodo de esa vida, en la cual llegue a admirarla. Yo en tu caso, ya me habría comido una bala, solía comentarle cuando platicábamos de la vida, cuando componíamos el mundo y aumentábamos nuestros niveles de alcohol en la sangre. Se lo dije, le dije cuanto la admiraba por no rendirse ante las adversidades.

Ahora que es casada, ya no la he visto; un par de llamadas, ya saben, en esas fechas obligatorias, el día de su profesión, su cumpleaños, el mío. Hasta ahí. Pero no por ello dejo de tenerla en alta estima.
Sé que le hice daño, al perpetuar una relación sin futuro. En mi defensa diré que nunca hice promesas que no cumpliera, ni la obligue de forma alguna a seguir conmigo. De ella pienso que me habría gustado enamorarme, de verdad, deseaba con todo mi ser poderme enamorarme. Teníamos todo, excepto amor. El amor bidireccional.
Ahora tengo una persona a la que le podría comentar cualquier cosa, y sé que me escucharía, por más disparatada que suene mi idea y obtener un consejo, un buen consejo, de amigos.

Otra mujer, también de la que me enamoré, también es una exitosa profesionista, también casada, con hijo y un buen puesto directivo. El haber sido compañeros de la universidad, nos hizo conocernos “cuando éramos pobres”. La verdad es que nunca fuimos pobres. Ambos de clase media, con padres trabajadores, con ideales de un mundo mejor. No solo para nosotros, un mundo mejor para todos.

Así que compartimos muchas cosas, como acudir a las marchas, las huelgas de la universidad, los trabajos en equipo, el quedarse hasta el otro día estudiando. Son vivencias inolvidables. Unos años después de egresar de la carrera, ya teniendo un trabajo que nos daba dinero, mucho más del que necesitábamos, nos reencontramos en la universidad.
De las primeras platicas de reencuentro, me dijo que si me acordaba de cuando comprábamos una torta y un refresco y lo compartíamos, porque no nos alcanzaba para más, y que ahora podíamos ir al restaurante más caro de la ciudad. Francamente, no recuerdo eso, lo de la torta, pero bueno, a mi edad, hay muchas cosas que se escapan de mi consciente.

Ella me resulta extraordinaria, porque siempre, hasta donde deje la relación, ha sido muy alegre. De ella aprendí que es preferible reír a llorar. Y tenía razón, hablando de estrés y de angustia, es tan estresante o angustiante llorar o reír. Desde entonces prefiero reír a llorar. Aunque a veces no me queda más sentimiento que el segundo.
Otra extraordinaria, de la que no me enamore, de clase más bien baja, compartió conmigo momentos placenteros. Es muy inteligente. Mucho. A ella la comparo con una semilla que no fue sembrada en el ambiente adecuado. No tuvo las oportunidades como estudiar una carrera universitaria.

Ello se refleja en una falta de conocimiento “universitario”. Quiero decir que usa palabras como “ira” (mira), “picsa” (pizza), “dijistes” (dijiste); no puedes hablar con ella de autores como Freud, Hesse, Platón, etc. No porque no tenga la capacidad, sino porque no tuvo tiempo para ello.
Trabajadora desde que la conozco, no fue a la universidad. Y no lo hizo porque no tuvo la oportunidad. Siempre trabajando. Y tampoco muy ducha para eso de encontrar pareja. La prueba es que salió conmigo. Tiene hijos de padres distintos, hombres desobligados, que no le pasan pensión, que no ven por su responsabilidad.

No necesito nada de ellos, solía decirme, porque mis hijos tienen madre que los mantiene. Sí, ruda, orgullosa, sustentada en los hechos. Y a pesar de todo eso, la considero una mujer muy inteligente. Ella es un excelente ejemplo de que ir a la universidad no te asegura el ser inteligente.
A pesar de su vida, tiene muy claro cómo educar a sus hijos y es muy pragmática. Una vez me contó que uno de sus hijos reprobó una materia en la escuela. Y que le dijo que si nada más iba a calentar un asiento, que mejor se quedara en su casa y que se pusiera a trabajar. Y no le dio su “navidá”. En lugar de ello pago el curso de regularización. Una acción que muchos padres “estudiados” no hacen. Hasta donde sé, nunca más ha reprobado una materia el hijo de esta mujer.

Ella,  a pesar de ser un desmadre en sus relaciones amorosas, tiene muy buen sentido del respeto de las reglas. Si sus hijos no llegan a la hora establecida, sus prerrogativas son suspendidas. ¿Perroga qué? Prerrogativa, privilegios, como por ejemplo, ver la tele, o dejarlos ir a fiestas, o que les des dinero para que gasten en lo que quieran. Ah sí, los dejo sin eso, me dijo.
Es extraordinaria porque trabaja incansablemente, digo yo que es una excelente educadora (y eso que ella no tuvo mucha) y es determinada en sus acciones.

La última mujer de la que estuve enamorado (a veces creo que todavía lo estoy, que se le hace, soy de lento desaprendizaje) es la más bonita de las mujeres con las que he salido. Y tiene un cuerpazo.  No seas naco, no se dice “buena”, me decía cuando me refería a que una mujer, pues estaba buena (jajaja). ¿Entonces como se dice? Guapa, bonita.. Neee, tu estas guapa y bonita y además estas buena, y aquí es donde miraba al cielo con gesto de “este wey nunca brillará en sociedad”.

Dicen que uno busca pareja en aquello que tiene en carencia. Y ciertamente ella entró por mis ojos, pero se ancló en mi corazón, que a pesar de los pesares, todavía late y siente.
Ella es extraordinaria por la calidez humana que tiene. Eso a pesar de la gruesa capa de niña mimada fresa hijaDePapi que no puede dejar de notarse. Es que tú has de hacer hijos bonitos, le decía, para convencerla que me dejara hacerle uno. Y no, no la convencí. Una vez platicábamos de las botargas y yo me burlaba de los que se meten en ella, y ella me dijo que alguna vez fue botarga. Y me sentí mal. Nunca me hubiera imaginado a ella metida en una botarga. Al burlarme de los que se meten en las botargas, de cierta forma, me burle de ella.

Otro buen recuerdo que tengo, es de una vez que estábamos afuera de una cadena de hamburguesas se le acerco un niño todo mugrosito y a leguas, pobre, para decirle si le compraba miel (creo, no estoy muy seguro de que era eso lo que vendía) y ella le tomo de la manera más cariñosa el rostro y con las palabras más dulces y tiernas le dijo que no. Creo que le dio sus papas o su hamburguesa o a lo mejor no le dio nada, pero lo que no olvido es la actitud tan humana que tuvo con ese niñito.

Y tengo otro buen recuerdo, pero ese no se los cuento, ese me lo quedo para, pues para sentirme querido de vez en cuando.

Y por eso digo que solo me he relacionado con mujeres extraordinarias. Y eso explica en parte porque sigo aquí, en la penumbra de la vida, rumiando mi inconformidad con el mundo. Yo, el más ordinario entre los ordinarios, debería estar agradecido por haber recibido distinciones tan variadas y hermosas de mujeres extraordinarias.

Pero no, uno no puede estar conforme. Y eso tiene un costo, ser infeliz.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Una historia de una casa de huéspedes

En un país donde viven más de 100 millones de personas, donde cerca del 60% de la población vive en pobreza y pobreza extrema, es difícil no encontrar conductas violentas y agresivas.
Pero a diferencia de países, como Estados Unidos, casi no hay noticias de estos comportamientos. Me refiero específicamente a los comportamientos tipo asesino serial. No es que en México no existan, más bien creo que no tienen amplia difusión.

Tenemos los casos de la mata viejitas (Juana Barraza), el mata homosexuales (Osiel Marroquín), el caníbal de la guerrero (José Luis Calva Zepeda), por mencionar los más conocidos y recientes, pues todos ellos caen dentro de los últimos 15 años a la fecha.
Pero hay otros casos como el de Gumaro de Dios, caníbal, homosexual y perturbado (clínicamente comprobado) mental, que a pesar de sus acciones, es prácticamente desconocido.

Aunque del que quiero hablar, es de un presunto asesino serial, cuya historia se encuentra rodeada de un halo misterioso, con más interrogantes que respuestas. Se trata de Jorge Riosse o Jorge Cariño o Jorge Rossemberg. El nombre varía según quien hable de este personaje. Su historia, hasta donde puede indagarse, verídica, pues está expuesta en el documental “Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo”, obra de Yulene Olaizola.

Yo escuche de este documental en el 2008 o 2009, pero no puede verla en las salas de cine. Después la bajo de Internet, me decía. Pero resulta que este documental no salió en formato casero hasta apenas finales del 2011, esto es, hace un par de meses.
Jorge, un hombre guapo y genio, en palabras de Doña Rosa Carbajal, dueña de una casa de huéspedes, donde se alojó por muchos años nuestro presunto asesino serial. Rosa Carbajal es la protagonista del documental antes citado.

La casa de huéspedes, localizada en la convergencia de las calles de Shakespeare y Víctor Hugo, en la colona Anzures de la Ciudad de México, es donde Jorge dejó huella de su paso por este mundo. En el documental se muestran fotografías, pinturas, grabaciones y escritos de plena autoría del presunto homicida.

El documental presenta la visión de la dueña, Rosita, quién es la persona que hace la conjetura. Ella, su ama de llaves, Doña Florencia Vega y las personas que conocieron a Jorge, son quienes dan su testimonio y las razones del porque consideran que él pudiera ser el asesino serial, conocido en aquella época como el “mata mujeres” (si, a los mexicanos no se nos da muy bien esto de poner apodos a los asesinos seriales, somos muy obvios, como con el “caníbal”)

Es impresionante ver la calidad artística de este personaje, cantante, intérprete, pintor y escritor. Llama la atención que Jorge aparentemente no tenía trabajo, pero tenía ropa de marca, no hablaba de escuela, pero tenía mucha cultura. Es como si de repente llegará alguien con mucho conocimiento, pero poca edad.
Y es que según los hechos relatados, Jorge no pasaba de los 25 años. Esto aunado a una aparente falta de estudios artísticos, hacen que su caso sea interesante. Se presume que es el posible asesino serial, cuya marca era dejar a  las mujeres debajo de la cama, cubiertas con una sabana. También se presume que es homosexual y al parecer, que no aceptaba su condición.

Pero el detonante principal, según mi opinión, es que fue abandonada por su madre, la que después, según se desprende del documental, lo vuelve a incluir en su vida familiar, ya con otro hombre como pareja. Esto lo veo reforzado con el tipo de mujeres que mataba el mata mujeres, mujeres de servicio doméstico.

Hay una serie de fotos de la obra e incluso la foto misma de Jorge, en el sitio intimidadesde. Después de ver el documental y analizarlo, mi teoría es que efectivamente, él era el asesino serial. Tiene todos los ingredientes: una infancia por demás caótica y difícil, una falta de figuras paternas en sus años de formación del yo y del super yo, una increíble genialidad, mostrada en su facilidad por las artes (música, pintura, poesía) y un conflicto de sexualidad, sustentada por la afirmación, de “no soy homosexual”, pintada en lo que fue su último cuarto.

Al ver la foto y saber que su mamá era asistente doméstica, inmediatamente cruzó por mi mente la idea de que Jorge fue el hijo de una familia adinerada, donde trabajaba la mamá, que obviamente no se hizo cargo del mismo. La verdad difícilmente se sabrá.

Está de más sugerirles que consigan Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo, si son fanáticos de los asesinos seriales, sobre todo, de los locales. Más allá del cariz sensacionalista que de inicio pueda pensarse que tiene el documental, es al contrario, muy bien contado por testigos de primera mano, quienes se presentan tal cual son, humanos de carne y hueso sin mayor pretensión, que evocan a otro humano que se presento tal cual era, un ser atormentado.

A fin de cuentas ¿Acaso no todos somos, en mayor o menor medida, seres atormentados?

lunes, 13 de febrero de 2012

Es malo pensar

Hace tiempo que comencé a pensar sobre pensar. Pensar sobre uno, sobre la vida, sobre lo que nos afecta. Pensar, pensar, pensar. Llegue a la conclusión que es malo pensar. Al menos resulta muy nocivo para mí.

Por qué pensar te hace darte cuenta de lo injusta que es la vida, si la vida fuera una entidad humana. Pero pensar también te dice que la vida no es una entidad humana, luego entonces la vida no puede ser injusta.

Ahora creo eso, que la vida no es justa ni es injusta. La vida solo es la vida. No más, no menos. El que uno le dice un cariz humano, es un rasgo endémico de la humanidad. Ya lo he comentado en anteriores entradas, nosotros como humanidad, tenemos la tendencia a darles cualidades humanas a prácticamente todo lo que nos rodea.

Y por eso tenemos mascotas que les ponemos gorritos, zapatitos y demás cursilerías. Y por eso le hablamos a nuestro carro, a nuestra computadora, etc. A esto se llega pensando.

¡Felices aquellos que no piensan! ¿Quieres la felicidad? No leas, ve la televisión, no pienses. Pensar es malo. Creo que la manzana de Adán es el pensamiento. Y por eso es que hay tantas adicciones, porque las adicciones te retraen de pensar, y los juegos de video hacen algo similar.

Los vicios. Pensar te lleva a los vicios. Malo que te enganches con uno. Y por eso últimamente me la he pasado en la caja X. Horas, para eludir mi pensamiento, porque el muy necio insiste en estar ahí, día y noche, antes de dormirme e inmediatamente después de despertar.

¿Alguna vez han pensado de cómo piensan los niños de la calle, las personas que apenas van al día? Yo sí. Y he pensado que preferiría aventarme de un puente a vivir como ellos. ¡Ah, pero ahí es donde entra el pensamiento! Ellos no piensan, al menos no como un clasemediero, que tiene aspiraciones, que sueña y que considera que hace todo lo que tiene a su alcance, sin faltar a la moral o la ética para vivir mejor.

Yo creo que ellos no piensan como yo, porque entonces se suicidarían. Aunque tampoco hace falta; no conozco muchos niños de la calle que dejen de ser niños, se mueren antes. Y viven abstraídos de la realidad gracias a drogas tan baratas como el solvente. El solvente, les ayuda entre otras cosas, a olvidar el hambre.

¿Pero cómo podrían ellos pensar en aventarse de un puente a vivir como viven? Porque no conocen otra forma de vivir. Yo sí ¿Y cómo llegue a esta conclusión? Pensando, comparando, elucubrando, modelando, previendo, pensando.

Pensar es malo para la salud. Alguna vez, estando en la universidad, cuando me quejaba de los guapos (sí, siempre he sido muy quejón), una amiga me preguntó muy seriamente si cambiaría la mitad de mi inteligencia por ser más bello. Dude en contestar, de hecho no conteste. Dude porque al hacerme el planteamiento hice lo que hago día a día. Pensar.

Pensé y me dije ¡Sí!, pero inmediatamente pensé ¿De verdad estaría dispuesto a cambiar la mitad de mi inteligencia? Ahora pienso que esa pregunta puede quedarse sin respuesta, porque no pasará jamás. Y no tiene sentido gastar pensamientos en algo que nunca sucederá.

Y sin embargo, he pensado, porque pensar es algo muy tuyo que nadie te otorga y nadie te puede quitar, ni Dios, lo diferente que sería si hubiese sido bello. Pero bello como un modelo de revista. Tal vez no pensaría como lo hago.

Y no es que, a estas alturas de mi vida me encuentre traumado con la belleza personal, no, ahora ya no, ahora ya estoy lejos de ese dilema. Pero no puedo dejar de pensar en lo diferente que hubiera sido mi vida. Tantas relaciones que habrían sucedido, y de las que sucedieron, con mucha, muchísima más facilidad.

De ahí que en verdad seamos una unidad cuerpo-pensamiento. Porque como te ven te tratan. Y mientras te das cuenta que eso, bueno que eso en realidad no es tan importante, se crea algo dentro de tu pensamiento. El pensar que muchas personas obtienen cosas más fácilmente que uno porque se ven bonitos.

¿Qué es la belleza? Belleza física, me refiero. Y es que a pesar de mi manera de pesar, me gusta la belleza, la belleza de la otra. Me gustan, mucho, las mujeres hermosas ¿No es esto una contradicción con mis pensamientos? Pues sí, es una contradicción por lo que necesariamente llego a la conclusión que la belleza no es pensamiento. La belleza es acción, es pragmatismo, es un vistazo, uno solo, una fracción de segundo, para determinar que esa cara te gusta.

O ese cuerpo, o esos dedos, o ese cabello, o esas pestañas. Con la belleza física, no piensas, actúas ¿Y de donde carajos llega esa acción? Después de, sí, ¡adivinaron!, mucho pensar llego a la conclusión que tiene el mismo sentido que el respirar. Uno no piensa en respirar, simplemente respira porque es necesario. Actuar ante la belleza física es como actuar ante un cuchillo que te saja la carne, actúas y retiras inmediatamente la parte bajo agresión.

En el caso de la belleza, enfocas aquello que te resulta placentero. A veces es una parte, a veces es el todo. Y después, piensas. Piensas en lo que se necesitaría para poder tener una belleza así a tu lado. Y curiosamente no siempre es así. He conocido mujeres bellas, que de entrada pensaba que tendrían con un Adonis por pareja.
¡Ja! No siempre es así.

Y entonces te preguntas ¿Por qué tu no? Y a veces no hay respuesta. Porque la pregunta y la respuesta vienen de ti, cuando la respuesta tendría que venir de la otra. A veces hago la pregunta, pero nunca he recibido la respuesta.

El ser humano insiste en ser políticamente correcto. Este constructo social es primo hermano de la hipocresía. Y como la hipocresía no va conmigo, tampoco lo políticamente correcto. De hecho me considero un políticamente incorrecto.

Ahora cambiaría la mitad de mi inteligencia por dejar de pensar. Y la otra mitad la cambiaría por ser feliz.

Pero eso jamás sucederá. Y más que felicidad, quiero dejar de pensar. Con eso, pienso, tendría todo.

Contagio

No sé porque a la humanidad le gusta estar bajo amenaza. Al menos ese es el tema de muchas películas, que sí nos invaden los extraterrestres vía destrucción de ciudades, que si sale un volcansote a la mitad de una ciudad y la destruye, que si la tierra se coloca en la trayectoria de un montón de piedras del espacio sideral o que si un virus muy mortífero y de rápido contagio diezma a la población mundial.

De estas últimas temáticas y similares, hay varias. Una que hablaba de un virus que desangraba internamente a los infectados, muy mortífera (hace referencia al virus del ébola), otra que trata sobre los zombis, bueno muchas, incluyendo la saga de resident evil. La última que ví, se llama contagio, que trata de una variante del ah1n1 o la gripe aviar y como la humanidad entra en caos.
Es lenta, y a pesar del reparto, que incluye a Kate Winslet, Marillion Cotillard, Matt Damon, Lauren Fishburne y hasta Gwyneth Paltrow, entre otros, es muy aburrida. La trama es la de siempre.
Un virus que se transmite por el aire y por contacto, diezma peligrosamente a la humanidad, y un grupo dedicado de investigadores no duerme por encontrar la cura. Lo interesante que plantea esta película, es lo que sucede en el inter. Oh sí, ya lo he dicho con anterioridad, lo importante no es el inicio o el fin, lo importante es lo que sucede en medio.
Y lo que sucede es el caos, teorías conspiratorias, así como sale lo más noble del ser humano, también sale lo más vil. Creo que nunca he sabido de una cuarentena en la vida real. Mucho menos de una cuarentena a una ciudad. Debe ser algo apocalíptico. ¿Se imaginan? De buenas a primeras, no puedes salir de tu hogar, la gente te ve con franco odio si osas estornudar, comienzan los saqueos, robos, desconfianza generalizada.
Más o menos es el planteamiento de la película, y salvo breves destellos de la indefensión y angustia por la epidemia, bien se pudieron ahorrar una hora de largometraje y contar una historia con más intensidad.
Contagion no llega ni a palomera. Para verla si de plano no tienes nada más que hacer.

jueves, 9 de febrero de 2012

Necrología

La semana pasada estuvo llena de muerte a mí alrededor. Está bien, exagero, pareciera que estoy hablando de una guerra o algo así. Pero si hubo varios muertos, gente que de alguna manera conocí, nunca mejor aplicado que ahora la conjugación temporal del verbo conocer.
 
Se murió un señor, que fue “adoptado” por un tío. El señor, al parecer no tenía familia, y pues a cambio de un lugar donde dormir y alimento, se dedicaba al trabajo doméstico: jardinero, cuidador, etc. Este señor, algo viejo, me parece que unos 70 o 75 años, era hipertenso, diabético y ya estaba en diálisis. Es decir, ya no le funcionaban los riñones. Y eso es bastante malo.
 
Pero no se murió de su enfermedad. Debido a la atención que requería, aquellos que han cuidado de un familiar con enfermedad crónica saben a lo que me refiero, y a que en realidad no era pariente de la familia, decidieron dejarlo en un asilo. De inicio este comportamiento puede ser contemplado con una actitud reprobatoria, pero aquellos que han cuidado de un familiar enfermo, que no tiene posibilidades de sanar, saben lo pesado y desgastante que puede llegar a ser.
 
Así que en eso estaban, en mandarlo al asilo, y ya hasta estaba en entrevista con la encargada del lugar a donde lo iban a dejar, y que se muere. Me lo contaron, yo no estuve presente, pero que según estaba en la entrevista, en la casa de mi tío, cuando le dio un paro cardiaco fulminante. Se levanto y se desvaneció en la silla. Nunca más se volverá a levantar.
 
Unos días antes, o puede que el mismo, se murió otro señor. A ese nada más lo conocía de vista. Bueno todos en el pueblo lo debieron de conocer. Era lo que en el argot local se conoce como “iguana”, que es una persona alcohólica crónica. Se les llama iguana porque se la pasan acostados en una barda o una piedra para que les caliente el sol, en lo que están crudos.
 
Que no es mucho tiempo, porque pasan más tiempo ebrios, que crudos. De verdad. Le comento a mi papá que me parece increíble que estas personas vivan tanto tiempo. Él me dice que mientras se alimenten y no les de cirrosis, pueden ser tan longevos como si no bebieran.
 
Este señor era conocido como el “viejito sanchéz” y tenía la característica que hablaba solo. Mi opinión es que hablaba solo desde antes de ser borracho. Que yo recuerde, siempre lo vi ebrio y hablando solo. Son el tipo de personas que parecen ser de una serie de televisión, perenes, sin cambio en el tiempo, misma ropa, mismo peinado, misma actitud. Yo creo que era un poco esquizofrénico y que la bebida le ayudaba a irla pasando.
 
No sé exactamente porque creo que era esquizofrénico, tal vez por eso de hablar solo. A lo mejor hablaba solo debido el alcoholismo. Y dos días después murió una señora, ya grande. De esta señora tengo únicamente gratos recuerdos. Era la mamá de mi padrino de bautizo.
 
Sí, antes de asumirme ateo, fui católico. Su muerte me recordó que de niño, mi patio de juego era inmenso, lo conformaban cinco o seis patios. Corrales mas bien. Es un pueblo del que hablo. Y antes no había bardas que separarán los terrenos. La casa, o mejor dicho, la cocina de esta señora quedaban en el último corral donde solía jugar.
 
No recuerdo exactamente porque, pero iba a desayunar a esa cocina. Tlecuil es el nombre más adecuado. Un tlecuil es como se llama donde la gente de mi pueblo, la gente ahora vieja, cocinaban. Un tlecuil es un lugar acondicionado, a veces con tabiques o piedras o cemento, donde se cocina con leña, se muele en molcajete y se hacen tortillas a mano, en comales de fierro o barro. Y se pone el café de olla.
 
El tlecuil de esta señora, daba a una puerta, que siempre estaba abierta, por donde yo entraba y hasta donde recuerdo, siempre me daba algo, un café, una tortilla con sal y limón (yo era adicto a comer tortillas con sal y limón, podría alimentarme únicamente con eso) y casi siempre chalupas.
 
Las chalupas, mejor conocidas como sopes, es una tortilla un poco más gruesa, que se “pellizca” (en algunas partes les llamas así, “pellizcadas”), que puede ser en forma de círculo u elipsoides, que se untan con grasa de cerdo (manteca) y actualmente con aceite poli-insaturado, se les coloca salsa (verde, roja), queso, crema, cebolla picada (mmm, ya me dio hambre) y que en Tres Marías generalmente también le ponen carne o tinga.
 
Pero las originales solo llevan eso, queso, crema y cebolla picada. Ahí conocí a su hijo, uno de ellos, que es como diez o quince años mayor que yo y que de alguna manera hicimos amistad, tanta que después le pedí que fuera mi padrino de bautizo. Debo aclarar que lo hice más porque me caía muy bien (me sigue cayendo) que porque pensara en el catolicismo. Hasta me regaló una biblia.
 
Esa biblia debió de ser un sacrificio, no muy grande, pero si un sacrificio, porque en aquella época eran un mucho más pobres que ahora. Pero este hecho no me llego hasta muchos años después, ya siendo un adolescente.
 
Y esa señora, es la que también ya murió. Cuando gente que conoces comienza a morir, morir de vejez, te das cuenta que has vivido, o al menos eso pareciera, una considerable cantidad de tiempo. Para darles una idea, de niño, las laptos no existían, apenas estaban saliendo las computadoras de escritorio, el cd, las usb, vaya ni los walkman (¿saben de que hablo?) habían llegado al conocimiento de mi gente.
 
Ahora escribo en un blog, lo hago desde el rincón más seguro que tengo en este planeta, que es la esquina del cuarto donde esta mi escritorio, desde el mismo pueblo donde nací, donde gente con la que alguna vez interactué, está muriendo de vieja.
Ya soy viejo, y no he hecho nada con mi vida. Aunque nunca he tenido algo así como un plan de vida, así que solo digo que ya soy viejo. Y me siento aún más viejo de lo que en realidad soy. Que se le hace.