viernes, 24 de marzo de 2023

Tacos de canasta

Los tacos de canasta son una comida típica de las ciudades de México, sobre todo en el centro. No sé que tan populares sean en el norte o en el sur de México. Pero en la CdMéx, Morelos, Puebla y Edo. Méx. son muy populares. La razones son fáciles de entender: son ricos, llenadores, no tan complicados de hacer y solían ser baratos.

Hace muchos años que ya no había comido tacos de canasta. Por lo general, los encuentras en la calles de las ciudades, en puestos callejeros; aunque hay algunos locales que los venden, es decir, son locales dedicados a la venta de tacos de canasta, lo cual no es tan común.

Fue parte de mi dieta cotidiana en juventud y al inicio de mi época de trabajador recién graduado. Son ricos, con tres órdenes (por lo general, una orden se compone de cinco tacos) son suficiente hasta para el más tragón. Y como dije antes, solían ser baratos. Era una comida muy recurrida por la clase trabajadora (media) y estudiantes.

Un taco de canasta es una tortilla de tortillería (comparativamente, son tortillas pequeñas), de unos 10 cm o menos de diámetro, bañadas en aceite (ricas en carbohidratos, grasas y kilo calorías), que pueden ser de chicharrón prensado, frijoles, papas, papás con rajas, chorizo con papás, cochinita, etc. Lo más solicitados son los de chicharrón prensado, frijoles y cochinita.

A veces les dicen tacos "sudados", porque al estar bañados en aceite, dan la impresión de que están sudados. Se suelen acompañar con una deliciosa salsa (verde o roja, por lo general) o con chiles gallos (mezcla de chile manzano, finamente cortado, acompañado de cebolla, también finamente cortada, sal y limón).

Ya no los consumo porque  tiene mucho tiempo que cuando salgo de casa, voy bien almorzado, así que no tengo necesidad de consumirlos. Aunque el día de hoy, por cuestiones de las prisas, salí no almorzado y se me antojaron unos tacos de canasta. Recordar es volver a vivir, dicen.

Es curioso, pero los tacos de canasta parece que los hacen de manera industrial: prácticamente el sazón y sabor no cambian, no importa donde los consumas. Así que el día de hoy decidí volver a vivir. No tarde mucho en encontrar un puesto. Como dije, son callejeros.

Además ya hacía tiempo que tenía la intención de comer unos tacos de canasta,  por lo que ya me había fijado por donde había puestos de tacos de canasta. No fue muy complicado hallar uno. Pedí mi orden. 

Me dice el vendedor:

-¿No habías venido por aquí, verdad? 

-Le digo, no.

- Ah, la orden es de cuatro tacos y son a 35 pesos.

-... Ok

La verdad es que se me hicieron caros y eso de que nada más eran cuatro, menos me gustó. Pero ya los había pedido. La tortilla era aún más pequeña que la estándar. Al menos, estuvieron ricos. Tenía una salsa de aguacate muy rica. Sin embargo, no recomendaría ese puesto. Venía sin desayunar, así que tenía planeado comerme cuando menos dos órdenes.

- Tengo coca, jarrito o botella de agua

- Gracías, así estoy bien

Por lo general no suelo acompañar la comida de calle con refresco y pido agua, solo si es de sabor. Me quedó la impresión del que el vendedor me vendió los tacos más caros. Asumo eso porque me vio descender de mi auto. Ya casi cualquier persona trae auto, pero bueno.

Les cuento, esos tacos de canasta (pedí dos de chicharrón y dos de frijol, porque no tenía de cochinita) me lo podía comer de un solo bocado. Y sí, estoy hocicón, pero por lo general, un taco de canasta me lo como en dos o tres bocados (como referencia para que se den una idea de que tan pequeños estaban).

De habérmelos comido de un solo bocado, habría tardado más en sentarme, pedir la orden, que me los despacharan, que en el tiempo de comerlos y pagar. Así que muy finamente me los fui preparando con calma y comiéndomelos en dos bocados. Eso sí, estaban ricos.

Ya le pagué y me fui. Pero todavía tenía hambre. Quería otra orden. Así que hice lo que cualquiera otra persona haría: buscar otro puesto. De hecho ya había visto otro, pero todavía no se instalaba. Regresé a ese otro puesto.

- ¿A cómo la orden?

- 35 pesos, son cinco

- ¿De qué tienes?

- Chicharrón prensado, papas, frijol, cochinita.

- Dame tres de cochinita y dos de chicharrón por favor

Así que el precio era el mismo. Pero los tacos eran más grandes, del tamaño estándar. Estaban buenos también. Les digo, los tacos de canasta parecen que los hacen en serie.

No es que sea codo, pero siento que están muy caros los tacos de canasta. Como contexto, tomen la fecha de la publicación. Yo diría que una orden, a buen precio, no debe pasar los 30 pesos. Alguna vez hice unos de canasta en casa. Hice como 50. No podía hacer menos. 

Es parte de la magia de los tacos de canasta: se tienen que hacer en volumen porque no puedes armar nada más unos cuantos. Son rendidores. Por eso es que en mi época estudiantil eran muy solicitados: baratos, ricos y llenadores.

Ahora solo son ricos y llenadores. Tal vez haga otra excursión y encuentre un puesto donde estén más baratos.

Para que se den una idea de porque se me hacen caros, en la ciudad donde me muevo, la parada mínima de servicio público está en 10 pesos, hasta máximo unos 25 pesos. Con 25 pesos recorres más de 20 km. En mi época, que viví en el DF, ahora CdMex, la orden habrá estado en unos 5 o 10 pesos, mientras que el transporte de 2.5 a 5 pesos el trayecto.

Aunque supongo que siguen siendo populares, a pesar de su precio, porque hay varios puestos en toda la ciudad. Será que ya soy un señor de casa y se me hace muy cara la orden. De verdad que me gustaría saber la opinión de un consumidor asiduo de los tacos de canasta, sobre el precio en mi ciudad.

El mundo es horrible

Antes esperaba que con el tiempo, el mundo sería mejor. Pero es todo lo contrario. El mundo era horrible. Ahora es peor. Escasez de agua, el calor es insoportable, devaluación, caída del poder adquisitivo, los pobres cada vez más pobres, los ricos cada vez más ricos, los de en medio, la gran mayoría, nos acercamos a la pobreza, muy, pero muy pocos, se hacen más ricos.


El mundo es horrible.

¿Porqué siguen queriendo reproducirse?

lunes, 30 de mayo de 2022

Viaje en avión

 

I

-          ¡Tengo mucho miedo!

-          Por favor, vaya a su lugar, estamos por despegar

-          ¡No puedo! ¡Me quiero bajar!

II

“… lo siento hermano, no pude viajar. No te pudo explicar que pasó, solo me entró un pánico que jamás había experimentado.”

-          Oficial, Ese correo me llegó unas horas después de que mi hermano se bajara del avión. Él me lo escribió ¿Por qué lo culpan del accidente? ¿O no fue un accidente?

-          Técnicamente así fue. Un accidente. No hubo sobrevivientes. Solo su hermano, que al final no hizo el viaje. Por eso investigamos.

-           No sé qué decirle. Mi hermano es malhumorado, a veces, pero no es mala persona. Por supuesto que no creo que sea un terrorista. ¡No es un asesino!

-           ¿Así que todo fue una corazonada?

-           No sé qué fue. ¿Ya le preguntaron?

-           Eso hacen mis colegas de su país.

III

-          Es cierto lo que te digo. Hasta antes de sentarme en mi asiento, todo estaba bien. Incluso tenía curiosidad por saber que se siente ir en avión. Pero me senté e inmediatamente me entro un pánico, un terror, incontrolable. No lo puedo explicar.

-          Pues solo tú sabes que pudo ser. Lo que haya sido, te salvó la vida. No hubo sobrevivientes

-          ¿Crees que eso me hace sentir bien? No sé qué pasó. Pero el dictamen técnico del accidente deja muy claro que fue un fallo en la turbina, un defecto en los fierros que usan para el mantenimiento.

-          Pero estás de acuerdo que resulta muy extraño tu caso.

-          ¿Crees que no me pregunto cada día porque me pasó eso? ¿Por qué sigo vivo? ¿Para qué? No lo sé…

-          ¿Qué crees que pasó?

-          Creo que es una especie de sentido súper desarrollado, como cuando estas frente a un peligro, solo que éste me funciona a futuro. No lo sé. No encuentro otra explicación. ¿Para qué sigo vivo? ¿Por qué? No lo sé.

viernes, 27 de mayo de 2022

Cumpleaños


Hoy cumple años mi sobrina. Una de mis sobrinas. Está cerca de dejar la niñez y comenzar la pubertad. Ella y mis demás sobrinos, son lo más cercano que tendré de un hijo. Porque no pienso tener hijos y ya mi edad no está para tener uno. Además de la situación económica. Y mundial.

Vivimos en el infierno.

Total, que hoy cumple un año más de vida. Llegue a casa de mis haceres cotidianos y ya estaba ahí, radiante, con los regalos que le dio su padre. Todo de Harry Potter: chamarra, una “varita mágica”, la bufanda.

La bufanda me gustó. Trae el emblema de la casa de Harry Potter. Sus colores me gustan. También le regaló un Dobby de peluche. Sonrisa franca. Sonrisa de niño. Yo tengo una foto mía de niño, lo cual es extraordinario. Si tengo a lo más unas 100 fotos mías, son demasiadas. Contando hasta hoy, en toda mi vida.

Nunca fui adicto a tomarme fotos o que me tomaran. Así que esa foto que tengo, es una ampliación de una foto que me tomaron mis abuelos, creo, en un negocio dónde sacan fotos, hace muchos años.

Porque el fondo es artificial, un fondo que no es una casa o al aire libre. De las pocas fotos mías, como dije antes, que tengo de mí. Mi papá me regaló esa ampliación, porque tengo esa sonrisa franca de niño. Cada que lo veo le pregunto “¿Por qué estás tan feliz?”, yo no recuerdo porque era tan feliz.

Hoy tengo un aspecto que se acerca más a un sicario que a una persona de bien. Y soy una persona de bien. Una persona de bien, no necesariamente tiene poder adquisitivo. Una persona de bien, paga sus impuestos, no se mete en problemas, busca solucionar los problemas antes de que crezcan, de la mejor manera y sin afectar o afectar en lo mínimo a los demás.

Pero estoy a disgusto con la vida. Con mi vida. Así que hoy que vi a mi sobrina y su radiante sonrisa de niño, quede satisfecho. Sé que estos momentos le ayudaran cuando le toque la vida adulta. Sin embargo, y por eso me dio por contarles este pedazo de mi vida, es que a pesar de su sonrisa, también me mostró ese rostro serio, triste, sombrío que traemos los adultos.

¿Qué más se puede esperar? Está creciendo, en un par de años más, pubertad, otros tanto más, mayoría de edad y luego, estudio (más), trabajo, estudio-trabajo, volverse “adulto”. Volverse gris.

No es que se lo desee, pero no creo que ella se salve de ese cruel destino.

A mí los cumpleaños no me gustan. Sobre todo el de los niños. Me da nostalgia, me traen recuerdos felices, que son eso, recuerdos y no realidades, no actualidades. Por hoy, celebraremos el cumple de mi sobrina. Por unos instantes de tiempo, seremos felices. Que sirvan de aliciente para el futuro.

Sé que alguna vez en mi vida fui muy feliz. Tuve esa sonrisa franca de niño.

¿Hay quienes nunca la tuvieron? De verdad, espero con todo mi corazón que no, que todos los seres humanos en su niñez hayan tenido esa sonrisa franca de niño.

jueves, 19 de mayo de 2022

Ganas de matar

 

¿Has tenido la idea de matar a una persona? En estos últimos meses me ha pasado esa idea por la cabeza. Acabar con la vida de alguien. De entrada se oye feo. ¿Cómo puedes pensar eso? No me considero una persona espantada con las cosas de la vida. He pensado en el suicidio. Por ahí tengo una entrada sobre eso. Ahora pienso en que quiero matar a un grupo de personas.

En realidad no deseo su muerte; lo que quiero es que se detengan, que dejen de hacer sus fechorías, corruptelas. No hay justicia humana, mucho menos divina. Nadie los puede detener. Hablar con ellos, hacerlos entender que dejen de andar haciendo sus cosas. No se van a detener. Solo la muerte los puede detener. La muerte es la solución a todos los problemas.

No se espante, lector, no tengo perfil de asesino. A lo más de suicida. Además, lo que más aprecio de mi vida, es la libertad. Y no me creo capaz de hacer un plan para asesinar a personas y que no sepan que fui yo.

Algún día moriré, así que la muerte en sí, la mía o de quien sea, no me asusta. Me da curiosidad.

¿He matado a algún ser vivo? Sí, como la mayoría. Mosquitos, moscas, cucarachas, ratas, etc. Lo normal, creo. Como carne de puerco, vaca, chivo, borrego, pollo. Si bien no los maté, me como el animal sacrificado. Mi necesidad de comer carne, hace que alguien mate a esos animales, así que de alguna manera soy responsable indirecto de esas muertes.

Así que pienso de la muerte como una parte de la vida. Algún moriré. Pero lo que he atestiguado, es que la muerte es la única entidad que puede detener a los corruptos. Piensen en su corrupto favorito. ¿Quién lo detuvo? Claro, hay casos de políticos corruptos tras las rejas. Muy pocos si se comparan con la cantidad de políticos corruptos que existen.

Piensen en Augusto Pinochet, el padre Marcial Maciel, que vivieron una larga y próspera vida (cometiendo fechorías) y solo la muerte los pudo detener. No los detuvo la justicia humana. Menos el no sabemos si existe o no Dios. Los detuvo la muerte. Muerte natural, por cierto. Quedaron impunes.

Creo que la justicia, de existir, se tendría que ser administrada por uno mismo. Yo, te juzgo y te condeno a morir, para que dejes de hacer tus malos manejos. De otra manera no te detendrás. Porque no se detienen.

A Gustavo Díaz Ordaz solo lo detuvo la muerte. Salinas de Gortari, como no ha muerto, sigue impune.

Veo esos videos de los asesinos de masas (como los asesinatos de Columbine). Se ve tan fácil. Aunque todo depende del contexto: en el mío, no es tan sencillo conseguir un arma. Aunque tampoco es imposible. Pero además, yo no sé usar un arma. Tampoco creo que sea tan complicado. Pero de tantas pequeñas complicaciones, se hace muy difícil.

En Estados Unidos, dada la facilidad de adquirir un arma, hay una facilidad para entrenarse en el uso de ella y luego entonces ¡pum! ¡Masacre!

Así que solo fantaseo. Fantaseo con acabar con aquellos (que están a mi alcance) de esa manera. Una masacre.

La única vez que he disparado un arma, fue cuando hice el servicio militar. Que les cuento, el sordo y áspero sonido del estruendo del arma, al dispararse no me fue agradable. Al contrario.

Y como corolario a mi fantasía, respondo la cuestión que me hago ¿por qué quiero matar a una persona? Lo quiero hacer porque no hay justicia. Ni humana, mucho menos divina.