sábado, 29 de marzo de 2014

Desesperación

¿Qué puedo decir? Me va bien. Para estar solo, me va bien. Es decir, si no estuviera solo, tal vez no estaría tan bien. Me refiero a vivir y lo que eso conlleva, no a la parte de estar solo per se. Si tuviera una pareja e hijos, no podría vivir como vivo.

Tendría que tener un trabajo fijo, estable y con horario. La manera en que me mantengo (y soy autosuficiente) es lícita, honrada y honorable, de eso no tengo problema. Y me da mucho tiempo libre. Es producto de 20 años de trabajo, arduo y continúo.
En estos momentos estoy forjando mi estabilidad económica para cuando este viejo (de esos arrugaditos) y ya no tenga fuerzas ni ganas para seguir empezando. De alguna manera estoy empezando, nuevamente.
 
Cuando recién me gradué y comencé a trabajar, en lo que estudié, mi idea era llegar a ser un gerente o director o un puesto similar o superior. Bien, no lo logré. Y no pudiéndome engañar a mí mismo, les declaro que lo intenté, con esfuerzo, dedicación y preparación. De ahí que tenga muchos estudios (carrera, diplomados, posgrado, otra carrera y me gustaría hacer otro posgrado).
 
Y parte de mi insatisfacción es darme cuenta que todos esos estudios no los aplico directamente en mi actividad actual.  Pero debería, si no ¿Para qué tanto estudio? Bueno, porque quería un puesto “alto” en una empresa. Pero como dije más arriba, no lo logré.
 
Por otra parte, no debería quejarme, porque estoy relajado, con tiempo para hacer prácticamente lo que quiera. Sin embargo la soledad pesa. Y si han leído la mayoría de mis entradas, sabrán que vengo saliendo de la que considero mi mayor oportunidad para formar una familia. Creí haber encontrado a la pareja de mi vida.
 
No fue así. Entre el trabajo y mi vida personal, me han dejado de muchas maneras, acabado. Así me siento, acabado, decrépito, con un futuro muy probablemente estable y tranquilo, pero en soledad. Y no quiero estar solo. A veces pienso en que sí quiero tener un hijo. Y el tiempo, implacable, sigue su curso.
 
A pesar de que tengo mucho estudio y experiencia laboral y que he intentado reincorporarme al sector laboral industrial, no lo he conseguido. Y juro que lo he intentado. Supongo que es por mi edad, porque no soy un jovenzuelo. A mi edad, debería ser gerente o cuando menos tener un puesto bien acomodado.
 
Si voy a ser gerente, será de una empresa que yo mismo genere. No veo otra opción. Y sin embargo lo sigo intentando. Me canso, me frustro, pero lo sigo intentando. A veces, por pura inercia. No puedo creer que no pueda encontrar en donde colocarme. Eso es un indicativo que algo está mal conmigo. Pero no sé qué es lo que esta mal.
 
Solo quería venir a poner esto aquí, esperando que algún benevolente lector me cuente su experiencia. No puede ser que yo sea el único en esta situación.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Trámite cédula concluido


O casi. Ya nada más espero de 15 a 20 días, para ir a recoger mi cédula. Solo quería mencionar un par de adendas al procedimiento. Si recuerdan, se hacen dos pagos, uno de mil y algo y otro de cincuenta y algo. Yo nada más lleve el comprobante de mil y algo. Se necesitan los dos.
Así que tuve que ir a pagar otra vez el de cincuenta y algo. Otra cosa que quiero mencionar, es que, a pesar de ser más o menos rápido el procedimiento, en realidad no se respeta la hora de la cita.

Yo, puntual, estaba entrando cinco minutos antes de mi cita, para tener que formarme… Se supone que para eso es la cita, para no formarse. Total, lo que sí es importante, es que la cita sea de ese día. Creo, no estoy seguro.
De lo que sí estoy seguro, es que iba delante de una persona con cita media hora antes que la mía y delante de mí uno con cita media hora después de la mía. Lo bueno es que en realidad no haces fila, pues tienen un montón de sillas.

Era como jugar a sillas calientes, ese juego donde vas pasando de una silla a otra. Y la revisión de los documentos es relativamente rápida. Sobre todo si ya llevas los documentos en el orden que te piden, separado los originales de las copias.
Una vez que te los revisan, cosa de tres minutos, te piden que te esperes de una hora y media a dos horas, para indicarte si procede o no tu trámite. No se esperen. Digan que tienen que hacer otra cosa y que regresan en unas dos horas, que como le hacen. Entonces, quien está a cargo te dice la hora de atención y con esa hora, pasas a la ventanilla cuatro.

Y ni eso. Como no me iba a estar ahí sentadote dos horas, aproveche y me fui a dar una vuelta a mi muy odiado y a la vez amado DF. Tarde en regresar unas tres horas. Con forme se van dando las resoluciones, éstas son impresas en una hoja reciclable y se van voceando. Oyes tu nombre y pasas a recogerla.
En mi caso, que ya había pasado más de dos horas, mi papelito estaba esperándome. De todas maneras me acerque a la chica de la ventanilla 4 y le pregunte y me dijo que si no escuchaba mi nombre, me esperará.

En la ventanilla había como 12 papelitos. Y no estaba mi nombre. Me preocupe. Pero en cuanto terminó de vocear a esos 12 papelitos, saco otro grupo de papelitos, donde el primero de ese otro grupo, estaba mi nombre.
“De quince a veinte días te va a llegar una notificación a tu cuenta de correo para que pases a recoger tu cédula” me dijo lacónica, mientras miraba con aburrimiento y desdén su bonche de papelitos por vocear.

Y listo. Esperaré de quince a veinte días para ir a recoger mi cédula. Yupi.

domingo, 9 de marzo de 2014

Un hombre, una mujer

Me he estado preguntando qué es lo que hace que una mujer y un hombre vivan juntos, se casen, tengan hijos.
 
No encuentro la respuesta. De millones de mujeres y millones de hombres, que se comprometan dos, dicho así, suena increíble.

Solo se trata de un hombre y una mujer. Hace un par de meses, estuve a punto de comprometerme, de decir que sí me quiero casar, que sí quiero tener un hijo. Antes de eso, mi discurso era en sentido contrario.
 
Sin embargo, la mujer que me hizo pensar muy seriamente en formar una familia, valía la pena. Al menos en ese momento. Si han seguido este sitio, sabrán que soy amante de la estética: me gusta lo bello. Y las mujeres no son la excepción. De hecho, es mi cruz.
 
Esta mujer, no era ni la más hermosa, ni con mejor cuerpo, ni la más inteligente, ni cualquier otra cosa que se les ocurra. Pero era mi mujer. No era lo que estaba buscando,  era lo que necesitaba. El tiempo a su lado era poco y corto.

Al inicio, me decía que ella quería tener un hijo, que se quería casar. Yo le decía que yo no quería tener hijos, que me daba miedo. Le decía que para que casarnos, que era un gasto excesivo y que mejor nos fuéramos a vivir juntos y el dinero de la fiesta de la boda, lo gastáramos en un coche o en un viaje.

No insistió demasiado. Pero yo comencé a pensar seriamente en una boda y un hijo. Y cada día me gustaba más y más la idea. De la boda, no había en realidad tanto problema. Pero el hijo. Ese sí que me sigue dando miedo.
 
Al final, decidí que Ella valía la pena. La boda y un hijo. Sucedió que tuvo un problema médico. Le quitaron una trompa de Falopio. Me dijo que ya no iba a poder engendrar. Pero que no importaba. Cuando supe eso, dude ¿De verdad no quiero tener un hijo? No es lo mismo decidir que no quiero tenerlo a no poder tenerlo.
 
Se había convertido en mi mujer ideal ¿No? Me podía casar y no engendrar. He de confesar que me enamoré de una mujer comprometida. Ella tenía novio. Yo lo sabía. Simplemente me gustó. Y no pensé que yo llegaría a enamorarme. Era sencillo, pasarla a gusto, y cuando uno de los dos decidiera que ya, pues ya.
 
En lugar de eso, nos fuimos compenetrando más y más. O eso pensé. Eso creí. Al final, todo terminó. No de buena manera. Cuando más seguro estaba que íbamos a terminar juntos, por teléfono me dice que ya está embarazada. Y no de mí. Segurísimo.
 
No me duele el que al final acabáramos separados. Tal vez así tenía que ser. Me duele la manera el cómo llegamos a estar separados. Así que me sigo preguntando ¿Cómo un hombre y una mujer acaban casados? ¿Cómo terminan viviendo juntos?
 
Creí que había amor entre nosotros. Lo sigo creyendo. Pero no termino de entender sus razones para terminar conmigo de la manera en que lo hizo. Para mí fue muy violento, de un día para otro. Literal. No hubo un proceso de rompimiento. Estoy pasando por un duelo.
 
Es como si ella hubiera muerto. Es peor. Porque está viva. Es alcanzable y no. No puedo dejar de quererla, pero tampoco puedo quererla. Quiero odiarla, pero tampoco puedo odiarla. Quiero olvidarla y sé que jamás lo conseguiré del todo. Como ha pasado con todas mis relaciones pasadas. Simplemente, no termino de olvidarlas del todo.