domingo, 30 de diciembre de 2018

Diablero, una propuesta mexicana


Nota: desvelaré partes de la trama, creo que como no van a estar contextualizadas, no lo notarás, hasta que veas la escena a la que hago referencia. Pero aun así, desvelaré partes de la trama. Si no la has visto y no te gusta que te cuenten, aunque no le entiendas, pues no le sigas.

Acabo de terminar de ver la serie original de Netflix Diablero. Propuesta mexicana que ha tenido una aceptable recepción, he leído buenas críticas, la han comparado con Buffy la cazavampiros o con Supernatural de fabricación estadounidense.

Yo no soy un experto en saber cómo se debe hacer una serie, que gastos implica y demás cosas. Solo sé que si una serie me gusta, pues ya está. Me gusta.

Cuando vi el primer capítulo de Diablero, me gustó, pensé “uh, tiene potencial…” Y creo que en eso se quedó. Se quedó en el potencial de ser una serie épica. Lo más épico que le puedo asignar, así como simple vidente de series de ese tipo, es su propuesta. Una propuesta mexicana. Supongo, no lo sé, que incluso la serie Buffy, con todo y que muchos capítulos se vieron bien chafas, tuvieron un presupuesto, una cantidad de dinero invertida en hacer la serie, muy por encima de la mencionada Diablero.

Y a diferencia de la serie Supernatural, que son 14 y 7 de Buffy, Diablero consta apenas de 8 capítulos. Menciono esto porque no se alcanza a desarrollar, para mi gusto, los personajes. Como que todo fue metido en un espacio muy reducido. No por culpa de los actores, creo, pues los considero bastante competentes. Todos, incluido aquellos que han laborado en Televisa o en televisión de economía baja como el Canal 11.

El desarrollo de la historia toma sustento en las creencias de los mexicanos, modernas y antiguas. La llorona (que no sale), el chupacabras, la santa muerte, demonios, dioses aztecas, son parte de ese sustento. Es pues, una propuesta muy mexicana. Los efectos, si bien no son espectaculares, cumplen con su cometido. El problema no fueron los efectos especiales.

Insisto, el problema es el desarrollo. Hay tramas donde, por ejemplo (si no la han visto, véanla, porque voy a desvelar de manera muy discreta parte de la trama, pero la desvelaré), cuando se enteran que ya se va a acabar el mundo, uno se va a su casa, el otro se queda, la otra va por sus cosas a la iglesia, la otra se lleva a su interés amoroso a sacarle un embrujo. Es decir ¡Se va a acabr el mundo! ¿Qué es más importante que eso? ¿Ir por tus cosas? Ah y sale, si sucede algo “importante” avisan y nos reunimos.

Esa parte de la trama bien mal hecha. Otro ejemplo: cuando la bruja mayor pelea contra los protagonistas y por fin despiertan los jinetes del Apocalipsis, se acerca a ellos y se la comen. Y tan tan ¿No que muy poderosa?

Otra escena chafa: a un tipo le arrancan el dedo, el cual sirve para cerrar una botella (los demonios son encerrados en botellas) y llega la ambulancia, el tipo no reclama, no llama a la policía. Oye, le acaban de arrancar un dedo y el tipo no reclama ni nada. Eso no pasa en la vida real.

Hay muchos cabos sueltos. Tal vez los quieran retomar para la siguiente temporada, porque pese a que mi crítica parecería que va en contra, la verdad es que si sale una segunda temporada, sí la vería.
Por ejemplo ¿Qué pasó con el hijo de la bruja mayor? Se quedan la hija del sacerdote, la cual fue recuperada del mismísimo demonio, así como si nada. La niña no pregunta por sus parientes (que al parecer solo tiene a la mamá, la cual está muerta-viva), y en el caso que no tuviera más parientes, no se me hace normal que “ay bueno, mi mamá está muerta, mi papá se sacrificó por mí; no pues ya me quedo con estos amigos que no conozco, pero se ve que son bien buena onda”

El papá de los protagonista muere en el ataque el demonio con esteroides así de “ay, me muero, pero les paso la estafeta, síganle hijos” Y los hijos, “no pues ya se murió papá…” No hay llanto, no hay una escena donde se muestre el dolor de perder a un ser muy querido.

Presentan a la iglesia como una organización que busca, me parece, la no muerte y por alguna razón que no entendí, ayudaron a la bruja mayor para que invocara al diablote, y que andan buscando objetos divinos (como plumas de ángel) para sus muy, pero muy, secretas intenciones. Son unos malotes de caricatura.

Por eso digo que para mi gusto, le faltó desarrollo a las tramas, desarrollo de los personajes, los cuales, muchos, tienen un gran potencial para llegar a ser queridos por todo mundo. Pero se quedan en el acartonamiento. 

Creo que es por la cuestión del tiempo. Espero que haya sido por eso. Después de todo se basa en el libro “El Diablo me obligó” de F.G. Haghenbeck. Quizá por ahí debí haber empezado. Leyendo el libro. Pero seguramente mi crítica habría sido bastante más negativa hacia la propuesta de Diablero. Mejor así.

miércoles, 29 de agosto de 2018

Acerca de un poema inédito


Hace tiempo que quiero seguir escribiendo. Se me ocurren ideas, y muchas de ellas, de que otra manera sería, me parecen buenas. Vaya, son mis ideas. Pero por una u otra cuestión, lo dejo pasar.
Hoy, haciendo limpieza de papeles y libretas viejas, me encontré con esto:





En alguna entra del pasado, no recuerdo en cual, ya había hablado sobre este concierto, de Marcial Alejandro, fallecido el 22 de Marzo de 2009; nunca lo volví a ver en vivo.

Esa simple hoja me hizo recordar, no recordar, porque no lo he olvidado, no sé qué es lo que me hizo sentir, pero me hizo volver a ese día, a ese recital, en mi amada Universidad (UAM-I, orgulloso ex alumno), con una mujer que en ese momento era muy importante para mí.

De hecho ella me llevó. Yo no era fan (y sigo sin serlo) de la trova. Pero es uno de los conciertos/recitales que más atesoro en toda mi vida. De verdad, la entrega del público, conformado en su mayoría por estudiantes universitarios, académicos y administrativos, fue maravillosa. A pocos artistas he presenciado que se le entreguen con esa devoción.

Parecía que ese suceso de mi vida era producto de mi imaginación, una invención para hacer más pasadera la vida. Pero no. He aquí la prueba, o algo parecido a una prueba, de lo que viví.
El poema inédito lo sentí plenamente. Ella tenía novio y yo pues era con el que le era infiel. Supongo que no era tan grave (en ese lejano entonces), después de todo, eran solo novios, no estaban casados. Hoy en día, son esposos (sonrisa sardónica), con dos productos de su amor.

Yo sigo casi igual que en ese entonces. La diferencia: 21 años más viejo.

Además, nuestra relación no paso más allá de unos cuantos besos y unos intentos de fajes (caricias entre novios, cuando están solos). Así que no fue tan grave, pienso, el acto que cometimos. Después de todo, hoy son esposos. Y yo sigo muy igual.

¿He desperdiciado mi vida? Yo creo que no. Estoy solo, porque en gran parte, así lo quiero.
Además, estoy convencido del nihilismo, soy agnóstico y cada vez me gusta más eso del existencialismo.

Que pasen un excelente día.