lunes, 30 de mayo de 2022

Viaje en avión

 

I

-          ¡Tengo mucho miedo!

-          Por favor, vaya a su lugar, estamos por despegar

-          ¡No puedo! ¡Me quiero bajar!

II

“… lo siento hermano, no pude viajar. No te pudo explicar que pasó, solo me entró un pánico que jamás había experimentado.”

-          Oficial, Ese correo me llegó unas horas después de que mi hermano se bajara del avión. Él me lo escribió ¿Por qué lo culpan del accidente? ¿O no fue un accidente?

-          Técnicamente así fue. Un accidente. No hubo sobrevivientes. Solo su hermano, que al final no hizo el viaje. Por eso investigamos.

-           No sé qué decirle. Mi hermano es malhumorado, a veces, pero no es mala persona. Por supuesto que no creo que sea un terrorista. ¡No es un asesino!

-           ¿Así que todo fue una corazonada?

-           No sé qué fue. ¿Ya le preguntaron?

-           Eso hacen mis colegas de su país.

III

-          Es cierto lo que te digo. Hasta antes de sentarme en mi asiento, todo estaba bien. Incluso tenía curiosidad por saber que se siente ir en avión. Pero me senté e inmediatamente me entro un pánico, un terror, incontrolable. No lo puedo explicar.

-          Pues solo tú sabes que pudo ser. Lo que haya sido, te salvó la vida. No hubo sobrevivientes

-          ¿Crees que eso me hace sentir bien? No sé qué pasó. Pero el dictamen técnico del accidente deja muy claro que fue un fallo en la turbina, un defecto en los fierros que usan para el mantenimiento.

-          Pero estás de acuerdo que resulta muy extraño tu caso.

-          ¿Crees que no me pregunto cada día porque me pasó eso? ¿Por qué sigo vivo? ¿Para qué? No lo sé…

-          ¿Qué crees que pasó?

-          Creo que es una especie de sentido súper desarrollado, como cuando estas frente a un peligro, solo que éste me funciona a futuro. No lo sé. No encuentro otra explicación. ¿Para qué sigo vivo? ¿Por qué? No lo sé.

viernes, 27 de mayo de 2022

Cumpleaños


Hoy cumple años mi sobrina. Una de mis sobrinas. Está cerca de dejar la niñez y comenzar la pubertad. Ella y mis demás sobrinos, son lo más cercano que tendré de un hijo. Porque no pienso tener hijos y ya mi edad no está para tener uno. Además de la situación económica. Y mundial.

Vivimos en el infierno.

Total, que hoy cumple un año más de vida. Llegue a casa de mis haceres cotidianos y ya estaba ahí, radiante, con los regalos que le dio su padre. Todo de Harry Potter: chamarra, una “varita mágica”, la bufanda.

La bufanda me gustó. Trae el emblema de la casa de Harry Potter. Sus colores me gustan. También le regaló un Dobby de peluche. Sonrisa franca. Sonrisa de niño. Yo tengo una foto mía de niño, lo cual es extraordinario. Si tengo a lo más unas 100 fotos mías, son demasiadas. Contando hasta hoy, en toda mi vida.

Nunca fui adicto a tomarme fotos o que me tomaran. Así que esa foto que tengo, es una ampliación de una foto que me tomaron mis abuelos, creo, en un negocio dónde sacan fotos, hace muchos años.

Porque el fondo es artificial, un fondo que no es una casa o al aire libre. De las pocas fotos mías, como dije antes, que tengo de mí. Mi papá me regaló esa ampliación, porque tengo esa sonrisa franca de niño. Cada que lo veo le pregunto “¿Por qué estás tan feliz?”, yo no recuerdo porque era tan feliz.

Hoy tengo un aspecto que se acerca más a un sicario que a una persona de bien. Y soy una persona de bien. Una persona de bien, no necesariamente tiene poder adquisitivo. Una persona de bien, paga sus impuestos, no se mete en problemas, busca solucionar los problemas antes de que crezcan, de la mejor manera y sin afectar o afectar en lo mínimo a los demás.

Pero estoy a disgusto con la vida. Con mi vida. Así que hoy que vi a mi sobrina y su radiante sonrisa de niño, quede satisfecho. Sé que estos momentos le ayudaran cuando le toque la vida adulta. Sin embargo, y por eso me dio por contarles este pedazo de mi vida, es que a pesar de su sonrisa, también me mostró ese rostro serio, triste, sombrío que traemos los adultos.

¿Qué más se puede esperar? Está creciendo, en un par de años más, pubertad, otros tanto más, mayoría de edad y luego, estudio (más), trabajo, estudio-trabajo, volverse “adulto”. Volverse gris.

No es que se lo desee, pero no creo que ella se salve de ese cruel destino.

A mí los cumpleaños no me gustan. Sobre todo el de los niños. Me da nostalgia, me traen recuerdos felices, que son eso, recuerdos y no realidades, no actualidades. Por hoy, celebraremos el cumple de mi sobrina. Por unos instantes de tiempo, seremos felices. Que sirvan de aliciente para el futuro.

Sé que alguna vez en mi vida fui muy feliz. Tuve esa sonrisa franca de niño.

¿Hay quienes nunca la tuvieron? De verdad, espero con todo mi corazón que no, que todos los seres humanos en su niñez hayan tenido esa sonrisa franca de niño.

jueves, 19 de mayo de 2022

Ganas de matar

 

¿Has tenido la idea de matar a una persona? En estos últimos meses me ha pasado esa idea por la cabeza. Acabar con la vida de alguien. De entrada se oye feo. ¿Cómo puedes pensar eso? No me considero una persona espantada con las cosas de la vida. He pensado en el suicidio. Por ahí tengo una entrada sobre eso. Ahora pienso en que quiero matar a un grupo de personas.

En realidad no deseo su muerte; lo que quiero es que se detengan, que dejen de hacer sus fechorías, corruptelas. No hay justicia humana, mucho menos divina. Nadie los puede detener. Hablar con ellos, hacerlos entender que dejen de andar haciendo sus cosas. No se van a detener. Solo la muerte los puede detener. La muerte es la solución a todos los problemas.

No se espante, lector, no tengo perfil de asesino. A lo más de suicida. Además, lo que más aprecio de mi vida, es la libertad. Y no me creo capaz de hacer un plan para asesinar a personas y que no sepan que fui yo.

Algún día moriré, así que la muerte en sí, la mía o de quien sea, no me asusta. Me da curiosidad.

¿He matado a algún ser vivo? Sí, como la mayoría. Mosquitos, moscas, cucarachas, ratas, etc. Lo normal, creo. Como carne de puerco, vaca, chivo, borrego, pollo. Si bien no los maté, me como el animal sacrificado. Mi necesidad de comer carne, hace que alguien mate a esos animales, así que de alguna manera soy responsable indirecto de esas muertes.

Así que pienso de la muerte como una parte de la vida. Algún moriré. Pero lo que he atestiguado, es que la muerte es la única entidad que puede detener a los corruptos. Piensen en su corrupto favorito. ¿Quién lo detuvo? Claro, hay casos de políticos corruptos tras las rejas. Muy pocos si se comparan con la cantidad de políticos corruptos que existen.

Piensen en Augusto Pinochet, el padre Marcial Maciel, que vivieron una larga y próspera vida (cometiendo fechorías) y solo la muerte los pudo detener. No los detuvo la justicia humana. Menos el no sabemos si existe o no Dios. Los detuvo la muerte. Muerte natural, por cierto. Quedaron impunes.

Creo que la justicia, de existir, se tendría que ser administrada por uno mismo. Yo, te juzgo y te condeno a morir, para que dejes de hacer tus malos manejos. De otra manera no te detendrás. Porque no se detienen.

A Gustavo Díaz Ordaz solo lo detuvo la muerte. Salinas de Gortari, como no ha muerto, sigue impune.

Veo esos videos de los asesinos de masas (como los asesinatos de Columbine). Se ve tan fácil. Aunque todo depende del contexto: en el mío, no es tan sencillo conseguir un arma. Aunque tampoco es imposible. Pero además, yo no sé usar un arma. Tampoco creo que sea tan complicado. Pero de tantas pequeñas complicaciones, se hace muy difícil.

En Estados Unidos, dada la facilidad de adquirir un arma, hay una facilidad para entrenarse en el uso de ella y luego entonces ¡pum! ¡Masacre!

Así que solo fantaseo. Fantaseo con acabar con aquellos (que están a mi alcance) de esa manera. Una masacre.

La única vez que he disparado un arma, fue cuando hice el servicio militar. Que les cuento, el sordo y áspero sonido del estruendo del arma, al dispararse no me fue agradable. Al contrario.

Y como corolario a mi fantasía, respondo la cuestión que me hago ¿por qué quiero matar a una persona? Lo quiero hacer porque no hay justicia. Ni humana, mucho menos divina.

jueves, 20 de enero de 2022

De la incomprensibilidad de los dioses, si es que existen.

 

Hay muchos programas de televisión, actualmente, series en cadenas de video bajo demanda, como Netflix, donde se aborda el tema de Dios y su relación con sus creaciones. Específicamente, el ser humano (y sus regulares interacciones con los ángeles).

Acabo de terminar de ver la serie de Netflix Lucifer. Trata sobre la vida de Lucifer en la tierra, en la actualidad, En los Ángeles, California. Lucifer es un millonario, que posee un lugar de entretenimiento. Se encarga de proporcionar “favores” a los humanos, después de aburrirse de estar en el infierno, castigando a los pecadores.

La cuestión sobre esta visión del Diablo, viviendo entre humanos, como un humano más, es que se comporta como un humano más. Es decir, fuera de su gran poder, el ser millonario, que bien podría ajustarse a otro personaje ficticio, Batman. Pero Batman es humano. El Diablo no.

Sin embargo, su problemática es muy humana: se enamora, se enoja, ríe, llora, se frustra. Como todo ser humano. Y ahí radica la cuestión. No debería ajustarse al comportamiento humano. Es una divinidad. Por otra parte, ya los griegos nos han contado la historia de sus dioses, que siendo dioses, se comportan de manera muy humana.

Tienen deseos, son egoístas, luchan por ver quién es el más poderoso, se enamoran, llegando al grado de enajenarse con humanos. Por favor, son dioses.

De existir Dios, sería incompresible para los humanos intentar siquiera, entender su actuar. No deberían estar sujetos a las pasiones humanas. Pero no sabría explicar cómo debería ser su comportamiento. No soy un dios y no conozco a uno.

Tanto en la literatura, como en las películas y series de televisión,  cuando se narran historias de dioses, es en realidad la historia de un humano con mucho poder. Usualmente un poder meta humano. Es decir, son extremadamente poderosos, pueden volar, son inmunes a cualquier elemento que potencialmente puede matar a un humano, son longevos, por no mencionar que no envejecen. Dada esa longevidad, les permite ser millonarios.

Por ejemplo, Superman, que en su identidad secreta se desempeña como reportero, en el fondo él no se preocupa realmente por las situaciones que a cualquier ser humano le preocuparía. Como estar en peligro de muerte, proteger a sus seres amados. Porque saben que, dado el caso, recurren a sus poderes meta humanos y salvan la situación.

Los griegos ya lo refirieron: se llama Deux Ex Machina, el dios de la máquina. Es la manera en como resuelven un problema irresolvible en términos humanos. Por ejemplo, en el Señor de los Anillos, cuando Gandalf va con los Hobbits, Aragorn, Gimli y los demás, al internarse a Moria, la mina del enano y se encuentran con el Balrog (una especie de demonio ultra poderoso) y lo enfrenta, sabiendo que lo más seguro es que lo mate, el Deux Ex Machina sale a relucir porque logra ganarle, aduciendo a poderes místicos más allá de la humanidad. Logra una mejora en su desempeño. ¿Por qué? Pues porque en realidad Gandalf no es humano, es un ser superior.

Pero en la realidad, la humanidad no es un ser superior. Aquí me surge el cuestionamiento del porqué nos empeñamos (bueno no todos, pero sí los que cuentan las historias) en pensar en seres meta humanos, si no existen.

Creo que se trata de un mecanismo de defensa de nuestra evidente impotencia para solucionar problemas que no pueden ser solucionados por una persona. Por muy poderosa que sea. Estoy pensando en los millonarios, como Carlos Slim en México, y más específicamente en estos momentos, pienso en Steve Jobs. Millonario, idolatrado por millones de personas en todo el mundo, con una inteligencia sui generis. Con todo y eso, un cáncer de páncreas se lo llevó. Ni Gandalf, ni Superman, Batman podrían morir de manera tan humana.

Las películas de Spiderman, Superman, Los Vengadores, Los Eternos nos muestran esas imposibilidades de existencia. Los dioses no existen, más que en el imaginario. Y Dios entra en esa categoría. Mucha gente cree que Dios existe. Pero si se toman el tiempo necesario para pensar en su existencia, se darían cuenta que es el paliativo, el mecanismo de defensa que les dice “ey, todo va a estar bien, Dios sabe lo que hace”.

Durante el desarrollo del ser humano, los padres vienen a solventar (en los casos de tener buenos padres, aclaro) a la presencia de Dios. Los padres hacen lo posible por resolver la problemática de sus vástagos. Y uno, siendo infante, sabe que ellos, papá y mamá, sabrán que hacer. Incluso no es necesario llegar a pensar “mis papás me van a sacar de este problema”. Simplemente sucede.

Conforme vas creciendo, te das cuenta que tus padres no son dioses, que también tienen defectos y deficiencias, que va a llegar un momento en el cual ya no te podrán ayudar, aunque quieran. Porque la edad, las vicisitudes de la vida y tu crecimiento cronológico juegan en tu contra.

De un día para otro ya puedes votar. Recuerdo el día que fui mayor de edad. Por favor, si ayer era un no imputable judicialmente hablando, hoy, escasas 24 horas con respecto a ayer, ya lo soy. ¿Quiere decir que en 24 horas ya soy un hombre? ¿Quiere decir que en 24 horas ya tengo todo lo necesario para enfrentar la vida, ya sin mis padres?

Aquí entra también el tema del destino. Si Dios ya escribió nuestro destino, no somos más que personajes de un libro, cuento, película o serie de TV. Nuestro destinó dependerá de la imaginación del o los escritores. A veces, ese destino se ve influenciado por la popularidad del personaje. Tal fue el caso de uno de los Robin de Batman, que por votación se decidió si moría o seguía vivo.

Pero, en mi experiencia, no puedo concebir que Dios ya escribiera mi destino. Porque entonces, todo lo bueno y lo malo que he vivido y que habré de vivir, ya está preconcebido. Yo ni siquiera sería un actor. Porque el actor está consciente de su personaje, sabe que eso es que hace no es él. Es una personificación de la imaginación de alguien más.

Además, ¿Por qué Dios habría de escribir historias desgarradoras, de sufrimiento, pudiendo relatar puras historias de éxito y finales felices? Por eso, series como Lucifer, se presentan tan humanizadas (y he ahí la razón de que gusten tanto) que se trata de un super héroe más. Apelan al libre albedrío de cada ser humano, y en este caso entonces Dios, no ha escrito un destino. Te deja ser, a ver qué haces. Pero si haces mal, haces daño ¿Por qué no te detiene? Y aquí recuerdo hechos históricos como la vida de Hitler, el padre pederasta Marcial Maciel, muchos ex presidentes mexicanos, empezando por Carlos Salinas de Gortari, que tanto daño han hecho a la humanidad y no hay castigo, bueno, ni siquiera hay un poder que los detenga en su hacer.

Creo que es imposible escribir sobre el comportamiento de los dioses. Es como si un perro o un gato o cualquier mascota escribirán sobre la humanidad. Simplemente no hay un lenguaje de pleno entendimiento. Porque todas las historias sobre dioses o seres supremos, terminan siendo relatadas desde el entendimiento humano, con pasiones, amores, desencuentros y todos los sentimientos que son propios de la humanidad.

Por eso creo que Dios no existe. Así como no existe Superman.