miércoles, 19 de noviembre de 2008

Sobre el suicidio

Es duro ver como la gente, sí, la gente, tu, yo, ellos, nosotros, estamos cada vez más solos. Paradojas de la vida, somos millones y estamos prácticamente solos. La soledad, cuando es obligada produce depresión. Aunado a esto, la falta de oportunidades, de amor, cariño, reconocimiento de tus congéneres se traduce en suicidio.

Según esta nota, se suicidan más los hombres que las mujeres, al menos en el DF, casi en una proporción de 1 a 5. Desde hace ya muchos años he pensado en el suicidio: en parte, ahora lo sé, porque tiendo a ser depresivo –no como los emos- y en otra porque he tenido muchas frustraciones. Lo bueno es que me di cuenta a tiempo que TODOS tenemos frustraciones: la bonita porque tiene puros galanes o que la usan o que son superficiales –en lugar de voltear a vernos a nosotros los feos, para que se le quite-, la fea porque es fea –jajaja, me incluyo en versión masculina-, el inteligente porque no basta la inteligencia para tener lo que se quiere, o por lo mismo no puede ser lógico vivir la como se vive y así, ad infinitum.

Actualmente sigo pensando en el suicidio, pero ahora también sé que no he de acabar por mi propia mano, al menos no por el momento. La cuestión de los suicidas, creo, es que no piensan en el desmadre psicológico que le dejan a sus seres queridos –eso fue en gran parte lo que me detuvo-. Y esta es la otra cuestión que me llama poderosamente la atención: los suicidas generalmente tienen un nivel de vida medio, o medio-bajo. Casi no ocurren suicidios en niños de la calle, o personas en franca pobreza; en cambio los de clase media vislumbran la tierra prometida y saben que no importa lo que hagan, jamás llegarán –o bueno pues, muy pocos lo harán-.

Tal vez sea esta la razón, los que somos clase media nos damos cuenta de muchas cosas, de aquello que creemos merecer, de aquello que debería estar a nuestro alcance y no lo está o de cómo a veces la vida es incongruente con nuestros actos –no es justa- y esto nos deprime. De las pocas cosas que le reconozco al nefasto ex-presidente Fox es cuando dijo que si queremos ser felices hay que dejar de leer libros y periódicos que mejor veamos la tele. En eso tenía razón.

Según he leído, un posible suicida piensa en ello de manera constante; cuando se encuentra próximo a suicidarse comienza a despedirse, por ejemplo, visitando los lugares donde paso su infancia (escuelas, lugares donde vivió, etc.), se encuentra callado y generalmente se apoya de alguna droga, alcohol en el menor de los casos. Así que si tienes un amigo, conocido o pariente con estas características y te interesa, plática con él. Esos psicólogos lo único que hacen, además de cobrarte una lana, es hacerte hablar. Si eres tú uno que está pensando seriamente en suicidarte, piénsalo mejor y platícalo con alguien de tu entera confianza.

Mi punto de vista es que un suicida no es una persona cobarde: se necesitan muchos huevos –aquí en México viene a significar algo así como mucha determinación- para comerse una bala o la manera en que decidan matarse, se necesita mucho coraje y valor para dejar esposa, hermanos, padres, hijos, amigos con la pregunta ¿Por qué?.
Espero que nunca hayan pensado en el suicidio, y si ya lo han hecho expónganlo, en verdad es una catarsis.

Algunas referencias

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