martes, 25 de noviembre de 2008

Charla con mi presidente

Después de toda la retahíla sobre las capacidades prácticamente divinas de su ahora fallecido exsecretario de gobernación Juan Camilo Mouriño, señor presidente de la república bananera de los estados unidos mexicanos, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, aka FeCal, permítame comentarle que hay quienes sí hacen su trabajo y ahora le proporcionan una pista sobre los culpables de la muerte de su, según se ha explayado de manera tan contundente, protosuperhombre.

Basta con que mande a uno de sus múltiples achichincles al puesto de revistas más próximo de gobernación, donde supongo que “gobierna” y adquiera un ejemplar de la revista Proceso. Ahí viene un artículo muy interesante sobre la situación de los vuelos en México. Me llama poderosamente la atención que ya le habían notificado –según la mencionada revista- a usted y a su ahora desaparecido amigo del alma sobre esta situación, en un caso muy similar cuya protagonista es nada más y nada menos que su señora esposa.

¿A poco no estaba enterado? ¿No siente ganas de cuando menos mentarle la madre a su secretario Luis Téllez? A mi sí que me dan ganas, y eso que no tengo vela en el entierro -las ganas son por la incompetencia del susodicho el cual debe ganar una cantidad estratosférica de dinero a costa del erario público-. La pista sobre el accidente –si es que fue accidente-ha estado bajo sus narices. Así pues, presidente de dudosa procedencia, deje de buscarle tres pies al gato y comience por su casa.

Si este país no se ha desmoronado es debido a la mayoría de nosotros los mexicanos de clase media y baja, que gracias a nuestro trabajo se nutren las arcas de la nación; con la sobreexplotación de todos nosotros se cubren y con creces la vida de toda la clase política mexicana, horda de huevones, hijos de su recongalera madre.

Y ya fin, que este tema me hace encabronar.

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