jueves, 13 de noviembre de 2008

Pensamientos Políticos Ad Libitum

Me encontraba un día leyendo el periódico cuando… jajajaja, ¿Recuerdan la manera de iniciar las tiras del Santos? Bueno pues esta introducción es un pequeño homenaje a Jis y Trino.

Después del acto lisonjero -sonrojo-, quiero comentar sobre nuestro recién caído “caudillo”, Juan Camilo Mouriño Terrazo (JCM), específicamente los negocios de su familia. Esto es por una nota que me llamó la atención, la cual trata sobre el futuro de la familia nuclear de JCM. Que si se van, que que va a pasar con los negocios, etc. Francamente me importa muy poco que vaya a pasar con su viuda e hijos, seguramente tendrán una pensión (que no necesitan) vitalicia (al menos la viuda, y los hijos hasta que terminen sus estudios) sin importan donde decidan continuar su vida.

Tal vez se lea muy osco pero es verdad: no es necesario que la familia Mouriño-Escalante sangre al erario público mexicano durante los próximos 40 o 50 años siguientes, tanto por parte de la famlia Mouriño, como de la familia Escalante. En fin, JCM fue empleado de la nación, murió “haciendo” su trabajo y su familia se merece toda la seguridad social que el Estado Mexicano pueda proporcionarle (privilegio que una gran parte de los mexicanos mexicanos no tenemos).

Pero lo que me llama poderosamente la atención del mencionado artículo es que va a pasar con los negocios de los Mouriño: no cabe duda que el engrane maestro para el eficiente funcionamiento de sus negocios fue el difunto funcionario público. Ahora sin su presencia, muchos de los cochupos, tranzas y triquñuelas quedarán sin completarse, al menos no con la eficiencia que les proporcionaba el mando de JCM.

Habrá que seguir en el mediano plazo que pasa con los negocios familiares (no los míos que por cierto ni tengo) ¿En verdad se retirarán del país? ¿Venderán todas sus propiedades? Personalmente no lo creo; viéndolo desde el punto de vista mercantil, México es un paraíso para hacer el tipo de negocio que hacia JCM. Tal vez en un futuro no muy lejano tengamos la versión corregida y aumentada en alguno de sus vástagos, así como el hijo Madrazo siguió los pasos del papá Madrazo, el cual curiosamente también murió en un accidente aéreo.

Sin embargo, con desazón y en caso de que ocurra, no espero que el futuro político sea mejor que el papá. ¿Es mucho pedir un hombre o mujer con poder económico, político y social se apegue a las causas de las mayorías? ¿Acaso ser político mexicano es mutuamente excluyente con la ética, la moral, la justicia, la verdad? ¿Cuándo México tendrá la clase política que se merece? ¿O tal vez ya la tiene? ¿Los mexicanos estamos condenados a robar o ser robados? ¿Estamos condenados a explotar o ser explotados?

Me niego definitivamente a cumplir con tan siniestro destino.

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