21 mayo 2020

La pauperización de los grados académicos en México (3)

“El dinero es tiempo de vida. Dejas de hacer aquello que quieres hacer, por estar trabajando, ganando dinero”

Continuación…

En mis entradas anteriores, expuse los antecedentes vivenciales para afirmar que los grados académicos en México se han empobrecido. No solo en su calidad, también en su valor como mercancía en el mercado capitalista de México. Digo que los grados académicos en Mexico se han pauperizado.

Pauperizado viene de paupérrimo.

Paupérrimo: Adjetivo. Superlativo de pobre.

Los grados académicos se han empobrecidos, en la calidad y en su valor como mercancía. Durante mucho tiempo ha sido una meta de vida de los padres hacia sus hijos, que estudien, que sean alguien en la vida, sin darse cuenta que, desde el momento de vivir, ya se es alguien. Bueno, malo, mediocre, como sea, pero ya son alguien.

En el libro “El laberinto de la soledad” de Octavio Paz, relata un anécdota. Llega a su casa, escucha ruidos y pregunta ¿quién es? Le responde su mucama “No es nadie”. Algo así, no soy bueno recordando de memoria, pero la idea esencial es esa. Nadie. El mexicano pobre, el mexicano emergente, el mexicano sin estudios es nadie. Nadie ante los demás, nadie ante sí mismo. Por eso la aspiración de los padres emergentes hacia sus hijos, que sean alguien en la vida, que dejen de ser nadie. Somos el país de la nada. Aspiramos a dejar de ser nadie.

Siendo un país mayormente de población en pobreza y pobreza extrema, es muy comprensible que toda esa población quiera dejar de ser pobre. Y la fórmula mágica para lograr eso es siendo alguien. ¿Cómo somos alguien? Estudiando. Ja. La fórmula mágica es estudiar. Si terminas tus estudios universitarios, tienes asegurado tu futuro.

Quienes llevamos ya varias décadas en este país, sabemos que eso no se cumple, no al pie de la letra. Hay mucha gente que sin muchos estudios, o de plano sin estudios, ya son “alguien”. Y por alguien, me refiero a que tienen resuelta su vida en el ámbito económico. Por lo general son personas que llevan un negocio familiar, o que con base en su trabajo, llegaron a hacerse de un negocio redituable. Y muchos casos, son protagonistas personas con escasos estudios académicos.

Por otra parte, tenemos un ejército de profesionistas que no trabajan en lo que estudiaron, ni siquiera en algo cercano. Psicólogos, abogados, ingenieros, médicos trabajan de taxistas, vendedores, cajeros, en el negocio del pueblo porque no encuentran trabajo en lo que estudiaron. Un profesionista que trabaja de taxista (sin menospreciar por supuesto el trabajo de un taxista) demerita, pauperiza su grado académico.

El profesionista que gana un poco arriba del salario mínimo, pauperiza su grado académico. El salario mínimo en México se estableció para dar una línea base de cuánto debe ganar el que menos gana. ¿Y quiénes son los que deben ganar menos? Pues los nada, los que apenas tienen estudios, los artesanos, los de oficios como carpinteros, panaderos, albañiles, aquellos que no tienen estudios superiores.

En la vida real, un taquero exitoso (nuevamente, sin ofender) puede ganar hasta más de que gana un gerente de banco o de supermercado. Un carpintero exitoso, gana más que un recién egresado universitario y probablemente más que muchos profesionistas con experiencia. Un albañil, de los buenos, recibe seis o más salarios mínimos al día.

Estos oficios, estos trabajos que no requieren de profesionistas, adolecen del acceso a servicios de salud de gobierno, que por lo general, tiene un profesionista que trabaja en el sector público.

No digo que todos los profesionistas ganan poco. No. También hay profesionistas muy exitosos que ganan diez o más salarios mínimos al día, con seguro médico de gastos mayores, con servicios de salud proporcionados por el Estado Mexicano, que reciben una proporción de las ganancias anuales de la empresa donde laboran.

Y aquí entra otro aspecto de la pauperización de los grados académicos en México. La calidad del profesionista. Desafortunadamente se está presentando un fenómeno que se está estandarizando: los profesionistas de baja calidad. Entonces el empobrecimiento viene tanto en la formación, como en su valor en el mercado de profesionistas.

El empobrecimiento en la formación se explica por la carencia de profesores comprometidos con su labor. Por eso inicié este tema, hablando de la venta de las plazas de profesores de los niveles básico y medio en México. Maestros que dan clases porque ¿qué otra cosa hago? son parte de las causas de tener profesionistas con carencias esenciales en fu formación. No puedes construir un rascacielos en terreno fangoso, en un lugar que no tiene sustento.

Creo que un maestro de hace 20 o 30 años era un mejor maestro que uno actual. Las razones, al menos las que yo considero, son varias. Primero que nada, está la cuestión referente a la vocación: enseñar no es nada fácil. Ahorita que estamos en plena cuarentena, y los centros escolares están cerrados, nos toca hacerla de maestros, o algo muy parecido, con hijos o familiares cercanos. El tema no es nada sencillo, sobre todo para el nivel primaria.

Pudiera pensarse que es más fácil dar clases a niños, enseñarles a leer y matemáticas básicas ¡Vaya encontronazo con la realidad! Pero no solo basta tener la intención de querer enseñar, hay que tener paciencia y mucha empatía, para poder transmitir el conocimiento.

Cuando asistí a la preparatoria, me tocó estar en salones de hasta 72 alumnos. Tomábamos clase sentados en el pasillo (bueno yo no, era bien portado y siempre llegaba a tiempo a mis clases). La cuestión es que son muchos alumnos. ¿Se imaginan revisar 72 tareas?

Como consecuencia del bajo nivel de enseñanza, hoy en día tenemos más profesionistas que hace décadas. Sí, muchos más, pero de pésima calidad. Tan mala calidad que cuando se colocan en el mercado laboral, los sueldos promedio suelen ser un poco más alto que el salario mínimo. Son tan malos los profesionistas, que un albañil de los buenos, suele doblarle o hasta triplicarle el sueldo que devenga.

La ley de la oferta y la demanda rige los sueldos. Como tenemos muchos profesionistas, los sueldos disminuyen. Y claro que hay otros factores como la misma economía del país. Quizá tenemos exceso de ingenieros (por poner un ejemplo), no lo sé. Lo que sí sé, porque me tocó vivirlo, es que los sueldos son bastante bajos si los comparamos con artesanos o con posiciones similares en países altamente desarrollados.

Continuará...

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