sábado, 16 de mayo de 2020

La pauperización de los grados académicos en México (2)

“El maestro aparece cuando el estudiante esta listo”

Continuación…

Durante esa época, el maestro, además de tener reconocimiento social, comenzó a tener un auge económico. El salario del maestro pasa a ser bastante bueno. No era para menos. La encomienda era sumamente importante y delicada: enseñar a la población. ¿Enseñar qué? Ahí es donde tuerce la puerca el rabo. Pues enseñar a leer, escribir, enseñar matemáticas, enseñar para que los estudiantes se conviertan en médicos, maestros, ingenieros, contadores, lo que quisieran ser, no es suficiente para ser una gente de bien, una gente de cambio.

Hoy tenemos el nivel de estudios más alto que antes, y tenemos niveles de pobreza ligeramente superiores a la época en la que mi abuela era maestra en activo. ¿A qué se debe eso, si ahora tenemos más profesionistas que antes?

Para mí todo comenzó con el deterioro de la enseñanza en México. Deterioro que se refleja en la calidad de los maestros que tenemos, que a su vez se refleja en la calidad de los profesionistas que tenemos. La pauperización de los grados académicos en México.

Años de observación de la calidad de las personas que conforman nuestra sociedad, me dan la pauta para, al menos a priori, decir cuando comenzó esa baja en la calidad de la enseñanza. Veo esa baja en la calidad de la enseñanza cuando el rango de maestro comienza a tener su auge, no tanto en lo social, como en lo económico.

Ser maestro comienza a ser sinónimo de bienestar social y económico. Se comienza a dar relevancia al estatus del maestro, comienzan formarse sindicatos y los maestros, como una entidad, comienzan a tener mucho poder en el ámbito político. Incluso hoy en día, el sindicato nacional de maestros ostenta mucho poder político, tanto que fue cota de nefastos personajes como Elba Esther Gordillo, lideresa durante muchos años del gremio de los maestros.

Decía pues que los maestros comienzan a tener beneficios sociales y económicos: días de asueto garantizados con goce de sueldo, vales de despensa, buen salario, si se estudia pueden gozar de año sabático con goce de sueldo, jubilación de por vida. Todo un paquete a costa del erario. Y no digo que eso sea malo. Lo malo viene después.

Y digo que no es malo que se le den todos esos beneficios, sí y solo sí, se lo merecen. Los beneficios económicos se vuelven tan atractivos que ser maestro deja de ser una cuestión de vocación, para convertirse en una cuestión de ingreso económico: el puesto de maestro y su base (contrato de por vida) pasa a convertirse en un bien personal.

Cuando lo importante ahora es el dinero, la vocación y su importantísima implicación, pasan a tercer o cuarto término. Las horas de clase se consideran un bien, como si se tratase de un coche o una casa. Las horas pasan a heredarse. Y como se pueden heredar ¡también pueden venderse! Las horas de clase se considera ahora como una posesión personal.

Incluso en la actualidad, aunque más complicado, es posible “comprar” horas de clase para poder acceder a una base de maestro (también conocida como plaza de maestro). No importa si te gusta o no ser maestro. Mientras demuestres ($$$) tener interés, ahí vemos cómo te colocamos. La corrupción se apodera del gremio de maestros, condenando a México a un periodo de muchos profesionistas de baja calidad.

Es muy fácil de entender: tenemos maestros que son maestros por una cuestión económica, más que por vocación. Hagan bien o mal su trabajo, se les es remunerado. Los candados para acceder a un puesto con base se han complicado, pero mientras tengas el contacto correcto, todo se puede. Así pues, la corrupción que todo lo corroe, ha permeado hasta las entrañas de la educación en México. Ningún estrato se salva, desde la educación preescolar (que hasta hace no mucho, se subrogaba, bonita palabra para indicar que se vendían al mejor postor, no al mejor preparado) hasta la educación superior (en este caso, se puede ver por el auge de las escuelas “patito”, escuelas de muy baja calidad escolar).

A parte de mi abuela, muchos miembros “respetables” de mi familia extensa, son maestros. Casi todos ellos por vocación. Por lo que soy testigo de esa herencia (literal) de horas. Fíjate que chuchita no encuentra trabajo, parienta. Ah, ya estoy por jubilarme, le puedo pasar unas horas. ¿De veras? Gracias, te lo agradezco. En otras ocasiones me enteré de la venta de las horas. Todo radicaba en ponerse de acuerdo con el sindicato. Sí, ese tipo de “arreglo” ($$$).

Al pasar la estafeta de maestro por herencia o por compra, cuya finalidad es gozar de una forma de vida estable, sin mucha preocupación por las vicisitudes venideras, con un sueldo garantizado aún después de dejar de trabajar, es que se comienza a mermar la calidad de la educación en México. Cuando hablo de puestos heredados, me refiero a plazas de nivel básico hasta el nivel medio superior.

Es decir, la calidad de la educación comienza a tener serias carencias en sus estratos que sustentarán el conocimiento superior. Maestros que no van a trabajar, que trabajan a fuerza, cumplen porque si no los corren. Hasta eso, ni los corren. A lo más, los cambian de escuela. El magisterio se convierte en una suerte de mafia, donde los líderes sindicales trafican con horas de clase.

Hoy en día sigue siendo una moneda de cambio. Más complicado, más en lo oscurito, pero sigue existiendo. Oye ¿de dónde saco su negocio fulanito? ¿Ah, no te enteraste? Se colocó en un puesto administrativo en el magisterio. Se puso a vender plazas. Por eso lo corrieron. Sí, lo corrieron pero el daño ya estaba hecho. Y el dinero robado nunca fue regresado. Lo corrieron, pero ya tiene su negocio floreciente.

La pauperización de los grados académicos en México, tiene su origen en la base. Tenemos muchos maestros de nivel, no sé cuántos en cantidad, pero tantos que los egresados de escuelas universitarias tienen serias carencias para expresarse formalmente. No entienden matemáticas básicas. Tienen muchas faltas de ortografías y su redacción es deficiente.

Cuando mi abuela era maestra, ser maestro era sinónimo de inteligencia, sagacidad, integridad, superación. Hoy en día cualquiera que tenga los contactos o el dinero suficiente para invertir en su futuro, puede ser llamado “maestro”. El ser maestro pasó a ser un producto más en el mercado del capitalismo nacional. El precio se determina por la oferta y la demanda. El costo lo paga el pueblo, tanto en dinero como en deficiencias en la conformación de los estudiantes.

A pesar que todos los de mi generación, de mi familia, estudiamos en escuelas públicas, y de lo cual me siento muy orgulloso, muchos de ellos, que ya son padres de familia, tienen como un logro social, tener a sus hijos en escuelas públicas. Ya sabes cómo son las escuelas públicas. Tú también, ambos fuimos a esas escuelas, ambos tenemos trabajo gracias a haber terminado nuestros estudios en esas escuelas públicas. *silencio sepulcral*.

Les han vendido, y ellos han comprado eso de que “la educación pública es pésima”. Y si tan solo la educación privada fuera realmente muy superior. Yo mismo caí en esa estratagema, por lo que curse estudios de posgrado en reconocida escuela privada de México. Cuando me preguntan mis conocidos que cual es la diferencia entre las escuelas públicas y las privadas, sin mucho pensarle les contesto, la cantidad de ceros a la derecha de las cifras significativas. A pesar de eso, muchos de esos conocidos hacen esfuerzos extraordinarios por mandar a sus hijos a escuelas privadas. Y esa es otra parte de la gran problemática de la educación en México, la educación privada.

Continuará...

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