domingo, 1 de abril de 2012

Continuismo gubernamental

Ya están a la vuelta de la esquina las elecciones para presidente de la república mexicana. Y en un ejercicio lo más neutral que me ha sido posible y considerando los temas abajo listados (los que se me ocurrieron sin recurrir a una investigación documental)


  • Caso ABC
  • Caso Cassez
  • Caso Casino Royale
  • Caso Pasta de Conchos
  • Guerra contra el narcotráfico
  • Nulo crecimiento económico
  • Falta de apoyo a la educación
  • Promesas incumplidas o cumplidas a destiempo
  • Gabinete ineficaz
  • Cobertura al 100% de la población mexicana con respecto a la salud
  • Desmantelamiento de Luz y Fuerza del Centro


No puedo encontrar una razón para continuar con un gobierno de corte panista. Los casos ABC, Cassez, Royale, Pasta de Conchos son indicativos de una falta de impartición de la justicia y de solidaridad con sociedad en general. Molinar Horcasitas, responsable de lo sucedido en la guardería ABC, ni siquiera tuvo un llamamiento, un regaño por parte de alguna autoridad, empezando por el presidente FElipe CALderón. Indignante.

El saliente ocupante de los pinos hizo promesas que no ha cumplido o que cumplió de manera parcial y a destiempo. Su “voy a eliminar la tenencia” se medio cumple hasta a finales de su sexenio, cuyo costo hereda al próximo gobernante. Y digo a medias, porque si revisan (al menos en el DF así pasa) su recibo de pago de tenencia, dice “subsidio a otorgar por el G.D.F”, es decir, el impuesto sigue existiendo, pero ahora es subsidiado. Algo así sucede con el transporte colectivo, el cual en el D.F. se encuentra bajo subsidio.

El problema con los subsidios es que el grueso de la gente no lo piensa como un “descuento” (que es justamente eso) a un impuesto que DEBE ser cobrado, y cuando es cobrado pues lo toma como una ofensa. Y yo lo entiendo, pero también entiendo que es un subsidio y como tal no pierde su carácter de impuesto.

Así pues, en cualquier momento, al menos en el D.F. el gobierno en turno puede dejar sin efecto el subsidio y en términos prácticos, la tenencia regresará. Así pues, es una promesa incumplida a medias. Ah pero el presidente dijo que por decreto presidencial eliminará la tenencia a partir del año 2012, dejando a las legislaturas estatales la decisión de la aplicación de ese impuesto o uno similar.

Más a mi favor. El presidente mintió porque su promesa fue ELIMINAR, lo que en buen español significa prescindir de algo o de alguien, quitar o separar; pero lo que él hizo, como buen canguro que es (canguro = abogado, porque es una rata gigante) fue interpretar una promesa. Al común de la gente no le importan las cuestiones legales. Si a alguien le prometen dejar sin efecto un impuesto, no anda averiguando lo que se tiene que hacer para abrogar dicho impuesto.

En este caso, Felipe Calderón uso su habilidad como abogado y no informó de las letras chiquitas: bueno, sí, yo voy a eliminar la tenencia, que es un impuesto (y un impuesto es la manera en que se capitaliza un gobierno) y el dinero que va a hacer falta por la falta de ese impuesto, será problema del estado (México, es una República conformada por estados que tienen mucha libertad para gobernarse, y eso incluye la creación de impuestos locales) que le haga falta. Sí, letras chiquitas.

Pero además, no hay que ser un genio para hacerse la congruente y necesaria pregunta ¿Y de donde chingados va a salir el dinero que actualmente se capta por obra y gracia de la tenencia? Para ello no hubo una explicación o plan alguno. No, si prometer es fácil, lo difícil es cumplir. Algo similar pasa con su fastuoso, pomposo y cacaraqueado “seguro popular”. Se supone, que cualquier mexicano, de cualquier nivel socioeconómico tiene cobertura de salud al 100%. En México, fuera de los esquemas privados, se tienen esquemas de salud cubiertas por el ISSSTE, el IMSS y algunas otras instituciones como el ISSFAM (Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas) que únicamente atienden a la población económicamente activa, sus dependientes y estudiantes.

En el caso del ISSFAM atiende únicamente a personal del ejército y fuerza armada de México (y sus dependientes directos). Bien pues la cifra de asegurados es (2003) del 42.1% de la población económicamente activa en México (17 863 005, les pongo el cuadro informativo). Que es algo así como el 20% de la población total mexicana.

Tomado de aquí

Pues con el famoso seguro popular, indigentes como su servidor, que se encuentra dentro del 80% restante, ya tiene asegurada su salud (medicinas incluidas, reza la propaganda). Y nuevamente surge la pregunta ¿Y de donde chingados van a salir los médicos, infraestructura y dinero para lograr ese objetivo?
En México no ha habido un incremento considerable de infraestructura (hospitales de todos los niveles, centros hospitalarios, escuela de medicina, médicos, etc.) para atender al resto de la población ¿Cómo le van a hacer? Simple y sencillamente no la van a hacer. Repito, prometer no cuesta nada.

Y a esto súmenle la crisis en el IMSS e ISSSTE.

¿Qué puedo comentar sobre la creación del empleo? Pues lo mismo que de la creación de una refinería. Promesa incumplida en vías de no poder ser cumplida en el mediano plazo. Los defensores de la política calderonista alegan que al menos el trabajo se ha mantenido en los mismos índices. Ese es un problema. Menor a que hubiera decrecido, pero problema. Porque la población va creciendo y si hace cuatro años había, por ejemplo, 1 millón de empleos y hoy se siguen teniendo un millón de empleos, estamos en un problema. Ahora somos más y se requieren de más recursos para sustentar ese crecimiento poblacional. De la refinería, no tengo más información que no ha comenzado su construcción, después de todo el desmadre por el famoso concurso del estado donde va a ser (¿va a ser?) construida.

Del gabinetazo. Puta madre. Perdón, pero puta madre. Tenemos al ex secretario de salud Córdoba Villalobos ahora como flamante secretario de educación. Perdón, de verdad, perdón, pero no me chinguen. Sólo en México tenemos supersecretarios: hoy están en hacienda y mañana en salud, hoy están en la secretaría del trabajo y mañana en comunicaciones y transporte.

Bueno el actual secretario de salud es un  “político y economista mexicano” (dice la wikipedia); sí, la salud del pueblo mexicano en manos de un político-economista forjado en instituciones de corte privado (ITAM y Harvard). No es mi intención sonar prejuicioso, pero una persona que ha recibido su educación en escuelas tan elitistas ¿Qué tanto quiere o puede llegar conocer de las vicisitudes de la sociedad de corte media y baja?

Y qué decir del porro Lozano Alarcón, que a su paso por la secretaría del trabajo hizo todo, menos defender al trabajador. Ahí tienen el caso de Mexicana de Aviación. Desde mucho antes de que el porro Lozano dejara la secretaría del trabajo, había dado por muerta a esta empresa, cuya quiebra es responsabilidad de Gastón Azcárraga al día de hoy impune. ¿Quieren más? Bien ¿Por qué el gobierno hace su FOBAPROA y en el caso de Mexicana no la requisó como ocurre en otros países?

Porque el gobierno de Felipe Calderón es corrupto, deleznable, faltó de ética y no tiene un carajo de sensibilidad social. Y todavía falta la “guerra” contra el narcotráfico. Por principio de cuentas, no pedí esa guerra. Ni se me pregunto, y no se me hace caso en mi petición de detenerla. La cantidad de muertos es equivalente a una guerra civil. Guerra, punto. El término utilizado fue el correcto. Una guerra contra el narcotráfico. Y como toda guerra, tiene sus “daños colaterales”. Sobre esto basta y sobra la información en Internet.

Así mi opinión sobre la “guerra” al narco versará sobre lo necesario de ella. Sin duda alguna estoy de acuerdo en combatir al narcotráfico. Aunque mi espíritu está más a favor de legalizar la droga, esta situación engendraría un problema en el sector social y de refilón al sector salud. No hay magia, si se legalizara la droga, entonces se generarían problemas de salud y sociales. Imaginen un incremento considerable del alcoholismo, pero en lugar de ser alcohólicos son drogadictos.

Se plantearía una problemática social sin precedentes, como la que sucede actualmente por la “guerra” calderonista contra el narcotráfico. Así que en ese tenor, me decanto por la no legalización de la droga. Regresando al punto de mi opinión sobre combatir al narco, me parece que en esencia está bien. Lo que está mal es la manera en que se llevo a cabo. La guerra de calderón (así en chiquito) fue con miras a sustentar su robo en despoblado. Llevar a cabo su guerra frontal fue con tintes de hacer legítimo, ante la sociedad, el fraude perpetuado por FeCal.

México no estaba (ni lo está) preparado para enfrentar de manera directa al narcotráfico por la razón de que antes debió de contar con instituciones sólidas, libres lo más posible de corrupción, que cuenten con inteligencia. Y la inteligencia que actualmente tiene esta magníficamente representada por el secretario de seguridad pública Genaro García Luna, el cual no es policía, no es militar, es un ingeniero mecánico (sí, otro supersecretario). García Luna es la mente maestra detrás del caso Cassez, una pifia por donde se quiera revisar.

Así pues, antes de entablar un combate frontal, se debió fortalecer las instituciones dedicadas al combate del narcotráfico. No se hizo así, se utilizó la estructura, cooptada como estaba, por la corrupción y falta de ética. Los resultados están a la mano. Un promedio de diez mil muertos directos por año y sin visos de ir “ganando”. A pesar de lo que diga el gobierno de calderón, no hay evidencias de que el narcotráfico en México haya disminuido.

Y es por esto, a bote pronto, que me parece totalmente inaceptable que el PAN siga gobernando. Han demostrado saber de todo, menos gobernar. Lo que al PRI le tomo más de 70 años, al PAN sólo 12. Eso es eficiencia y eficacia.

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