25 enero 2012

Una historia de chicanos

O de la película que le da la nominación al Oscar al actor Demian Bichir. Una vida mejor, libre traducción de “A better life” porque no sé cómo le pusieron aquí en México, es la película que cuenta una historia sustentada en un cliché nacional: un migrante mexicano se parte el lomo para que su familia acceda a una mejor vida. En realidad utilizar la palabra cliché es un tanto peyorativo, tal vez si uso la palabra “estereotipo” sea una mejor descripción.
Y es que esos simples ingredientes, un migrante mexicano y su familia, son la fuente de una infinidad de películas sobre el tema. Quiero dejar claro que muy posiblemente cuente parte de la trama, así que si son muy quisquillosos, no la han visto y la pretender ver, están avisados (creo que esto es lo que comúnmente significa alerta de spoiler ¿alguien sabe porque spoiler?).
Y digo que un tanto peyorativo porque la película es un poco más que palomera, me parece que es una visión bastante cercana a la realidad que viven miles, sin exagerar, de familias migrantes en los Estados Unidos, tanto mexicanas como salvadoreñas, guatemaltecas, colombianas, uruguayas, brasileñas y demás países que nutren de indocumentados a la poderosa y desalmada nación gringa.
Aunque particularmente, esta película, trata de un migrante mexicano, con su familia, conformada por su hijo, su hermana y la familia de su hermana. Cabe aclarar que aunque técnicamente la familia se extiende hasta su hermana, solamente viven juntos el papa (Carlos, protagonizado por el señor Bichir) y el hijo (Luis).
¿Qué digo? Me gusto la trama, pero a pesar de que no soy particularmente fan de Bichir, tampoco me parece que su actuación le dé para ganar el Oscar. Aunque para ser un tanto imparcial, tendría que ver las demás actuaciones de los otros contendientes. Y a pesar de hacer eso, mi opinión pues no influirá en absoluto en que le den o no el Oscar. Esta película toca temas que me dieron que pensar.
Haré mi declaración de que pensaba, y en general que sigo pensando de los mexico-estadounidenses. Pienso que no se puede hablar y comer pinole, pienso que no se puede ser dos cosas a la vez, pienso que por más español, o pseudo-español se intente hablar, no es posible tener las dos culturas. Conforme se van acrecentando las generaciones de los migrantes mexicanos, generaciones que tienen de mexicano solo el color y el genotipo, porque a veces ya ni el idioma, se acrecienta, según mi opinión, esta imposibilidad de ser dos cosas a la vez.
Y en general así pienso de todos aquellos que se dicen ser mexico-españoles, mexico-finlandeses, mexico-pongaAquíElGentilicioQueMásLeGuste. Y qué decir de aquellos que se dicen ser mexico-franco-español-pongaAquíLosGentiliciosQueMásLeGuste. Así es, mis estimados. O uno se jode y vive en México, o uno se jode y vive en Estados Unidos. La joda es igual, o incluso peor allá. Nada más que allá pagan en dólares, y aquí en devaluados pesos. Sí, el sueño americano es un sueño donde efectivamente les va mejor, económicamente hablando, y de todo lo que dependa de lo económicamente hablando.
Y les va mejor no porque gringolandia en verdad sea la tierra prometida, lo es porque simple, sencilla y llanamente, tiene una mucho mejor economía que la mexicana. Así que me da ternurita este tipo de películas, donde la primera generación de migrantes, en este caso Carlos, todavía habla y entiende el lenguaje coloquial mexicano, mientras que la segunda generación, en este caso Luis, entiende el español, utiliza frases donde mezcla el gringo y el mexicano, pero efectivamente su mundo es agringado. Y he ahí donde, me parece, tienen sus principales problemas.
Estas generaciones de mexicanos no nacidos ni criados en México, parecen mexicanos, caminan como mexicanos, miran como mexicanos, pero no son mexicanos. Y tampoco son gringos, porque no parecen gringos, no hablan como gringos, ni miran como gringos, pero piensan como gringos. Esto es una fuente de conflicto, tipo los homosexuales. Alguna vez leí o vi un reportaje donde el entrevistado, un homosexual, dijo algo así como: yo soy una mujer, encerrada en el cuerpo de un hombre. A eso me refiero con el tipo de conflicto. La declaración sería algo así como “Yo soy un gringo encerrado en el cuerpo de un mexicano”.
De esta manera, las frustraciones y conflictos son el día a día. No por nada es que estas historias dan para atiborrarse de emociones bastante fuertes. Regresando a la temática de la peli, resulta que Carlos es un trabajador indocumentado, que lleva años viviendo y apoyando la economía gringa, pero sigue siendo indocumentado. Su hijo, ya es ciudadano gringo, pero de la clase gringa pobre, esa clase que va a escuelas que con rodearla de una alta e inexpugnable pared, poco se diferencia de una cárcel. Y al pobre Carlos le llueve sobre mojado. Su mujer lo deja (solo es referenciado en la película), con mucho sacrificio compra una camioneta para trabajar (él es jardinero), se la roban, la encuentra, se la roba, lo meten a la cárcel y lo deportan.
El hijo, por otra parte, al no tener algún adulto para guiarlo (sí, sé que no por ser adulto, necesariamente es una buena guía, pero a veces, peor es nada) se ve tentado por la vida “fácil” de la calle. A la cual, afortunadamente y gracias a la abnegación de su padre, entiende que es mejor vivir según las reglas de la sociedad. Y es que el personaje interpretado por Bichir, nada más no rompe reglas. Al tipo que le roba la camioneta, mejor lo madrea (lo golpea) su hijo; en lugar de intentar escapar de la policía, cuando recupera su camioneta, se entrega pacíficamente; en lugar de regañar a su hijo por no aprovechar la escuela, le pide que comprenda. Todo una Sara García (conocida en México, como la abuela, máximo representante de la abnegación mexicana materna) migrante. Y miren que la sociedad gringa no son precisamente muy altruista que digamos.
Mucha de la problemática de los indocumentados proviene precisamente de su carácter de indocumentado. Al ser indocumentado, no acuden a la policía, no tienen seguridad social (que bueno, en México, tampoco, sean o no mexicanos), les pagan lo quieren los dueños de los medios de producción, pueden ser violentados en sus derechos humanos y no pasa nada. Otro tema que me llamó la atención es esa “política” gringa, la que dice que a pesar de que, en este caso, Carlos, al ser el único sustento de su hijo (el cual sí es ciudadano gringo), no por ello recibe el asilo o el estatus de migrante legal. Ni madres, pinches gringos, los deportan. Separan familias.
Ahí es donde no entiendo porque la gente, mexicanos y de otros países siguen pensando en los Estados Unidos como la tierra prometida. Habiendo otros países como Canadá, Finlandia, Alemania, Japón, Francia, a donde pueden ir a sufrir, escogen gringolandia. No creo que les vaya peor. Peor es México, supongo, ya que el tenor de la película es bastante claro en este aspecto: es preferible vivir (¿vivir?) como indocumentado gringo, que vivir y joderse en México. Eso si es un golpe al nacionalismo mexicano. Como dije anteriormente, allá pagan miserias en dólares, aquí pagan miserias en pesos. Y hay de miserias a miserias.
El final de la película es bastante lacrimógeno, con un Carlos despidiéndose de su hijo, por que posiblemente nunca más lo vuelva a ver. Y es que los gringos son bastante intransigentes con esto de la deportación. Me parece que si eres deportado, nunca jamás en la vida, puedes volver a ingresar legalmente, ni como turista, a su preciado país. Por mi pueden meterse su pinchi país racista por sus blanquecinos y kukuxclaneros culos.
La comunidad con orígenes mexicanos más grande se encuentra precisamente en los Estados Unidos, no es de extrañar que de manera estereotipada, se piense de cualquier hispanoparlante sea mexicano, aunque exista toda una constelación de otros países, principalmente, latinoamericanos. Y recalco, con orígenes, porque la mayoría de ellos son mexicanos solo porque uno de los padres lo es.
Pero más allá de unos divertidos intentos de idiosincrasia mexicana, esa comunidad está destinada a incorporar su cultura a la cultura gringa. Recalco, no se puede ser mexico-pongaAquíElGentilicioQueMásLeGuste, al final ocurrirá algo muy similar a lo que paso con los griegos y los romanos, unos dicen Zeús, los otros dicen Júpiter y aunque sean muy similares, no es lo mismo jarrón que jarro.
Finalmente, les recomiendo esta película, nuevamente, me parece que Demian Bichir no va a alzar la codiciada estatuilla, aunque en realidad me importa un cacahuate a quien se lo otorguen, pero la peli, es bastante entretenida y toca temáticas sociales-migrantes muy de actualidad.

PD. ¿Sabían que los gringos se refieren a los migrantes como Aliens? ¿No es eso una manera despectiva de referirse a un migrante, cuando podrían utilizar el vocablo Foreigner? Les digo, los pinches gringos jijos de su abstracta madre me caen en la puntita de la V.
PD. En imbd esta calificada con 6.7, lo cual no es muy bueno, aunque creo que nunca he visto un 10 de calificacion. Una buena película tiene una calificacion de 8.7 para arriba. Por otra parte, al parecer esta peli pasó desapercibida en su estreno en los Estados Unidos y no recuerdo haberla visto anunciada en México. 

1 comentario:

E. Rossi dijo...

Hola, gracias por pasar dejandome un comentario muy bonito en mi blog, y pues tardandome, te deseo a ti también un muy buen y feliz año.

Seguiré haciendo dibujitos, tenlo por seguro y ¿quién sabe? quizá algún día prendas la tele y veas una caricatura animada hecha por mi.

Muchas gracias, vista al frente y que pases un muy buen día.

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