16 enero 2012

Familia y salud mental: su relación

Otro ensayo para la escuelita, que recibió buen comentario por parte del profesor.

La nicotina (tabaquismo) y su relación con las emociones de quién la consume [1]

A pesar de las campañas contra el tabaquismo y las probadas consecuencias destructivas en la salud humana, es un hecho que existe un gran número de personas que fuman, incluso personas del ámbito médico encargados de su combate, como lo son los oncólogos y sobre todo, neumólogos.
Si las personas que tienen amplia y bien fundamentada información sobre los efectos negativos del hecho de fumar (incluso, han visto los estragos puede hacer), fuman, me salta la pregunta ¿Por qué? Es prácticamente un hecho que el cigarro no es rico o sabroso, en el sentido de una comida o alimento en general. Tampoco, generalizando, el humo del cigarro tiene un olor agradable, como lo es un perfume o el olor a tierra mojada o el olor una persona femenina recién bañada. Es bien sabida la estrecha relación entre el sentido del gusto y el sentido del olfato por lo podemos afirmar que el cigarro ni huele bien ni sabe bien. Y sin embargo es un negocio de miles de millones de dólares. No fue sino hasta hace un par de décadas que estudios médicos establecieron la relación nicotina/cáncer, principalmente el enfisema pulmonar, pero también se relaciona con problemas cardiacos. Según la
Encuesta Global de Tabaquismo en Adultos (2009) [2] casi el 16% de la población en México mayor de 15 años es fumadora, repartidos de la manera siguiente: 8 millones de hombres y 2.8 millones de mujeres. Como puede apreciarse, son muchas personas que atentan contra su salud (solo en México, pero a nivel mundial el asunto no es menos grave). ¿Por qué? Si tomamos un punto de vista psicoanalítico, podemos notar que el acto de fumar está muy vinculado con fijaciones en la etapa oral, que ocurre a partir del nacimiento y hasta aproximadamente los dos años de edad.
En esta etapa, el individuo introduce cosas a su boca para conocerlas. Pero también por la boca es que se alimenta, no el acto de un adulto que es por masticación, sino por succión (amamantamiento). Por lo que la boca es el punto donde se deposita la alimentación y la primera manera de conocer su entorno. La parte emocional sucede en el acto de alimentarse por parte del bebé. Así que dejando de lado la parte fisiológica de la nicotina cuando entra en el cuerpo humano, cuando un ser humano fuma, también obtiene funciones emocionales, recreando la su etapa oral.
De esta manera se puede establecer un vínculo, ya que así como el bebé es tranquilizado de un berrinche dándole de mamar, el fumador obtiene una satisfacción similar con el acto de fumar. Pero incluso, el paso del humo del cigarro por el esófago, evoca el sentimiento proporcionado por el acto de ingerir leche tibia. Con el placer de fumar, obtiene una sustitución de un placer anhelado. De ahí que se considere al cigarro como una muleta para compensar sus deficiencias y carencias afectivas.
El cigarro se constituye en un regulador emocional, aunque también, de manera tangencial aparece otro elemento, la idea de poseer entre sus dedos una braza de lumbre, símbolo ancestral de la supervivencia del hombre. Si a todo esto le aunamos la feroz campaña publicitaria, donde hombres y mujeres atractivos culminan sus hazañas (de toda índole) con un cigarro entre sus dedos, podemos entender el gran poder de penetración del tabaquismo en la sociedad mexicana. Ya mencione que el acto de fumar proporciona un elemento de ayuda emocional a la persona que realiza el acto de fumar.

Así que buscar las causas emocionales derivado del ambiente familia no es un paso tan descabellado, porque si el sujeto requiere de un apoyo emocional, habría que buscar los posibles motivos de esta necesidad en el núcleo familiar. Aunque también la búsqueda puede ser en el ambiente laboral, después de todo, un sujeto promedio pasa la mayor parte de su tiempo, entre la familia y el trabajo (o escuela, si se trata de estudiantes).
Con respecto a este punto, el tabaquismo presenta también un problema económico pues según la encuesta antes mencionada, los fumadores de entre 15 y 24 años gastan en promedio $ 295.10 al mes en la compra de cigarros, mientras que las personas de 65 años o más gastan $ 511.10 en el mismo periodo de tiempo. Tomando un promedio de $ 403.00 al mes, multiplicado por 10 millones de consumidores, nos puede dar una idea de la cantidad de dinero que genera al mes, en México, el acto de fumar.

Menciono esto porque pensar que desaparecer el tabaquismo de repente, además de ser prácticamente imposible, tendría repercusiones económicas importantes, que de una u otra manera haría su presencia en el ámbito familiar. Muchos de los métodos para dejar de fumar, solo se enfocan en el aspecto fisiológico del asunto, dejando de lado el aspecto emocional, salvo tal vez, las gomas de mascar, aunque me parece que fue pura suerte ya que hasta el momento no conozco alguna campaña integral que involucre ambos aspectos fisiológicos y emocionales.

La relación con la familia y tabaquismo, como podemos apreciar, no es poca (porque así se ve de primera instancia), sobre todo si nos apegamos al enfoque psicoanalítico de las personas, por lo que una atención interdisciplinaria podría tener una mayor tasa de ex adictos a la nicotina.


1 Basado en el artículo “El cigarro: una muleta para paralíticos emocionales”, revisado el el 05 de octubre de 2011
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2 comentarios:

El Signo de La Espada dijo...

me recordaste algo que una vez me dijo uno de mis tíos (Médico, por cierto) que ya había dejado de fumar, pero volvió a fumar porque así se va a morir más pronto y yo me quedé con cara de WTF??

La ansiedad es quizá la mayor causa del tabaquismo. A causa de la ansiedad, también tragamos un montón de porquerías (mi caso, por ejemplo, yo no fumo, trago botanas)

Lo mejor es follar, eso reduce más la ansiedad y además es bueno para la salud (Por supuesto, siempre lucha enmascarado).

Saludos

lavega dijo...

Asi es Ben, y para disminuir la ansiedad es que se presentan mecanismos individuales para combatirla.

Yo creo que follar es muy buen antidoto, tiene de todo, liberas endorfinas, haces ejercicio y reduces la ansiedad.

Buena recomendacion!

PD. Y despues del acto, un buen tabaco, jojojojo

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