martes, 24 de febrero de 2009

Pensamientos al aire libre

En un post anterior mencionaba que México es el país donde el gobierno federal se encarga de legalizar la injusticia. Tanto cacarean que “México es un país de legalidad” a lo cual yo digo que preferiría un país de justicia. La legalidad es a la justicia, como la religión es a Dios. Es decir, bajo mis conceptos la Justicia y Dios son conceptos meta (como la metafísica, los metadatos, etc., no meta como fin o logro) es decir, son conceptos que difícilmente pueden ser acotados por conceptos, que dependen de las creencias de cada individuo.

Bajo este esquema, la legalidad pretende impartir justicia, así como la religión pretende acercar a Dios a cada persona. ¿Ven la diferencia? ¿Ven lo complicado? Y tan sólo hablamos de un par de palabritas. Así pues, tanto la legalidad como la religión, son por necesidad falibles, presentan huecos, vacíos, que las personas con poder usan para seguir en el poder, para seguir viviendo a costa de los demás. Vivir en todos los aspectos, el económico, político, social, religioso, vaya hasta para tener una autoestima superior.

Por otra parte, la Justicia como Dios, son perfectos, al menos para cada persona, pues cada persona percibe la justicia y Dios como mejor le plazca. El problema principal, creo, es que la visión de cada persona puede variar enormemente. Es por eso que nacieron los conceptos no meta que pretenden, sí, pretenden proporcionar de manera equitativa los conceptos meta. Sin embargo, la praxis nos indica que esto no ha sido posible y que por el contrario, la legalidad, la religión y demás conceptos no meta han sido supeditados a aquellos personajes que ostentan el poder, el poder de corromper, de comprar conciencias, de hacer legal la injusticia, de pretender ceñir algo tan abstracto como Dios a unos ritos por demás caducos y faltos de actualidad social. Lo peor de todo es que mucha gente, la gran mayoría no se da cuenta de ello.

Hace ya un par de años que leí el libro de Hesse “Demian”, y me quedo grabada la frase: “El ave lucha para salir del cascarón, y nada más. El huevo es el mundo. Quien quiera nacer, deberá primero destruir un mundo. El ave vuela a Dios. El nombre de ese Dios es Abraxas.” Eso es todo, destruyamos el mundo en el que vivimos, no me refiero al mundo físico, sino al mundo en que vivimos, el mundo mental, destruyámoslo y con sus restos volvamos a construir otro mundo. Si tu nuevo mundo queda igual que el anterior, entonces ese es tu mundo. Para poder cambiar nuestro mundo primero debemos cambiar el mundo interno. Por eso digo que yo no quiero un México de leyes, yo quiero un México de Justicia. Si logramos eso, entonces estaremos en posibilidades de crear un Mundo Justo.

Por cierto, me considero ateo, estoy convencido de que si Dios existe, poco o nada le preocupa mi falta de creencia. Y si no existe, pues nada, ya está. Y sin embargo respeto mucho la creencia de los demás; si quieres vivir temeroso por que tus actos son escrudiñados por un dios severo regido por ritos y costumbres, es tu problema, no el mío. ¿Por qué escribí este post? Solo quería compartir estos pensamientos, nada más por eso.

2 comentarios:

El Signo de La Espada dijo...

Ah otro fan de Hesse. Excelente post. Yo creo lo mismo o al manos algo muy muy semejante

lavega dijo...

Ah si Hesse deberia ser una lectura obligada en la preparatoria.
Salu2!