miércoles, 20 de febrero de 2008

Casualidades...

Hoy mientras íbamos por el café mañanero, al caminar por la acera y permitir el paso de los que venían en sentido opuesto al nuestro, tu mano rozó a la mía, o mi mano rozó la tuya. Cuestión de gramática, pues la semántica se mantiene. Nuestras pieles crearon intimidad. Al menos así lo creí.

Inmediatamente busqué tus ojos, en un acto reflejo, sin voluntad. Lo primero que vi fueron esos hermosos, grandes y profundos ojos tuyos, guardados por esas interminables pestañas, negras y elegantes. Me pregunto si también las peinas, les pones gel o quien sabe a que procedimiento cosmético las sometes o sean así, nada más, naturalitas. No lo sé y no me importa. Sólo sé que todo ello encaja a la pefección en tu rostro pálido y afilado.

Fue por un breve momento en que nos miramos, fijamente, sabiendo que ni tu ni yo pretendimos o propiciamos el contacto. En realidad no hubiese sido iniciativa tuya, en todo caso, habría sido iniciativa mía. Nuevamente, no importa. Que sentiste? algo debiste sentir, ya que también me miraste casí inmediatamente después del contacto. Algo tan cotidiano como el contacto, como cuando nos saludamos por las mañanas, cuando no llegas de malas, claro, hace que nos veamos, yo pensando en cuanto me gustaría llevarte de la mano, tú quien sabe en que pensabas. Tal vez no pensabas y eso era lo mágico.

Pero fue únicamente por un breve momento, después proseguimos con la intrascendente plática sobre si a los tacos les pone poca carne el taquero y que por eso ya no vamos allí a desayunar. Que piesas me pregunto, me extrañaras cuando me vaya?, me piedes que te acompañe nada más por no ir sola?, como debo mirarte?, como debo pensarte?
Y todo por un breve momento de un contacto casual, sin intención mía y mucho menos intento tuyo...

"Crónicas de nuestra extraña relación, tú con novio, yo deseándote"

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