viernes, 23 de noviembre de 2012

Estíbaliz Carranza, cuasi asesina serial

Resumen: Malos pensamientos, de otros, no míos.

Una de mis motivaciones para estudiar psicología fue, ha sido y seguirá siendo, los asesinos seriales. Aunque estrictamente hablando, no se puede considerar como asesino serial, hasta que ha cometido cuando menos 3 asesinatos con un modus operandi similar.
Y me refiero a la recién capturada Estíbaliz Carranza, una México-Española que descuartizo a sus parejas, uno en el 2008 y el otro en el 2010. Como muchos crímenes, su descubrimiento fue más fortuito que buscado. Resulta que en el 2011, durante unas obras de renovación de un sótano, donde la descuartizadora tenía un negocio de heladería.
Según las breves noticias que he leído, se le considera como “tranquila” pero bajo tratamiento médico para una esquizofrenia. Retomando el punto del primer párrafo, a Estíbaliz no se le puede considerar como asesina serial, porque no cumplió con los requisitos necesarios, entre otros, tener 3 asesinatos de la misma manera, en un periodo más o menos espaciado de manera similar.
Otra diferencia, es que la mayoría de los asesinos seriales, no están bajo tratamiento psiquiátrico, aunque muchos de ellos lo necesiten. Por ejemplo, el vampiro de Sacramento, Richard Tranton Chase, el cual también mutiló a sus víctimas. Pero lo hizo en un periodo muy corto de tiempo, poseído, me parece, por una ansia asesina llena de ansiedad y locura.
Estíbaliz no tuvo una necesidad de sangre tan pronta, entre uno y otro asesinato. Sin embargo, el modus operandi es el mismo: los descuartiza, son sus parejas, y los termina poniendo bajo cemento.
Es complicado hacer un análisis documental, sobre todo las noticias, aunque muchas, todas son muy parcas y repetitivas: no he encontrado un examen exhaustivo de su personalidad (y lo más probable es que no lo encuentre, pues son de carácter confidencial), tampoco su biografía extensa, como ha vivido, etc.
Ahora que tengo un poco más de conocimiento sobre el comportamiento humano, no estoy mucho más cerca de comprender este tipo de situaciones. Respetando la privacidad de los pacientes que he revisado, aquellos que cursan con esquizofrenia, en mi experiencia, puedo comentarles que a diferencia de lo que puede pensar el común de la gente, no viven en “otro mundo”.
Ellos viven en este mundo; la diferencia es que lo perciben, algunas cosas, no todas, de manera distinta. Claro que hay niveles de esquizofrenia. Los funcionales, me parece, son los que más sufren, pues están más o menos al tanto de su padecimiento y se deprimen porque consideran que siempre serán un lastre para sus familiares. Es decir, se dan cuenta.
Prácticamente todos los casos que he atendido, tienen pensamientos destructivos, de muerte y mutilación, pensamientos de escisión, es decir, de “partir”, “romper”, “fragmentar”. Esto es, o bien se quieren matar, o bien quieren matar a alguien más. Las motivaciones, cuando es la fantasía del suicidio, es para no seguir enfermos. Cuando la fantasía de muerte es contra otros, por lo general se debe a que se sienten agredidos, incomprendidos o a veces simplemente dicen que no saben porque tienen esos pensamientos.
Por supuesto que son declaraciones que deben manejarse con la discreción y responsabilidad que amerita. Prácticamente las declaraciones que proporcionan, son basados en la confianza generada entre ellos y su especialista tratante, en este caso, su servidor.
Así que es complicado coadyuvar en estos casos, pues podría perderse esa confianza. Y eso, creo, es piedra angular de la terapia psicológica. Como dice mi abuelo, “son locos, no pendejos”. 
Afortunadamente, al día de hoy, he podido sortear, con apoyo de psiquiatras y mi tutor, este complejo asunto.
Retomando el caso de Estíbaliz puedo aventurar que, efectivamente, debe cursar con algún grado de esquizofrenia, pues ha llevado a la realidad el simbolismo de la escisión: descuartizó a sus parejas.

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