Desde que abrace la noble causa de la no hipocresía, eh pues no me ha ido muy bien en el trabajo (cuando tenía). Está bien, me ha ido mal. Y es que ser políticamente correcto, es ser hipócrita. Casi siempre.
Si a un perro le dices perro, únicamente estas sonorizando un hecho innegable y del todo cierto. Si tú le dices pendejo a un pendejo, pues es lo mismo. Decía Forrest que tonto es el que hace tonterías. Bien, pues ¿Cómo se le dice a una persona que hace pendejadas?
Pero resulta que muchas de esas personas, además de ser pendejas, resultan ser jefes. En particular, mis jefes. Creo que ya tienen la idea.
Y me encontré con una serie de animaciones que ilustran de manera magistral mi caso; estoy a nada de entablar una demanda por plagio (de mi vida). Les dejo de que hablo.
Evidencia 01. Los jefes nomás se la pasan jeringando.
Evidencia 02. Junta con el de calidad, no falla.
Evidencia 03. Junta para revisar errores, típico.
Evidencia 04. No les basta con lo jefes que ya hay, no, siempre quieren más.
Evidencia 05. Nunca falta el huevón todo poderoso
Y por eso estoy condenado a o poner mi empresa y ser jefe o ser un inadaptado laboral. Lo último es lo más probable.
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