18 septiembre 2011

No me gustan los zapatos nuevos


Es que lucen tan inmaculados, limpios, sin estrías, bonitos los condenados. Pero pues de tanto uso, hay que cambiarlos. No soy un fanático de las compras y menos de comprar zapatos. Por ejemplo, mis tenis, solo tengo dos pares, el mas nuevo adquirido hace como tres años, y esto porque los mas viejos, los cuales no me acuerdo hace cuanto que los tengo, pues nada más no se acaban. Y es que hace mucho que no tengo un uso rudo para los tenis.

Compre el par mas nuevo porque ya me había aburrido de tener solo un par y también porque de vez en cuando, hay que lavarlos. Además, ya casi no los uso, mas que los fines de semana y días de asueto. Pero la principal razón de adquirirlos, es que estaban de oferta. No es que sea un codo, pero la verdad es que considero que los precios de los tenis/zapatos de moda es muy alto, y sirven para lo mismo.

Me he vanagloriado, con mis compañeros de trabajo, que por un par de los que ellos compran, yo compraría tres. Y así ha sido, hasta el fin de semana pasado. Y es que así como adquiero tenis, adquiero zapatos. Los cuales me duran hasta más tiempo. Es decir, aunque los uso mucho mas, porque es parte de mi indumentaria de trabajo, y trabajo los cinco días de la semana, pues se acaban con mayor rapidez, pero con la diferencia, con respecto a los tenis, que les pueden mandar a cambiar las suelas. De esta manera, la vida de un par de zapatos mios, es muy alta. Pero esta vez, mis tres únicos pares ya fueron remendados cuando menos dos veces, cada uno de ellos.

Además, un par ya tiene una “herida” al costado, todavía pequeña e imperceptible a simple vista, pero cuando el suelo esta mojado, suele trasminar. Los tres pares, por otra parte, ya requieren otra “vulcanizada”, la enésima. Así que mejor opté por jubilarlos, ya han dado mucho de sí. Con esto en mente, y con mi sencilla idea de ir a la zapatería, escoger un par, tomar la medida correcta, pagar y salir, me fui de compra de zapatos de vestir. Antes de esto, sólo por curiosidad, veía los aparadores y los modelos de zapatos para hombres, no muy caros, y pensaba, cuando tenga que comprar unos nuevos, va a ser bien fácil, hay muchos modelos que me gustan y a que precio. Se ven igualitos a los que llevan los compas de trabajo, y a un precio mucho menor.

Pero no, no es así de fácil. Resulta que todos esos zapatos tienen suela de plástico. Yo digo que el plástico solo luce bien en los senos de las mujeres. No vasos de plástico, no cubiertos de plástico, no platos de plástico. Hugs! Una comida decente comienza con cubiertos/platos como mandan los cánones, no de plástico. Pueden ser de barro, de vidrio, de aluminio, pero no de plástico. Lo mismo para los zapatos. La suela debe ser de cuero, que se oiga el paso de uno. Y no pues que a la “gente” ya no le gustan los zapatos de cuero, que porque son muy resbaladizos.

Diré que, para ponerlos en contexto, en mi búsqueda de zapatos me dirigí a todas esas tiendas de clase trabajadora, es decir, los que venden zapatos marca “tres hermanos”, “flexi”, y otra serie de marcas que no me acuerdo como se llaman, pero cuyos precios me parecen accesibles. Pero no manejan los zapatos de suela de cuero. Bueno, en realidad si manejan, unos cuantos modelos, todos bastante feos, y caros. ¿Qué tan difícil puede resultar tener zapatos lisos, negros, de agujeta, con suela de cuero? ¡Por favor, son zapatos negros, creo que es el color de como el 80% de los zapatos! !Lisos, no garigoleados, no con “grumitos”, lisos¡ Pues no existen este tipo de zapato en las zapaterías de “perrada”.

Ni hablar, necesitaba mis pares de zapatos para sustituir los actuales. Y ahí voy, para el centro comercial, de esos que tienen su Liverpool, Sanborns, Italiannis, etc, a sabiendas que tendría que pagar, aproximadamente tres veces más de lo que tenía planeado gastar originalmente. A la primer zapatería “nice” que me dirigí encontré lo que buscaba: zapato negro, liso, de agujetas y con suela de cuero. Sencillo, caray, sencillo. Salí con un dolor de codo que no tienen idea, eso sí, con tres hermosos pares de zapatos negros, dos pares lisos, un par con grequitas, así chiquitas, muy discretas, los tres de agujetas, los tres de suela de cuero, los tres pares tres y medio veces más caros que mi presupuesto original.

Ahora los veo ahí, ocupando el lugar de mis viejos zapatos negros, los cuales eran, lisos, negros, de agujetas y con suela de cuero; tan lindos ellos, tan inmaculados, tan propios, que no me los quiero poner. Por eso no me gustan los zapatos nuevos, porque nunca jamás volverán a verse, una vez que los use, como cuando eran nuevos, no importa que les pongas su horma, no importa que los lleves con el mejor bolero que puedas encontrar, su belleza comenzará a decaer con la primera puesta.

En fin, espero que sean tan nobles y aguantadores como mis anteriores tres pares de zapatos. Negros, lisos, de agujeta y con suela de cuero, como mandan los cánones. Curiosamente, un par de ellos, es de la misma marca que un par de los que ya tenía. No recuerdo donde los adquirí. Porque mis zapatos nuevos, son de tienda “nice”, sólo ahí puede encontrar lo que buscaba.

2 comentarios:

El Signo de La Espada dijo...

A mi lo que me caga de comprar zapatos nuevos, es que cuesta un güevo y la mitad del otro encontrar el mismo modelo que me gusta.

No sé que le ha dado a los diseñadores de zapatos que hacen unos putos zapatos tan feos!!! en fin, lo otro que no me gusta es que me quedan bien en la zapatería, pero al volvérmelos a poner me aprietan fuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu


brotip: ahorra y cuando tengas que ir a reemplazar zapatos cómprate dos o tres pares, así te duran más tiempo porque no usas un único par diario

cuídate, lavega, que estés bien

lavega dijo...

Hola Ben, que milagro! Ah mira, dentro de mis rarezas veo que no soy el unico que no se siente confortable con los zapatos nuevos.

De hecho asi le hice, me lleve tres pares, para que pase muuucho tiempo antes de volver a buscar sus reemplazos.

Pues saludos y tambien que estes bien

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