Sueños lucidos. Primera visión
- “Hace mucho tiempo que
no venía a este pueblito, a este mercado”
- “El tiempo parece
detenerse, bueno, no tanto. Lo que cambia es la ropa, las caras, pero
el movimiento, el ajetreo del mercado, ese no cambia”
- “Las marchantas siguen
poniendo sus productos en el suelo, como hace 20 años que vine”
- “Ahí están los
aguacates, las fresas ¡Hasta los cajenecuiles! ¡Años sin verlos!”
- “También esas latas de
sardina ¿Cúal era la media? Ah, sí. Cuartillo. Je, un cuartillo de
frijol, un cuartillo de maíz nixtamalero. La medida es al ras de la
lata de sardina, de esas latas ovaladas.”
- “Incluso la ropa de las
marchantas sigue sin cambio, esas faldas negras abultadas, y sus
listones en el cabello, en trenzas de prodigiosa forma”
- “Mucho ajetreo, pero en
calma”
- “Quiero decir, esto es
un mar de gente, todas en movimiento, comprando regateando,
platicando”
- “Pero están en paz”
- “Los únicos que no
parecen en armonía con el cuadro general, son esos dos chavo de
allá”
- “Sobre todo el de la
sudadera blanca”
- “¿Para qué se pone la
capucha? Y esa sudadera parece recién salida de la tienda. ¡Hasta
brilla!”
- “Si la finalidad es
pasar desapercibido, no lo esta logrando”
- “El otro chavo si
podría confundirse con toda esta gente”
- “¿Cuantos años
tendrán? ¿Quince, diez y seis años? Aunque su rostro, ese refleja
otra edad. El cansancio de sus ojos, la vejez adelantada, miran sin
vida. Yo he visto esa mirada antes. La he visto en drogadictos, de
esos que se mueren en el vicio. Pero también la he visto en...”
- “¿Qué le esta dando
al chavo de la sudadera? Esa cosa negra, es...”
- “¡Chingada madre! Me
volteo lo más rápido posible, los chavos quedan fuera de mi línea
visual. Todo parece ir en cámara lenta ¡Chingao, muévete más
rápido!
- “Y entonces escucho,
más bien, siento un aguijonazo en mi cuello y luego, ahora sí,
escucho un tronido seco, apagado, pero fuerte”
- “¡Es una bala! No la
veo, claro, pero es eso. Una bala que sajó mi cuello”
- “Escucho un fssssss...
¡Es mi cuello que sangra por la yugular! No veo la sangre, tampoco
siento dolor, pero estoy seguro que me estoy desangrando. Casi no
escucho, es como si estuviera sumergido en una alberca. Los sonidos
están apagados, se oyen muy lejos y silenciados”
-"Mis piernas se doblan, no obedecen a mi voluntad. Siento que caigo muy lentamente"
- “Tampoco puedo mover mi
cara. Ahora estoy a nivel del piso. Sólo veo pasar muchos pies y
piernas. Pero no se acercan mucho a mí”
- “No quiero respirar,
porque cada respiración siento como el fsssss suena y suena”
- “Cada vez siento menos
fuerza en el fssss”
- “Tengo mucho miedo, no
de la herida, no del dolor, que sigo sin tener. Tengo miedo de morir”
*Inspirado en un sueño
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