29 junio 2011

Soliloquio nocturno

O del intento fallido de correr de uno mismo

> Quiero irme lejos.
< ¿A dónde?
> Lejos de ti, por supuesto.
< Ja ja ja, estas jodido amigo, muy jodido. No importa cuanto tiempo pases viajando, no importa cuantos medios utilices, no importa cuantos transportes uses, tu y yo estaremos tan cerca como en estos momentos. Tu y yo somos lo mismo.
> Mmm luego entonces no tengo opciones.
< Pues en realidad sí, tienes algunas opciones.
> ¿Por ejemplo?
< Por ejemplo puedes hacerte una lobotomía. Con eso dejas de ser tu y por consecuencia dejo de ser yo.
> Muy drástica solución. Además les dejaría una enorme carga emocional/de trabajo a mis papás/hermanos, no me parece justo, sería poco mas que un vegetal humano.
< Peor amigo, mas bien serías como un zombi. Bueno, peor que un zombi. Un zombi, hasta donde recuerdo, no necesita aseo, ni que le cambien el pañal. Tu cuerpo requeriría de mantenimiento, ya sabes, comida, que lo limpien. Eso hasta que fenezca.
> Y todavía queda la manera de hacerme una autolobotomía, una que parezca un accidente. ¿Ves? Luego entonces no tengo opción…
< En realidad podrías optar por “esa” opción.
> ¡Claro! “Esa” opción. Si la opción anterior implica una gran carga emocional, ésta segunda es incomparable con aquella. Poca carga de trabajo, mucha, muchísima carga emocional a los que me quieren. Y no, no se lo merecen. No puedo optar por “esa” opción, ya que mis papás/hermanos van a necesitar respuestas que ya no podré dárselas.
< Escríbeles una carta.
> Ves mucha televisión. Aunque les escribiera un tratado, siempre requerirían una explicación salida de mis labios. “Esa” opción, no es opción. Sigo atorado.
< En realidad te queda lo que haces hasta ahora. Te comportas como si fueras eterno, y no, mi estimado, no eres eterno. Deja que la naturaleza haga su trabajo.
> Mmm
< Además con el ritmo de vida que llevas, sobre peso, tabaquismo, alcoholismo, no creo que dures mucho tiempo en tu vejez.
> Ajá.
> Esta bien, por lo mientras déjame dormir. Esa es la única solución temporal que conozco de alejarme de ti. Dormir, dormir, dormir.
< ¡Pues duérmete! No te estoy picando los ojos, ¿O sí?
> No, no lo haces, pero estas pensando y yo oigo, vivo esos pensamientos
< Ja ja ja, no te digo, estas en el hoyo amigo. Un hoyo muy profundo.
< Son casi las tres de la mañana, ya duérmete, disfruta de estas tres horas antes que tengas que levantarte para ir a “trabajar”.
> Aunque lo digas con sarcasmo, realmente descanso en esas tres horas, sólo que me cuesta mas trabajo levantarme, tan a gusto que estoy antes de salir de la cama…

Estoy bastante seguro que si Cioran leyera mi soliloquio, lograría arrancarle cuando menos, una subida de ceja. Seguro.

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