viernes, 4 de julio de 2008

La triada, segunda y última parte

Gabriel caminó hacia su inexorable encuentro. Las tres ahí, juntas, no parecían estar peleando, aunque se veían mutuamente, una a la otra, y la otra a la tercera. ¿Qué explicación les iba a dar? Ciertamente no había más explicación que la verdad: salía con las tres, a las tres les daba todo lo que tenía, una a la vez, pero en conjunto a las tres.
Conforme iba acercándose, las tres lo miraron fijamente a los ojos.

-Se ven tan tranquilas…- pensó para sí
-No voy a mentirles ni a justificarme, salgo con las tres
-Que te pasa pendejo- le espetó Alba sin más miramientos
-Me decepcionas - continúo Alejandra
Adriana, la más aguerrida no dijo una sola palabra, pero lo miro con tal desprecio que para Gabriel fue mucho peor que una bofetada.
-Miren, desde hace tiempo he querido decidirme por una de ustedes…
-Al carajo contigo!
-De mi no te preocupes..
-Chinga tu madre!
Le espetaron casi al unísono que Gabriel no supo bien a quien correspondía cada frase.
-Esta bien, no voy a justificarme. Pero en verdad las quiero, a cada una de ustedes, y por eso mismo estaba decidiéndome por una. Sin embargo no pude, ni puedo, así que haré lo más prudente que se me ocurre…
-Vas a dejarlo a la suerte, con una moneda?- le dijo sarcásticamente Adriana
-Ya te dije que por mi te puedes quedar con quien quieras- comentó Alejandra
-Y todavía piensas que voy a aceptarte?- terminó Alba
-Sé que ahora ninguna de ustedes van a quererse quedar conmigo. Pero después…
-Después la chingada…
-De verdad estas loco…
-¿Quién te crees que eres?
-Ya por favor, déjenme terminar. No me quedo con ninguna de ustedes. A las tres las amo, las quiero, la necesito. Pero me he puesto en su lugar, y no me gustaría compartirlas con alguien, no podría. Así que optaré por terminar mi relación con todas ustedes. Solo les pido que me dejen sacar mis cosas, iré cuando no se encuentren en casa y les dejo mi llave. Solo les puedo decir que las amo mucho, perdón por este aciago momento.
-Tú y tus palabritas…
-Desde ya puedes sacar tus cosas…
-No te quiero volver a ver…
Tras lo cual, Gabriel miro a cada una de ellas de manera significativa y se alejó del lugar. Ellas se quedaron un momento meditando lo ocurrido, se voltearon a ver nuevamente una a otra y cada quien se marchó por caminos distintos.
No lo sabían en ese momento, pero cada una de ellas se encontraba embarazada, con diferencia de pocos días. Gabriel iba a ser el orgulloso padre de tres bebés, dos niños y una niña. En realidad nunca iba a cortar la relación con sus tres aes, y estaba condenado a trabajar día y noche, soportando trabajos que muchas veces lo aburrían que no presentaban retos, pero si un ingreso estable muy necesario.
Al final, Gabriel se juntó con una mujer 15 años menor que él, con quien engendró otros tres hijos. Nunca se quejó por su manera de actuar, amaba mucho a sus hijos y a sus mujeres. Alejandra, Alba y Adriana se casaron cada una con hombres de buena posición social y económica, tuvieron sus respectivas familias, aunque nunca olvidaron del todo a Gabriel, no podían y Gabriel tampoco.

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