martes, 8 de julio de 2008

De los cambios

Tal parece que la característica que define al ser humano no es, desde mi punto de vista, la inteligencia, la cultura, la política, o cualquier otra superestructura. Yo creo que la característica que define al ser humano es el darse cuenta de lo efímero que es. Creo que de éste darse cuenta nacieron las preguntas ontológicas ¿De donde vengo? ¿A dónde voy? ¿Qué sentido tiene el que yo este aquí? ¿Cambiaría en algo el mundo si yo no existiera? O incluso más allá ¿Cambiaría algo el mundo si yo no hubiera siquiera existido?

Bueno en cierta manera son preguntas que hace tiempo me he estado haciendo, sólo que ahora tengo la necesidad de, no digamos ya una pronta, sino al menos con saber que existe una respuesta, o al menos tener la certeza de que eventualmente existirá.

Muchas veces el saberte derrotado te obliga a reevaluar tu vida: el saber que tus planes, si es que los tuviste en algún momento no se han cumplido, y si no los tuviste, el hecho que no te encuentres a gusto contigo mismo sea una fuente de continuos desvaríos cerebrales.

Quién no quisiera la tranquilidad de la continuidad perpetua; y la única continuidad perpetua que conozco, y que a lo largo de la humanidad ha estado presente e inmutable, es la muerte.

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