viernes, 27 de mayo de 2022

Cumpleaños


Hoy cumple años mi sobrina. Una de mis sobrinas. Está cerca de dejar la niñez y comenzar la pubertad. Ella y mis demás sobrinos, son lo más cercano que tendré de un hijo. Porque no pienso tener hijos y ya mi edad no está para tener uno. Además de la situación económica. Y mundial.

Vivimos en el infierno.

Total, que hoy cumple un año más de vida. Llegue a casa de mis haceres cotidianos y ya estaba ahí, radiante, con los regalos que le dio su padre. Todo de Harry Potter: chamarra, una “varita mágica”, la bufanda.

La bufanda me gustó. Trae el emblema de la casa de Harry Potter. Sus colores me gustan. También le regaló un Dobby de peluche. Sonrisa franca. Sonrisa de niño. Yo tengo una foto mía de niño, lo cual es extraordinario. Si tengo a lo más unas 100 fotos mías, son demasiadas. Contando hasta hoy, en toda mi vida.

Nunca fui adicto a tomarme fotos o que me tomaran. Así que esa foto que tengo, es una ampliación de una foto que me tomaron mis abuelos, creo, en un negocio dónde sacan fotos, hace muchos años.

Porque el fondo es artificial, un fondo que no es una casa o al aire libre. De las pocas fotos mías, como dije antes, que tengo de mí. Mi papá me regaló esa ampliación, porque tengo esa sonrisa franca de niño. Cada que lo veo le pregunto “¿Por qué estás tan feliz?”, yo no recuerdo porque era tan feliz.

Hoy tengo un aspecto que se acerca más a un sicario que a una persona de bien. Y soy una persona de bien. Una persona de bien, no necesariamente tiene poder adquisitivo. Una persona de bien, paga sus impuestos, no se mete en problemas, busca solucionar los problemas antes de que crezcan, de la mejor manera y sin afectar o afectar en lo mínimo a los demás.

Pero estoy a disgusto con la vida. Con mi vida. Así que hoy que vi a mi sobrina y su radiante sonrisa de niño, quede satisfecho. Sé que estos momentos le ayudaran cuando le toque la vida adulta. Sin embargo, y por eso me dio por contarles este pedazo de mi vida, es que a pesar de su sonrisa, también me mostró ese rostro serio, triste, sombrío que traemos los adultos.

¿Qué más se puede esperar? Está creciendo, en un par de años más, pubertad, otros tanto más, mayoría de edad y luego, estudio (más), trabajo, estudio-trabajo, volverse “adulto”. Volverse gris.

No es que se lo desee, pero no creo que ella se salve de ese cruel destino.

A mí los cumpleaños no me gustan. Sobre todo el de los niños. Me da nostalgia, me traen recuerdos felices, que son eso, recuerdos y no realidades, no actualidades. Por hoy, celebraremos el cumple de mi sobrina. Por unos instantes de tiempo, seremos felices. Que sirvan de aliciente para el futuro.

Sé que alguna vez en mi vida fui muy feliz. Tuve esa sonrisa franca de niño.

¿Hay quienes nunca la tuvieron? De verdad, espero con todo mi corazón que no, que todos los seres humanos en su niñez hayan tenido esa sonrisa franca de niño.

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