Y nada pues para comentarles que me quede mirándola un rato, no dejaba de ondear, de moverse ante mí. Bueno eso de ante mí suena muy presuntuoso, en realidad ondeaba para todos los que la estuvieran viendo. Me hubiera gustado tener una cámara profesional y no mi simple celular, para que vieran con más nitidez la imagen que yo contemplé.
Porque esa imagen me recordó a mi Patria, a mi México querido, tan apabullado, tan vapuleado, tan disgregado, tan sin esperanza, tan triste y solitario. Es como un gigante que no sabe la fuerza que posee, que no se da cuenta de que las cadenas que lo tienen sojuzgado no son tan difíciles de romper; mi México es como un gigante que esta convencido que no puede rebelarse, que su hado es estar siempre de rodillas. Si se diera cuenta, si despertara un poquito…
Y es que conforme me quedaba viéndola ondear, vinieron unos pensamientos que a continuación intentaé exponer, en el orden del cual me acuerdo, tratando de reconstruir ese momento de extrema lucidez, que fue como una epifanía.
El verde, blanco y rojo, que pueden estar en otras banderas, en la nuestra se diferencia claramente por el águila devorando a la serpiente, me recordó, como ya dije, a mi México lindo, hermoso y querido. El que se mantuviera ondeando como si fuera de recién manufactura, como si no supiera que su extremo rojo se esta ajando me recordó a sus orgullosos habitantes, que no se rinden, que pagan con sangre su pobreza, pero se niegan a ser esclavos.
El que estuviera rodeada de edificios de aspectos grises y desaliñados me recordó a la “modernidad”, al neoliberalismo que no le va a la saga a nuestra todavía brillante y rica cultura, que se encarga de sumirnos en un conformismo enfermizo, como si no hubiera futuro… y esto se ve reforzado por los cables de luz y la antena de televisión, que a su vez me hace asociarla con la pobreza, con la falta de oportunidades para millones, sí, millones de mexicanos… y eso duele, me duele mi México querido y hermoso, pero me duelen más esos millones de seres humanos que no deberían vivir así. Pero que tenemos, un gobierno que poco hace por los que son mayoría, pero que no dicen que ¿cada pueblo tiene el gobierno que se merece?
Más arriba esta
Y como colofón tenemos la estampita de la facultad de Filosofía y Letras de
Y eso es lo que les quería compartir en esta entrega… Me quedo con un dejo de tristeza sazonada con una desesperanza y una angustia por nuestra todavía hermosa y gran Nación. Yo creo que no se merece el gobierno que tiene, pero desafortunadamente yo no soy México, sólo soy parte de el.
Que tengan un excelente inicio de semana.
1 comentario:
CHINGON TU POST CARNAL, LA NETA QUE NO ENTIENDO COMO MEXICO SIENDO TAN RICO EN TODO VENGAMOS VALIENDO CAMOTE POR EL PINCHE GOBIERNO QUE HEMOS TENIDO !!!SNIFF!!! EXTRA�O MI MEXICO
SALUDOS
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