Cuando todavía era un imberbe párvulo que aún dependía de sus padres, esto es, mis papis, y me encontraba por entrar a la “secu” tuve mi primer encuentro con el miedo a las matemáticas. “Álgebra” ¡uy! Palabra mística y misteriosa, que mis amigos que ya estaban en la secundaria, decían con reverencia y espanto: “No, está bien cabrón, pinche lavega, te vas a cagar”.
-Y bueno de que trata
-No, no, no algo bien dificilísimo, no te la vas a acabar
-…
-(a + b) al cuadrado es igual a “a cuadrada más dos ab más b cuadrada”, ¿está claro?
-…
-Oye wey, ¿que pedo?
-Tú nomás apréndetelo, esta fácil
-No le entiendo
-Yo tampoco, pero esta fácil de aprender
-No mames wey, vas a ver “Trigonometría”, esta bien cabrón, nadie lo entiende, ¿o no chícharo?
-Sí, no mames, en el grupo nada más paso el walis, ya ves que ese wey nada más se la pasa estudiando
-Y bueno que chingados es “Trigonometría”
-No pues vas a ver senos, y cosenos, y tangentes
-¿Tetas?
-No seas pendejo, así se le conoce a una función trigonométrica
-¿Y bueno que es el seno?
-El seno, es una función trigonométrica, que … mmm ya lo verás con la “tortuga”
-Ya no seas mamón y dime…
-¡Oh! No lo vas a entender
Nuevamente terminé enfrentándome a la temible “Trigonometría”, que no era más que el estudio de las relaciones de los triángulos rectángulos. De todos los triángulos nada más se estudia las relaciones de los rectángulos. Fácil, ¿Qué no?
-El seno…
-ji ji ji ji
-A ver, callados
-El seno es el cociente que resulta de dividir el cateto opuesto entre la hipotenusa
-¿Wey que es cociente?
-El resultado de la división
-Ah…. (jajaja mi cuate apenas si sabía sumar)
-¿Y cuál es el cateto opuesto, y cual la hipotenusa?
-¡Lavega!, ¡Julio!, ¿algo que comentar a la clase?
-No profe…
-…
-Continuemos, el coseno es el cociente que resulta…
Nuevamente, su charro negro volvió a no tener problemas con las matemáticas, además de ganarme la fama de ser bien “inteligente” y “estudioso”.
Lo cierto es que ni soy tan inteligente y mucho menos estudioso. Pero como que las matemáticas se me hacían no tan complejas, nada más me aprendía las cosas como perico, y hasta mucho tiempo después las comprendía.
Y así pasó el tiempo, y conforme iba avanzando de grados académicos, se presentaban nuevos “cocos”: álgebra lineal, cálculo de varias variables, cálculo diferencial, cálculo integral, álgebra booleana, ecuaciones diferenciales, inecuaciones, ecuación de onda, cálculo integrodiferencial, transformada de Fourier, tranformada de Laplace, tranformada Zeta…
Aunque debo reconocer que las matemáticas superiores si me costaron mucho más trabajo, las matemáticas universitarias ya no se me hicieron tan sencillitas, ahí si tuve que estudiar un mucho más.
¿A poco ahora te dedicas a resolver la ecuación de onda en tu trabajo?, se preguntarán uno que otro conspicuo lector, pues no, pero gracias a haberla resuelto cuando tuve que resolverla, me ha ayudado a que mi mente sea más “inteligente”, y pueda resolver problemas ahora sí, de índole laboral.
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