21 agosto 2012

Anotaciones sobre fenómenos histéricos

Resumen: Fragmentos del texto "Sobre el mecanismo psíquico de 
fenómenos histéricos (1893)" «Über den psychischen 
Mechanismus hysterischer Phänomene» de Freud

  • En la primera mitad de la década de 1880, Charcot empezó a dedicar su atención a la «gran neurosis», como  denominan los franceses a la histeria.
  • A  fin  de  que  la  representación  «el  brazo  está  paralizado»  pudiera provocar  realmente  una  parálisis  en  el enfermo, sería necesario que este se encontrara en el estado  de  la  hipnosis.
  • Ahora  bien,  el  obrero  no  se  encontraba  en  ese  estado;  no  obstante, podemos suponer que durante el trauma era el suyo un particular estado mental, y Charcot se inclina  a  equiparar  este  afecto  al  estado  hipnótico  artificialmente  provocado.
  • Señores:  Más  o  menos  por  la  misma  época  en  que  Charcot  iluminaba  de  esta  manera  las parálisis  histero-traumáticas,  el  doctor  Breuer,  en  1880-82,  prestaba  asistencia  médica  a  una joven dama que, mientras cuidaba a su padre enfermo, y por una etiología no traumática,  había contraído  una  histeria  grave  y  complicada,  con  parálisis,  contracturas,  perturbaciones  del lenguaje y de la visión y toda clase de particularidades psíquicas.
  • Este caso conservará su significación  para  el  historial  de  la  histeria,  pues  fue el  primero  en  que  el  médico  consiguió iluminar todos los síntomas del estado histérico, averiguar el origen de cada uno de ellos y al mismo tiempo hallar el camino para que ese síntoma tornara a desaparecer; fue, por así decir, el  primer  caso  de  histeria  que se volvió trasparente. 
  • Helo aquí: es preciso poner a los enfermos en estado de hipnosis y entonces inquirirles por el origen de cierto síntoma, cuándo apareció por primera vez y qué recuerdan a raíz de ello.
  • Existe una total analogía entre la parálisis traumática y la histeria común, no traumática.
  • El cuidado de enfermos es de presencia frecuente en la etiología de la histeria
  • Uno de los síntomas más frecuentes de la histeria es la anorexia y el vómito. Conozco toda una serie de casos que explican de manera simple el surgimiento de ese síntoma. Así, una enferma, que  había  leído  una  carta  mortificante  inmediatamente  antes  de  comer, después de hacerlo vomitó todo, y el vómito persistió luego.
  • También el síntoma del insomnio y la perturbación del dormir encuentran las más de las veces una exactísima explicación.
  • A tales simbolizaciones han recurrido muchos pacientes en toda una serie de sedicentes  neuralgias  y  dolores.  Existe  por  así  decir,  un  propósito  de  expresar  el  estado psíquico mediante uno corporal, para lo cual el uso lingüístico ofrece los puentes.
  • Toda  histeria  puede concebirse  como  una  histeria  traumática  en  el  sentido  del  trauma  psíquico,  y  que  todo fenómeno está determinado con arreglo a la índole del trauma.
  • Si  un  ser  humano  experimenta  una  impresión psíquica, en su sistema nervioso se acrecienta algo que por el momento llamaremos la «sumade excitación»
  • El acrecentamiento de la suma  de  excitación  acontece  por  vías  sensoriales,  su  empequeñecimiento  por  vías  motrices.
  • Sin  embargo,  un  autor inglés lo señala con chispa: el primero que en vez de arrojar una flecha al enemigo le lanzó un insulto fue el fundador de la civilización; de ese modo, la palabra es el sustituto de la acción, y  en ciertas circunstancias  (confesión)  el  único  sustituto.
  • Si un ofendido no puede devolver la afrenta, ni dando a su vez una bofetada ni por medio de un insulto, se crea la posibilidad  de que el recuerdo de ese suceso vuelva a convocarle el mismo afecto que estuvo presente al comienzo.
  • Una afrenta devuelta, aunque sólo sea de palabra, se recuerda de otro modo que una que se debió tolerar, y es característico que la lengua llame «mortificación» a este padecer tolerado calladamente.
  • Así las cosas, si la reacción frente al trauma psíquico tuvo que ser interrumpida por alguna razón, aquel conserva su afecto originario, y toda vez que el ser humano  no  puede  aligerarse  del  aumento  de  estímulo  mediante «abreacción» está dada la posibilidad  de  que  el  suceso  en  cuestión  se  convierta  en  un  trauma psíquico.
  • Consideremos ahora el modo en que opera nuestra terapia. Ella solicita {entgegenkommen} uno de los más ardientes deseos de la humanidad, a saber, el deseo de tener permitido hacer algo por segunda vez. 
  • Alguien ha experimentado un trauma psíquico sin reaccionar suficientemente frente a él; uno se lo hace vivenciar por segunda vez, pero en la hipnosis, y ahora lo constriñe a completar la reacción. Entonces él se aligera del afecto de la representación, que antes estaba por así decir estrangulado, y con ello se cancela el efecto de esa representación. Vale decir que consumando la reacción no tramitada no curamos la histeria, sino síntomas singulares de ella.
 Estoy indagando los orígenes de la psicología, sabor Freud, y este es uno de los primeros escritos (cronológicamente) netamente freudianos donde se pueden rastrear el principio del psicoanálisis. Cuando se cuenta la historia, en clase, da la impresión de que Freud lo sabía todo desde siempre.

Bien, no fue así. Afortunadamente, esta su testimonio en miles (literal) de páginas escritas por el propio maestro. Dejé bastante claro cual fue la idea que más me gusto de este escrito, sobre el fundador de la civilización.

Nótese que en este escrito, todavía se toma a la hipnósis como herramienta de uso terapéutico, y que actualmente no se utiliza en las terapias psicológicas.

Si leen el texto completo, se darán cuenta que en realidad fue Breuer quien podría considerarse, si no el padre, sí el de la idea primigénea sobre la cura por el habla. ¡Fascinante!

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