10 junio 2012

Trasplante de disco duro

De que trata esta entrada
Siendo mi formación básica de tipo ingenieril, en temprana época de mi instrucción, me vi impelido a decidir que sistema operativo utilizar. Esta es una entrada muy ñoñezca que tratará principalmente del sistema operativo Windows y el sistema operativo Linux, en su sabor Ubuntu.


Y pues resulta que se murió mi laptop. La más viejita, una que tenía arrumbada, porque antes, que era rico y poderoso, al ver el “vejestorio” que tenía por computadora hice lo que todos los ricos y poderosos hacen: comprar una nueva.

Pero afortunadamente tengo un gran apego por las cosas (y personas) que me han servido y a las cuales  les tengo “gratitud”. Sí, ya sé, es un poco raro hablar de gratitud hacia los objetos. Pero el caso es que le tengo gratitud a mi coche, a las laps que he tenido y a un montón de objetos más.

Así pasó con mi lap viejita. La rescate de la oscura esquina en la la reposaba, cual túmulo de antiguo rey de abolengo. La desempolve y le puse el sistema operativo Ubuntu, que es un Linux. Decidí ir por esa opción, porque de otra manera tendría que conseguir un sistema operativo Windows pirata. Y luego esos dan mucha lata.

Además, la utilidad era para básicamente escribir, ya saben, lo clásico de software de oficina: procesador de texto, hoja de cálculo, presentaciones. Y tan tan. Mejor que nueva. La verdad es que ya tenía sus buenos 4 años de vejez, con un procesador a doble núcleo, en su época era una de las mejores.  No fue muy cara, pero tampoco tan barata. Digamos que era como un Jetta VR6, no se puede comparar con un BMW, pero en algunos puntos es mejor que un BMW convencional, entre ellos, la velocidad.

Total, que yo bien feliz, porque había rescatado mi lap vieja. El motivo, es que como ahora ando proletariamente en servicio público, me va dar mucha felicidad que me asalten y me roben mi, hasta ese momento, única computadora portátil. Por eso que rescaté mi vieja lap.

Y me volvió a servir como en antaño. Eso sí, hice algunos ajustes, disco duro nuevo, un giga más de RAM, pero con eso tuvo para volver a estar como nueva.
Pero ahora ya se venció. Se quemaron ambos fan. Para aquellos que no sepan que el fan de una lap top, son los ventiladores que enfrían el CPU. Supongo que ventilador es un nombre muy rimbombante para nombrar esos mini ventiladores que traen las lap, y por eso le pusieron fan.

Total, que se quemaron los fans y pues ya no “jala”. El problema es encontrar esos fans, porque cada fabricante tiene sus “particularidades”. Además mi modelo, una Gateway, no es tan popular. Yo creo que es posible que encuentre los reemplazos, pero para ello tengo que invertirle tiempo de búsqueda, en el DF. Y no tengo nada de ganas de ir a buscar un par de mini ventiladores.

Así que hice lo que cualquier ingeniero, que se enorgullezca de serlo haría, pasé el disco duro de mi fallecida Gateway, a mi lap top “nueva” (es un decir eso de nueva, porque ya tiene como año y medio). La verdad es que mi teoría era que el sistema operativo, el cual reside en el disco duro (y si no sabes de que hablo, pues mmm, avísame y tal vez escriba una entrada para explicar un poco como funciona esto de los sistemas operativos, RAM, disco duro, etc.), iba a tener que hacer un montón de ajustes.

Esto porque, hace años, utilizando el Windows 98, hacíamos clones y los pasábamos a otros equipos. El problema era que si el equipo no era del mismo tipo de donde se sacaba el clon, habría que hacer ajustes para que los controladores (sofware que controla el hardware de una laptop o pc) se ajustaran al nuevo hardware. Nunca lo había intentado con un Linux. E incluso no exactamente un clon, es el mismísimo disco duro, llevado de un hardware (laptop Gateway) a otro (laptop Toshiba). La Toshiba es un equipo cuya característica notoriamente diferente es que tiene cuatro núcleos, en lugar de los dos que tiene la Gateway.

Por otra parte, me daba mucha curiosidad que iba a pasar ¿Habrían varios intentos para ajustar todo el hardware? ¿el vídeo se vería mal? ¿levantarían las tarjetas de conexión a red? ¿tendría que recompilar el kernel (cosa que además no manejo muy bien y me da harta flojera)? ¿o de plano no funcionaria?

Esta entrada esta siendo escrita, diez minutos después de insertar el disco duro en la Toshiba. Quedé felizmente sorprendido que prácticamente no hice más que cambiar el disco duro. Hay par de ajustes que tengo que hacer, como el que no detecta los ocho gigas (que presumido) que tiene (solo detecta cuatro), pero de ahí en fuera todo funciona como debe de funcionar. Las tarjetas de audio, vídeo, red funcionan correctamente.

Si las laptop fueran humanos, lo que hice es el equivalente a hacer un trasplante de cerebro. Durante mucho tiempo fui detractor de la falta de acercamiento al público no conocedor del intrincado mundo de las computadoras y de los sistemas operativos, por parte de Linux. Siempre he reconocido que es mucho mejor y superior al sistema operativo Windows, pero durante mucho tiempo, sobre todo al inicio de los tiempos del Windows, éste fue mucho más amable con el público que únicamente quería prender la computadora y que esta estuviera lista para utilizarse.

Antes, instalar un Linux (y en algunas distribuciones todavía lo es) era un proceso interesante, pero tedioso, si lo tuyo no era la computación y el software. Ese fue siempre mi discusión con los puristas de los sistemas operativos, los cuales arguyen que Windows no es un sistema operativo. En realidad sí es un sistema operativo, muy chafa, pero sistema al fin. Y estoy de acuerdo, siempre lo he estado. Pero el que Linux sea superior no se notaba en el gusto de los usuarios: como dije antes, era un verdadero calvario instalarlo.

Esto afortunadamente ah ido cambiando con el paso del tiempo: hoy los sistemas operativos basados en Linux van ganando terreno. Su popularidad se debe, en gran parte, a que ya son mucho más amigables de instalar, incluso llegando a ser una instalación tipo Windows (puro botonazo y “next” “next”), como lo es el caso del Ubuntu.

Hoy doy fe de que el “trasplante” de cerebro es un éxito rotundo, y no se requiere mayor habilidad que la de cambiar un disco duro (desatornillar, quitar, poner y volver a atornillar). Me he ahorrado mucho trabajo pues tengo bastante información en ese disco duro.

Y esta es sólo una de las bondades de los sistemas operativos tipo Linux. Tienen una bastedad de características que lo hacen idóneo para aplicaciones del cómputo general.

1 comentario:

Anónimo dijo...

What a mаterial of un-ambiguitу аnd prеsеrѵеness
of νaluable familiaгity cоncernіng unpгedicted emotiοns.


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