26 octubre 2007

Contrato

Hagamos un contrato: yo te proveeré de todo aquello que este a mi alcance, de todo aquello que depende de mi trabajo, todo eso es desde ya, tuyo. Incluso todo aquello que creas que te puedo dar, si es mío, también ya es tuyo.

A cambio dame los momentos que él desecha con desdén, dame los suspiros que tu amor no escucha, déjame estar ahí cuando nada más tienes a tu osito de felpa al que te aferras como si de ello dependiera tu cordura.

¿No es acaso un buen contrato?

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