Hola. Ya tenía rato que no escribía. Así que empecemos.
Recientemente he sido invitado a “cambiar mi vida” a “dejar de trabajar para los demás” a “ser un empresario en un negocio altamente redituable y seguro”. Y un largo etcétera. Mamadas (con el perdón del lector) digo yo.
Les soy sincero, fui a una de estas “presentaciones” o “conferencias magisteriales” por invitación de una chica. Sí, de esas que me traen problemas. Guapa y con bonito cuerpo. Me invita a realizar “el negocio de tu vida”. Desde ahí me imaginaba por donde iba el asunto.
Pero pues me invita a un café y como no. Lo que no me dijo es que era una presentación. Es decir, iba yo y como veinte personas más. Total, ya ahí voy. El “negocio” que nos presentan es vender café. Ah no perdón, no es vender café, ese no es el negocio. Pero yo digo que sí, que es vender café.
Me invitan a ser miembro, empresario, de la comercialización de órgano Gold. Pero el negocio no es vender café. No vas a vender café. Y yo digo, como chingados no. Es vender café. Te falta la visión empresarial.
Mi conocida (realmente no es mi amiga, más bien amiga de mi hermano), se sienta conmigo, intenta hacer su labor de venta. A estas alturas me doy cuenta que ella no se da cuenta, que la están transformando en una ejecutiva de ventas. Vendedora. Así de simple.
Pero es insistente en que no me quiere convencer. Me invita a participar en un negocio impactante. No vas a vender café. Y yo insisto, como chingados no. En fin. No sé si han escuchado hablar de los términos multinivel y network marketing, pero en esencia, es un negocio tipo pirámide. Pero legal.
La mejor manera que se me ocurre para mostrar la diferencia es con este ejemplo: cuanto vayas a un restaurante elegante y veas en la carta algo así como “corteza de cerdo bañada en copiosa salsa de esmeralda, un tanto picante” lo que te van a traer es chicharrón con chile.
Así es como entiendo lo de network marketing y las pirámides. Es decir, es lo mismo, pero la diferencia es donde lo consumes. Una es para nacos y la otra para gente letrada. Pero es lo mismo.
En algo tiene razón. El negocio no está en la venta del café. El negocio está en la venta. Punto. Vender lo que sea. Así después de un rato, logré entender eso de “no vas a vender café” y de que voy a ser parte de una empresa a nivel mundial.
En algo tiene razón. El negocio no está en la venta del café. El negocio está en la venta. Punto. Vender lo que sea. Así después de un rato, logré entender eso de “no vas a vender café” y de que voy a ser parte de una empresa a nivel mundial.
Le voy a explicar el negocio. Es muy sencillo. Tienes que adquirir una franquicia (jajajajaja, bueno así le dicen) que es un paquete con sobres de café órgano gold. Y ahí aprovechan para decirte que el retorno de inversión es inmediata, que no hay otra franquicia con ese costo (obvio, las franquicias que conozco son McDonalds, Burger King, PEMEX, etc., y sí, no están al alcance de mi bolsillo) y un montón de otras bondades que no me aprendí.
Y ese es tu único desembolso. En el caso de órgano gold, tienen tres paquetes, bronce, plata y oro. O algo así, o puede ser básico, medio y premier. Pero no, creo que esa era la otra. Al rato me entenderán.
La diferencia es, naturalmente, el costo. El más barato está en $2,500 pesos mexicanos y el más caro en $15,000 pesos mexicanos. Pesos más, pesos menos. Pero la idea básica es esa. Pero ahí no está el negocio. Para uno; porque la empresa ya comenzó a ganar. Le decía a mi conocida, mira si yo gasto un peso y luego gano un peso, en realidad no he ganado nada. Y lo peor de todo, ya perdí tiempo y esfuerzo.
Y ese mismo peso, en lo que yo ya perdí tiempo y esfuerzo, ya fue ganado por la empresa. Para ellos sí es negocio. Total, ya quedamos de acuerdo que el negocio no está en colocar esa “franquicia” (jajajajaja). El negocio comienza a surgir cuando tu invitas a otros dos potenciales empresarios (jajajaja, y la corteza de cerdo vuelve a mi mente). Cuando tú invitas a otros dos ingenuos, que obviamente tienen que adquirir su franquicia, la empresa comienza a premiarte. Claro. Y ese es el negocio.
Porque una vez que comienzas a tener tu red (ver figura adjunta), tienes que mantenerla. Es decir, mensualmente deben adquirir sus cajitas de café. Perdón, de órgano gold, no es cualquier café. Pero no vas a vender café. Como chingados no.
Figura adjunta. Explicación gráfica de lo que es, a mi entender, el multinivel.
¡Por supuesto! Pero ese es el negocio de lo que sea. Es muy fácil de entender. Si yo logro tener un grupo de personas, que mensualmente ingresen una cantidad no nula ni pequeña de dinero, es negocio. Cualquier negocio.
A final de cuentas, uno, para ser exitoso, se convierte en el director de una fuerza de ventas. Y eh ahí una de las mentiras con las que pretender venderte eso del network marketing. Más allá de si es legal o no, no todos tienen (tenemos) la habilidad para mantener esa fuerza de venta.
Porque ese es, en mi entender, el punto toral del network marketing. Tener una fuerza de ventas, a la cual no le aseguras una entrada fija, no generas responsabilidades, no le das seguro, no le das nada más que tu producto a vender, que a cambio te da una entrada económica.
Claro que es negocio. Para la empresa. Hasta donde he podido indagar, esto del multinivel no es ilícito (Avon, Amway, etc., son ejemplos de este tipo de negocio), es decir, no es una pirámide. Parece, pero no lo es. Básicamente porque no te obligan a meter a otros al negocio. No te obligan, pero en la práctica sí. Si te obligarán, entonces sí es una pirámide. Y eso ya es ilegal (al menos aquí, en México)
Si quieres ver ganancias (ellos lo venden como bono), tienes que meter a otros. Pero no te obligan. Si no metes a nadie más, pues te convertirás en un consumidor de café con nombre chistoso y sin obtener ganancias. Te conviertes en un consumidor. Y el negocio para la empresa sigue siendo negocio.
Así pues, te invitan concienzudamente a que comiences a generar tu red. Tú fuerza de ventas. Y eh aquí otro inconveniente. Al menos para mí. En lo personal, me resultaría muy complicado lograr que mi red entregue religiosamente, mes con mes, la venta de un producto, que para empezar, ni yo mismo compraría para mi uso particular.
Claro que es negocio. Para la empresa. Pero si tú logras tener tu red de distribuidores, a cambio, la empresa, compartirá contigo un porcentaje de las ganancias. Y ella siempre gana. Llegado a este punto, hacen uso (los de la empresa) de una muy conocida técnica psicológica, desconocida por el nombre, pero conocida en la práctica, llamada economía de fichas.
La cual, básicamente es la respuesta del perro de Pavlov al sonido de la campanilla, pero en humanos. Aquí la economía de fichas se traduce en que conforme tu red va creciendo, vas ganando “títulos”. Platino, diamante, esmeralda. O algo así. Pero la idea básica es esa. Entonces, los que realmente se emocionan con esto, arden en deseo irredento por convertirse en un “diamante” o en un “platino”. Ya casi soy esmeralda (o un título parecido, otra piedra preciosa), me dice emocionada mi conocida.
Yo ardo en deseo irredento en convertirme en un gigoló. Aunque estoy cierto que ya no lo logré. Pero prefiero ser un gigoló a un “diamante”. Así pues, noté que además de mi muy carnal interés por mi conocida, también quise saber cómo es que la gente se engancha con este tipo de “negocios”.
Ah porque sí que tienen seguidores. Bueno, hay arquitectos, ingenieros, hasta una doctora en ciencias me tocó conocer. Y además gente sin estudios superiores. Pero los que me llaman la atención, son los letrados y escibidos. ¿O seré que soy yo el que está mal?
Y que creen. No me convencieron. Pero ni siquiera se acercaron a mi muy ávida ambición. Porque me confieso, adoro el dinero. Adquirido de manera legal y sin engañar a la gente. Aunque estoy pensando seriamente en hacer mi network marketing. No sé.
Hace poco, un par de días, fui invitado a “otro negociazo” “el de tu vida” que es básicamente lo mismo, multinivel, network marketing, pero ahora vendiendo “vitaminas” (Immunocal). Básicamente es lo mismo. Te hacen una presentación, te invitan a ser un socio empresario, te dicen que el negocio no es la venta, traen folletos, el que da la “conferencia magna” utiliza lenguaje de vendedor “así es, mi campeón” “cambia tu forma de pensar, no te limites, no digas no puedo, mejor piensa como lo vas a conseguir” y etcétera.
Igual que con la venta de café, tienen su sistema de economía de fichas, con títulos muy parecidos. Nada más me acuerdo del título “platino” y “ejecutivo platino”. Al igual que con los del café, y que no mencioné previamente, pasan unos videos con los “testimonios” de “los ganadores, los que vieron el potencial de este negociazo”. Pero mientras que en el café la base es dos, aquí es un poco más compleja, pues es de cuatro.
Es decir, tu red base es de cuatro personas y no dos, como en el café. Igual hubo personas muy entusiasmadas, otras no tanto y otras como su servidor, que a cada frase “ganadora” no podía disimular una sonrisa maliciosa. Aquí también tienen tres niveles para empezar, que son el básico, el intermedio y el premier. Obviamente el más caro (y que tiene más producto) es el premier. Es el mismo discurso: que no se trata de ventas (sí, claro), que es un producto único y maravilloso que da bienestar general, que te conviertes en un empresario, que no te quedes del lado de los perdedores.
Estas son mis impresiones. Tal vez esté equivocado y realmente sea el negocio de vida. No de la mía, porque aunque fuese un negocio lícito y en verdad novedoso, no es para mí. No tengo madera de vendedor, ni de capataz. Se requieren los dos, si quieres ser un “ganador”. Así es campeones.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario