Huí cual dirigente sindical minero. Sigo sin creer lo de la gripe porcina, pero como dicen “las brujas no existen, pero de que vuelan, vuelan”. Lo siento mí contaminado, pero indispensable DF. Y es que no vaya siendo la de malas y se les ocurra sellar el DF, prefiero estar encerrado en la tranquilidad de un pueblito, que en la moderna y cosmopolita Ciudad de México. Que muy moderna y cosmopolita pero en estos momentos más parecida a un pueblo fantasma.
Y eso que soy de las personas neuróticas. Esto es, que no me resulta muy fácil faltar a algún deber (trabajo, escuela, cita) nada más así. Ni modo. Seguramente me descontarán el día. Y cuando regrese a la chamba seguramente una llamada de atención (o eso espero). Y si me corren, pues ni modo.
Cada día me interesa menos el dinero. Si no fuera porque lo necesito para comer, ya me habría regresado a mi parcelita, así como quería Maximus Decimus Meridius. En fin, mis ignotos lectores, espero que la psicosis de la influenza no les haya pegado.
Buen fin.
Y aunque atrasado: FELIZ DIA DEL NIÑO!!
Yeaaaaaaaaaaaaaaa
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